El descenso de los costes de financiación corporativos se materializa en Europa... y fuera de ella

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En los últimos meses hemos visto como las compañías cotizadas europeas, y especialmente las periféricas, se han beneficiado de un entorno que les ha permitido mejorar sus condiciones de acceso a la financiación. Las políticas altamente expansivas del Banco Central Europeo han sido el detonante para una significativa reducción de los costes de financiación tanto públicos, materializado en curvas soberanas en gran parte de sus tramos en terreno negativo, y privados, véase los rendimientos negativos en emisiones corporativas como Nestlé.

¿Qué consecuencias se observan a nivel corporativo?

En primer lugar, el descenso de los tipos de interés que las compañías pagan por financiarse tiene un impacto directo sobre la cuenta de resultados empresariales en la medida que los gastos financieros se ven reducidos, cuestión que, ceteris paribus el resto de factores, incrementa de facto los beneficios, verdadero motor del precio de las acciones a largo plazo.

Este “benigno” escenario para las firmas del viejo continente, también ha sido tenido en cuenta fuera de la región. En este sentido, muchas compañías no europeas han tomado decisiones como realizar emisiones de deuda en la divisa común simplemente por el hecho que la financiación es más barata en la Eurozona, como fue el caso reciente de Coca Cola al emitir 8.500 millones € en diversos plazos, récord histórico para un emisor estadounidense. De hecho, acorde a los datos de Dealogic, las colocaciones en euros por parte de compañías americanas en el primer trimestre del año ya superan  en más del 60% de lo emitido en todo 2014. Y todo ello beneficiándose de una divisa en origen fuerte, cuestión que a corto plazo les favorece pero que puede convertirse en un potencial riesgo futuro en caso que se materialice una apreciación del euro.

Otro ejemplo ilustrativo se produce cuando algunas compañías han optado por recomprar emisiones antiguas “caras” en término de cupón y lanzar emisiones nuevas “baratas” a un plazo superior con el doble objetivo de reducir los gastos financieros y alargar vencimientos. Este es el caso de la firma de real estate francesa Unibail Rodamco, que recientemente lanzó una doble emisión a 10 y 15 años en euros simultáneamente con una proceso de recompra de emisiones con vencimientos comprendidos entre 1 y 5 años.

Por otro lado, en términos bursátiles, el descenso de los costes de financiación también tiene una relación directa sobre el coste del capital, variable fundamental para el descuento de los flujos de caja, ya que la tasa libre de riesgo se ve reducida. Precisamente el descenso de ésta última se traduce en una caída del equity risk premium (ERP), lo cual debería conllevar asimismo una reducción de la liquidez en los balances de las compañías, ya de por sí elevadas en términos históricos frente al total de activos. Así, esta situación podría desembocar en un incremento de la inversión en Europa que, por el momento, solo se está viendo en algunos subsgmentos de mercado, como por ejemplo es el caso del cloud. La cuestión clave será ver qué decisiones adoptan las compañías ya que este entorno puede dar a pie a una mayor propensión a aceptar proyectos con retornos sobre el capital empleado menor ya que el coste del proyecto también es inferior, lo que a larga no sería positivo desde el punto de vista de creación de valor.

¿Y desde la óptica de las compañías de menor tamaño? Algunas de ellas han aprovechado para financiarse en los mercados mayoristas a través emisiones de deuda. Prueba de ello, es que las plataformas de negociación que permiten el acceso al mercado a este tipo de compañías, como son el MARF a nivel nacional, han visto incrementada su actividad desde el segundo semestre del año pasado. Paralelamente, esta tipología de compañías también ha vuelto a acudir al canal tradicional bancario, cerrado en los últimos años, en la medida que el coste de estos préstamos también se ha visto sensiblemente reducido.