Atrévete II: La importancia del ejemplo

Monica Gordillo, BBVA. Portada
Monica Gordillo, BBVA. FundsPeople.

COLABORACIÓN escrita por Mónica Gordillo,  presidenta del Comité Women in Finance de CFA Society Spain y Private Markets Selector & Principal Manager en BBVA.

El refranero español, ese intangible de sabiduría popular, dice que "lo que cuesta poco se estima menos". ¡Y qué gran verdad! En los tiempos de MIFID en los que vivimos, con las retrocesiones tal y como las conocemos agonizando, ¿cuántas veces nos hemos quejado de que muchos clientes no le dan valor al asesoramiento financiero porque no pagan (o pagaban) explícitamente por él?  El ya archiconocido por todos value for money no viene a ser otra cosa que la aplicación de nuestro tradicional refrán al mundo de la inversión. 

Porque hay que "predicar con el ejemplo". De hecho, menos mal que tenemos los ejemplos de Reino Unido o Estados Unidos, en donde este concepto ya se lleva años aplicando, para convencernos de que el modelo hacia el que nos lleva la regulación es posible. ¡Qué importantes son los ejemplos! Como lo fue el de Jessica Hernández, contando en la ONU su historia, atreviéndose a crecer a través de un microcrédito en una de las zonas más pobres del mundo, y que seguro sirvió de inspiración a muchas otras personas para lanzarse. Igual que Jessica, pero en otros ámbitos del sistema económico, político, empresarial o financiero, hoy tenemos importantes ejemplos que se han convertido ya en referentes para los más jóvenes, pero que, en su momento, se atrevieron a ignorar todo lo que estaba en su contra, a luchar contra la estadística, y lanzarse a alcanzar posiciones donde no había llegado una mujer antes y hacer valer el "impossible is nothing" (que no es un refrán como tal, pero del que Adidas ha conseguido que sí sea sabiduría popular mundial).

Más ejemplos de mujeres que inspiran

En la esfera política, de rabiosa actualidad y sin ir más lejos, puede que la próxima presidenta de la primera potencia mundial sea una mujer. Kamala Harris puede conseguir lo que estuvo a punto de hacer Hillary Clinton allá por finales del año 2016. De hacerlo, habrá costado 104 años desde que las mujeres tienen derecho a voto en Estados Unidos, contar con una mujer presidenta. De conseguirlo, se uniría a los otros 26 países del mundo (de un total de 194) que, a día de hoy, tienen como jefa de Estado o Gobierno a una mujer. 

Si mezclamos política y economía, no podemos dejar de mencionar a Christine Lagarde, que ostenta el honor de haber roto el “techo de cristal” no solo como la primera mujer al frente del Banco Central Europeo, sino también del Fondo Monetario Internacional y la primera mujer ministra de asuntos económicos de un país del G8. Simpatías aparte, digno de estimar.

Líderes en el ámbito financiero

El sector privado en general, y el financiero en particular, no es ajeno a esta tendencia. En 2021, Jane Fraser se convirtió en la primera mujer al frente de uno de los grandes bancos estadounidenses cuando asumió el cargo de directora ejecutiva de Citigroup, cuarto mayor grupo financiero del país. Como a ella, no podemos dejar de mencionar a Karen Lynch, Abigail Johnson o Marry Barra en distintos ámbitos empresariales (si no las conocéis os animo a buscarlas en Google), y a Ana Botín en la escena patria y en el número 18 de las mujeres más poderosas del mundo (según la lista Forbes).

Pero como los grandes cambios siempre deben empezar por la educación, también instituciones de relevancia a nivel educativo cuentan con una mujer al frente. Es el caso de Margaret Franklin que se convirtió en el año 2019 en la primera mujer en ostentar el cargo de presidenta tras 73 años de historia de CFA Institute. Ella misma previamente había sido miembro fundador de la iniciativa de CFA Institute – Women in Investment que fomenta e impulsa la presencia de mujeres en el ámbito financiero.

Según la Unesco, las mujeres representan, aproximadamente, sólo el 35% de quienes cursan estudios de enseñanza superior en el ámbito STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas). Datos que son similares con las estadísticas que publica CFA Institute, según las cuáles las mujeres no llegan al 20% de los aproximadamente 190.000 charterholders que hay en el mundo. Bien es cierto que en las últimas convocatorias la presencia de las mujeres se ha incrementado hasta niveles del 40%. ¿Será que tener ejemplos nos está empujando a atrevernos? 

“Lo que cuesta poco se estima menos”. A las mujeres pioneras que, humildemente, he mencionado en esta tribuna, y que han conseguido llegar a donde no había llegado ninguna antes, debemos estimarlas y darles la gran importancia y relevancia que tienen. No solo por lo que les costó alcanzar dichas metas y por sus propios logros, sino también por ser el ejemplo que puede empujar a las nuevas generaciones a atreverse y seguir el camino que ellas han abierto.