Los expertos de la gestora francesa miran con preocupación la recuperación de los sectores inmobiliarios de Estados Unidos, Reino Unido, Alemania, Japón y China.
Uno de los principales sectores – por no decir el que más- que mejor está reflejando la recuperación es el inmobiliario, que lleva aparejado beneficios también para la construcción. El caso más destacado está siendo el de Estados Unidos, donde además se está produciendo un efecto psicológico: las alzas en los precios de la vivienda, junto con la mayor facilidad de acceso al crédito, crea una ilusión de mayor poder adquisitivo en la población. Los expertos de Natixis Asset Management, gestora del grupo Natixis, advierten de que este resurgir en torno a la vivienda, sin estar acompañado de la generación de valor añadido en otras áreas más “sofisticadas” de las economías, puede incrementar las posibilidades de que se repitan viejos errores del pasado.
Amén de Estados Unidos, los países donde más se está recuperando el inmobiliario son Reino Unido, Japón y Alemania. Pero los datos tienen trampa: “Mientras que la construcción ha repuntado en Estados Unidos, este no es el caso de las hipotecas”, destacan los expertos del banco en un informe. Algo similar ha sucedido en los otros países citados, ya que se ha incrementado la deuda hipotecaria tanto en Reino Unido como en Alemania, a la par que los precios de la vivienda se han elevado en estas cuatro naciones.
Para los expertos de la firma francesa, el resurgimiento del sector inmobiliario y con él, el de la construcción, es una situación “decepcionante y preocupante”, puesto que el objetivo de los gobiernos era que la recuperación “estuviese conducida por la inversión empresarial y por la industria”, al anticipar las compañías la necesidad de mayor capacidad de producción en el futuro. Sin embargo, consideran que tanto en Estados Unidos como en Reino Unido, Alemania, Japón y China “la mejora de la economía o el crecimiento continuado no surge ni de la inversión productiva ni de la industria”. “Una vez más, es el real estate lo que está respondiendo a los estímulos monetarios, con los riesgos que ello conlleva”, advierten.
El caso chino
Mención aparte merece el caso chino; si bien la alerta sobre una burbuja inmobiliaria de proporciones colosales ya lleva vigente desde hace al menos un par de años, tras el amago de credit crunch visto en junio también está el riesgo de que reviente otra burbuja, la bancaria. “En China, el rol creciente de los prestamistas e intermediarios financieros (shadow banking) en la financiación de la construcción es bien conocido; no es una cuestión de políticas monetarias expansionistas en China, sino la aparición de una nueva forma de financiación”, constatan desde Natixis. Según la firma francesa, la inversión china en construcción está creciendo tan rápidamente que ya se ha convertido en el driver del crecimiento del país, por encima de otros sectores.
Paralelamente, desde la entidad detectan un declive en la importación de bienes de capital, lo que revela “una contracción en la parte más sofisticada de la economía”, los sectores diferenciales que pueden aportar valor añadido. De hecho, la única parte de la actividad industrial que está creciendo rápidamente es precisamente la vinculada a la construcción.
¿Qué riesgos conlleva la recuperación del sector inmobiliario?
Que las medidas acomodaticias adoptadas por los principales bancos centrales sólo estén reflejándose con solidez en la recuperación del inmobiliario es un error a ojos de los analistas de Natixis, que estiman que esas medidas expansionarías, junto con la abundancia del crédito, deberían haber reactivado la inversión y la actividad industrial. Para ellos, el caso chino no es una excepción, pues consideran que la recuperación del real estate en vez de otras áreas de la economía implicará un declive en la sofisticación de la economía. “La amenaza de burbujas de la propiedad y del crédito persiste”, aseveran desde el banco, que añaden: “Este no es todavía el caso en una fase temprana, aunque los precios de la propiedad están incrementándose rápidamente en los Estados Unidos y China, y el shadow banking está creciendo muy rápido en China”.