El capital privado y la ASG: transformando el cumplimiento normativo en oportunidad

Candido Perez_noticia
Firma: cedida (Cad it España).

TRIBUNA de Cándido Pérez, director general, Cad It España. Comentario patrocinado por Cad It España.

A las puertas del 2023 es recomendable hacer un balance de lo acontecido a lo largo de este 2022. Podemos decir sin miedo a equivocarnos que ha sido un año complejo, marcado por la salida de la pandemia, el conflicto bélico a las puertas de Europa, la crisis energética, la subida de los tipos de interés y, más recientemente, la caída de las criptomonedas, entre otros puntos. Estos entornos de alta incertidumbre se están convirtiendo en nuestra nueva normalidad.

El cierre del año deja un panorama difícil, sobre todo a ojos del gran público que ve con preocupación la situación actual y el futuro poco halagüeño que vaticina toda la prensa económica. Pero junto con estos retos que a primera vista pueden parecer infranqueables, existen también tendencias claras que pueden dar lugar a grandes posibilidades si somos capaces de detectar las ventanas de oportunidad.

Todas las crisis que hemos vivido en los últimos meses han puesto de manifiesto que, para seguir creciendo, necesitamos crear economías más sostenibles y poner el foco en el largo plazo. El aumento de las firmas centradas en capital privado y activos ilíquidos, la incorporación de los criterios ASG (Ambientales, Sociales y de Gobernanza) en el flujo de la inversión o, ya en el plano local, la difícil restructuración de los sistemas de previsión social con los cambios en el segundo y tercer pilar, en el que actualmente nos encontramos, son algunas de las áreas que subrayan estas tendencias en el mundo de la inversión. Áreas en las que los reguladores ya vienen en los últimos años centrando su atención para generar un marco en el que puedan desenvolverse los distintos actores implicados.

Encontramos como punta de lanza, respecto de la sostenibilidad, el Plan de Finanzas sostenible de la UE, cuyo objetivo principal es la reorientación de los flujos de capital hacia la inversión sostenible. Además, la Comisión Europea se encuentra desarrollando el Reglamento de Taxonomía, con el que pretende evitar el greenwashing, y un Reglamento de Divulgación, con el que fomentar la transparencia en cuestiones ESG entre los diferentes participantes de los mercados financieros, así como en la figura de los asesores financieros.

Al respecto del fomento de la inversión en activos ilíquidos, también los reguladores están avanzando cambios como la introducción de los Fondos de Inversión a Largo Plazo Europeos (FILPE) y de la figura conocida como fondos de deuda (Entidades de Inversión Colectiva de tipo Cerrado de Préstamos (EICCP) o la flexibilización a la hora de comercializar acciones o participaciones en ECR españolas entre inversores minoristas bajo ciertas condiciones.

Por último, a raíz de los últimos cambios legislativos en nuestro país, el ahorro-previsión en España cambia radicalmente introduciendo ajustes fiscales, operativos y nuevas figuras como los Fondos de Pensiones de Empleo de Promoción Pública (FPEPP), los Planes de Pensiones de Empleo Simplificados (PPES) y un nuevo mecanismo de comunicación entre Gestoras y Depositarias a través de la Plataforma Digital Común.

Parece que, en estos tiempos de incertidumbre y de cambios, nos encaminamos hacia un desarrollo de las Inversiones Socialmente Responsables (IRS), donde el objetivo no es solo regirse por unos criterios financieros más tradicionales como rentabilidad, liquidez y riesgo, sino también promover otros valores de tipo social o ambiental con el horizonte de inversión más colocado en el medio y largo plazo.

Y más allá de la adaptación al marco normativo que generen los reguladores, también será necesario facilitar a los inversores criterios extrafinancieros, favoreciendo una visión más amplia por parte del inversor del impacto que tiene su inversión. Una labor que, sin duda, tiene que ir acompañada del fomento de la educación financiera, ya no sólo entre inversores, sino a la población en general, subrayando la excepcional palanca de cambio que puede suponer a nivel personal y social el ahorro y la inversión cuando incorpora este nuevo registro de consideraciones, hasta ahora, fuera del ámbito estrictamente financiero.

Por todo ello, desde Cad It España creemos que para seguir siendo el socio tecnológico de referencia que nuestros clientes demandan es necesario tener una participación más activa en sus planes estratégicos de crecimiento. Más allá de colaborar en la consecución de los objetivos habituales, ponemos el foco en facilitar el cumplimiento normativo, así como la incorporación de nuevos servicios de inversión que les permitan diferenciarse de sus competidores, creando una propuesta de valor que sintonice con la visión y objetivos de cada entidad, asumiendo como nuestros los retos y dificultades que puedan presentarse y alineándonos y comprometiéndonos con las particularidades y características de cada negocio.

Los valores que fomenta el Grupo ION, al que pertenece Cad It España, nos permite desarrollar un modelo de negocio basado en el equilibrio entre una apuesta por la innovación y cercanía con nuestros clientes, haciendo siempre nuestras sus necesidades.