TRIBUNA de Richard Hoey, economista jefe de BNY Mellon.
Según las previsiones, la economía mundial seguirá en expansión en 2013 con un posible incremento en el ritmo de crecimiento cercano al 4% el año próximo. Creemos que en 2014, Europa debería registrar finalmente un año de expansión moderado y el crecimiento económico de Estados Unidos debería incrementarse a un mayor ritmo de crecimiento en una “transición del dos al tres por ciento” tras el 1 de mayo. A mediados de 2013 el crecimiento económico puede ser temporalmente lento debido a la fase final de la recesión global europea y el impacto del ajuste fiscal de Estados Unidos.
Un apoyo clave para la expansión mundial han sido las políticas de estímulo monetario. Creemos que las condiciones económicas han sido relajadas en todo el mundo salvo en la Europa periférica. No esperamos que dichas políticas vayan a abandonarse en un futuro próximo.
Europa sigue en recesión. A pesar de los acontecimientos en Chipre, que deberían reforzar las tensiones crediticias existentes en la Europa periférica, no esperamos volver a una gran crisis económica en Europa. En una etapa previa a la crisis, el BCE absorbió el riesgo crediticio de los países periféricos permitiendo un incremento en los balances ‘’objetivo 2’’ y mediante varios programas de préstamo. Ha habido una caída de las primas de riesgo de la deuda soberana de los países periféricos, lo que implica una reducción de la percepción del 'riesgo de redenominación' de una posible salida del euro para los principales países periféricos. Sin embargo, en el sector privado de la mayoría de ellos, la recuperación de las condiciones de crédito ha sido escasa. Las perspectivas de mejora se han visto mermadas por la caótica toma de decisiones sobre las pérdidas por el cobro a depositantes bancarios en Chipre.
En nuestra opinión, Europa carece aún de una estrategia plausible para mejorar la disponibilidad de crédito en el sector privado de los países periféricos. Creemos que su eventual recuperación económica podría ser lenta. La respuesta política europea ha incluido subidas de impuestos sobre las actividades del sector privado para ayudar a financiar amplios sectores públicos. Las reformas estructurales en la región, que mejorarían la competitividad, han sido limitadas hasta ahora. Dado el pobre crecimiento demográfico y la escasa competitividad, la tasa de crecimiento potencial en Europa es, en nuestra opinión, baja.
Prevemos que la actividad económica global dejará de descender en Europa en su conjunto a mediados de 2013, lo que marcará técnicamente el final de la recesión europea. Sin embargo, pronosticamos una recuperación gradual más plana y lenta para la actividad económica europea durante este año, en lugar del patrón en forma de “V” que suele verse al final de las recesiones cíclicas. Creemos que la perspectiva para Europa es de un ligero crecimiento positivo en los países centrales a finales de año y persistencia del declive económico a lo largo del año en los periféricos.