Gustavo Caballero, Director de Mercado de Capitales de Miraltabank explica en esta tribuna en qué consiste el direct lending y su papel en la economía.
COLABORACIÓN escrita por Gustavo Caballero, Director de Mercado de Capitales de Miraltabank
El número de créditos concedidos por los bancos ha sufrido una desaceleración en España que puede traducirse en un panorama complejo para las pymes de nuestro país (dos tercios del total de las empresas y, a día de hoy, las principales creadoras de empleo y riqueza).
Para afrontar esta situación, las compañías buscan nuevas vías para financiarse, como el direct lending, hasta ahora más común en el mundo anglosajón. Se trata de préstamos privados concedidos por vehículos de inversión que financian a las empresas fuera del canal tradicional de la banca, y que son ya una alternativa a otras opciones tradicionales. Los motivos más habituales de una empresa para buscar este tipo de financiación suelen ser costear activos fijos para su actividad; desarrollar un plan de crecimiento fuera de nuestras fronteras, refinanciar deudas…
La principal característica es que no hay presencia de intermediarios financieros en esta actividad, ya que los fondos de inversión captan el dinero entre inversores y ofrecen directamente los préstamos a las empresas. Además, se agiliza el proceso de aprobación de la operación en comparación con los comités de crédito de los bancos, y proporcionan diferentes estructuras de deuda a la empresa en cuanto a las condiciones, de plazo amortización… Gracias a esta vía, la empresa obtiene el dinero que necesita sin perder el control de su capital, y los inversores una rentabilidad anual por encima del 8%.
Una alternativa cada vez más en auge a nivel europeo
Las previsiones de crecimiento de este tipo de fondos de inversión y su creciente uso por parte de las empresas hacen que la oferta existente crezca y sea cada vez más especializada, en línea con la descentralización bancaria que experimentan las economías más avanzadas.
Para los inversores es una fuente de diversificación de su cartera, mediante la exposición a un activo de renta fija menos volátil que los actuales, con inversiones mínimas de 100.000 euros. De esta forma, se convierte en un vehículo de inversión idóneo para clientes de banca privada, family offices e inversores institucionales, como mutuas de ahorro y compañías aseguradoras, que quieren apoyar el tejido empresarial español y evitar los vaivenes de los mercados de renta fija tradicional al albur de los tipos de interés, como el sufrido el año pasado.
Según el Fondo Europeo de Inversiones (FEI), en 2021 existían ya 585 fondos de deuda en Europa, con un 72% focalizados exclusivamente en esta región, mientras que el resto tienen un ámbito global. Se calcula que los activos bajo gestión de los fondos de deuda privada en Europa suman 311.000 millones de euros. En España, estos vehículos, como por ejemplo nuestro fondo Pulsar I -que ahora prepara su segunda edición- han financiado ya a cientos de pymes.
Como sectores en los que los fondos de deuda centran su actividad, destaca la industria como el más importante, y también se ve un creciente interés en otros poco intensivos en activos materiales, capex…
Así, instrumentos como el direct lending son sin duda deseables para aumentar las alternativas de financiación de las compañías, en especial aquellos segmentos numéricamente mayores y que están siendo menos atendidos por la banca tradicional, como son las pequeñas y medianas empresas. Una mayor diversificación en las fuentes de financiación de este tipo de compañías es muy aconsejable en un entorno de progresiva concentración de entidades financieras y con una coyuntura cambiante que aconseja reducir la dependencia de la financiación bancaria.