Inversiones en 2012

Definir una estrategia de inversión de cara a un nuevo año que comienza suele implicar ciertas dificultades por el elevado número de hipótesis que se deben asumir para llegar a un escenario base, pero en esta ocasión estas dificultades son incluso más relevantes. ¿Por qué? Porque no podemos limitarnos a determinar cuál es el escenario de crecimiento, inflación, tipos de interés y resultados empresariales en que se van a mover nuestras decisiones de inversión, sino que la primera pregunta que debemos hacernos, por sus importantes implicaciones en el comportamiento de los distintos activos financieros es...¿qué va a ocurrir con el riesgo soberano?

Nuestra Estrategia 2012 parte de la base de que la Eurozona se mantiene bajo la configuración actual, pero con mayor disciplina fiscal. Es evidente que la crisis de deuda europea ha adquirido una nueva dimensión, afectando ya no sólo a periféricos sino también a economías “core” de la Eurozona, y también está claro que se mantiene la lentitud en la adopción e implementación de medidas que solucionen esta crisis, y mientras tanto los costes de financiación se ven sometidos a fuertes presiones. ¿Y cuáles son entonces las soluciones?

A medio plazo, mayor convergencia fiscal, tal y como se extrae de la Cumbre Europea del pasado 9 de diciembre, y que pasa por ajustes adicionales (ahorros fiscales, reformas estructurales). Sin embargo, también está claro que a corto plazo hay que establecer un “cortafuegos” efectivo para evitar el contagio del riesgo soberano a economías solventes y mantener los costes de financiación en niveles razonables. En este sentido, el mercado precisa de un mayor apoyo del BCE (“ilimitado”, bien directamente –poco probable a la vista de los estatutos del BCE- o indirectamente –proporcionando al sistema financiero toda la liquidez necesaria con la que éste, a su vez, puede comprar deuda pública-).

Por tanto, nuestro escenario base de inversión para 2012 está basado en una moderación del riesgo soberano, con reestructuración ordenada en Grecia y efectivo “cortafuegos” para el resto de soberanos, vía un papel más activo del BCE. No obstante, el ajuste fiscal al que habrá que hacer frente para reconducir las deterioradas cuentas públicas seguirá lastrando el crecimiento de las economías desarrolladas (especialmente de la europea), y tendremos un 2012 marcado por una desaceleración del crecimiento a nivel global. Los emergentes, por su parte, mantendrán un crecimiento relativamente sólido, apoyados por una mejor situación de partida y mayor margen de actuación fiscal y monetario. En la Eurozona, por el contrario, aumenta el riesgo de recesión, más cuanto mayor sea la lentitud en la resolución de la crisis de deuda soberana. En España, esperamos estancamiento en 2012 y con riesgo creciente de recesión, en la medida en que la demanda externa no compense el deterioro de la demanda interna.

Desde el punto de vista de las políticas monetarias, seguirán haciendo todo lo posible por impulsar el crecimiento económico, en la medida en que la inflación no será un problema, gracias tanto a la desaceleración global de la economía como a una más fácil comparativa interanual del coste energético. ¿Y cómo se traduce todo esto en términos de recomendaciones de inversión en renta variable?

Pues consideramos que existe valor en bolsa, con apoyos importantes como son los tipos de interés en mínimos (y con recortes adicionales previstos allí donde haya margen), apoyo de liquidez por parte de los bancos centrales y unas valoraciones atractivas tanto en términos históricos como relativos a otros activos de inversión. Sin embargo, 2012 no será un año fácil. Hasta que no se perciba una solución “definitiva” al problema de deuda europea, persistirá una elevada volatilidad en bolsa, alternando fuertes subidas (expectativas de resolución de los problemas de fondo) con fuertes bajadas (decepción ante la no materialización de dichas expectativas).

Por tanto, y aunque nuestro escenario base pasa por un objetivo de Ibex de 10.100 puntos, lo que supone un recorrido del 20%, consideramos que nos vamos a mover en un mercado de amplios rangos y que habrá que ser muy flexibles en 2012 para aprovechar estas amplias fluctuaciones, que podrían ser del orden del 50% entre bajo y alto anual. Según nuestros modelos de beneficio por acción y prima de riesgo, establecemos unos amplios rangos de fluctuación para el Ibex 35 en 2012, que podría moverse desde un mínimo en torno a 7.200 puntos hasta un máximo cercano a 11.300 puntos. Preparémonos por tanto para un nuevo año de alta volatilidad y para aprovechar la misma en nuestro beneficio.