Invertir buscando un impacto positivo sin renunciar a rentabilidad

Fernando Summers, Bolsa Social. Cedida.

COLABORACIÓN de Fernando Summers, CEO de Bolsa Social.

El concepto de inversión podría definirse como la acción de destinar una cantidad de dinero a una actividad económica, un proyecto o un activo con el fin de obtener un rendimiento económico de ese capital. Y normalmente, la rentabilidad obtenida está vinculada a un cierto nivel de riesgo. Pero en los últimos años ha surgido un enfoque adicional que está ganando terreno en el sector financiero y empresarial, la inversión de impacto. Se trata de la inversión de impacto, que se define por su intención de contribuir a solucionar problemas sociales o medioambientales, y que mide y gestiona el impacto generado por sus inversiones. Además, este tipo de inversión debe tener una adicionalidad, financiera o no financiera, por el tipo de sector al que se dirige, que generalmente está desatendido, o por el tipo de producto de inversión.

Es decir, hablamos de un tipo de inversión que no se conforma con conseguir un impacto económico para el bolsillo del inversor, sino que, además, persigue otro tipo de rentabilidad en forma de impacto positivo para el planeta. Y esta modalidad atrae cada vez más a aquellas personas y organizaciones que se interesan por alinear sus valores con sus decisiones económicas, pero sin renunciar a hacer crecer su capital.

Más allá de los instrumentos financieros tradicionales como fondos, bonos, acciones, activos inmobiliarios o incluso materias primas, el mercado nos ofrece diferentes alternativas cada vez más atractivas en el ámbito del capital riesgo que desmienten la creencia de que invertir en proyectos con un propósito social resulta menos rentable. Una muestra de ello es la gran cantidad de fondos profesionales, family offices y business angels que, tras analizar en profundidad los modelos de este tipo de proyectos, deciden apostar por ellos, sin renunciar a sus expectativas de rentabilidad.

Equity, o cómo convertirse en accionista de una startup de impacto

Una de las opciones más interesantes dentro de la inversión de impacto es la denominada Equity, que permite a los inversores convertirse en accionistas de startups con un potencial transformador, bien sea a través de grandes inversiones o de pequeñas aportaciones captadas a través de crowdfunding.

Hay que tener en cuenta que, aunque puede proporcionar importantes beneficios si la empresa alcanza el éxito, esta modalidad conlleva a su vez un alto riesgo asociado, debido a que este tipo de proyectos se encuentran en fase inicial de desarrollo y no existe la certeza de que consigan su objetivo y sobrevivan en un entorno muy competitivo. Pero un inversor experimentado puede exponerse a este riesgo y mitigarlo mediante la diversificación, es decir, poniendo sus huevos en varias cestas. Y siempre recibirá información detallada sobre las actividades de la startup, lo que le permitirá estar al corriente de cualquier novedad que pueda interceder en el proyecto invertido. 

Lo cierto es que, a pesar del nivel de riesgo, la inversión en el sector de las startups de impacto está experimentando un rápido crecimiento. Desde su surgimiento en la última década se pueden señalar casos de éxito tanto para las compañías como para sus inversores, como son los ejemplos de AUARA, utopic_US (primer exit rentable y completo del sector del equity crowdfunding español, realizado en 2017), Nostoc Biotech o RobinGood.

Lending, prestar tu dinero a cambio de interesantes rentabilidades

Otra de las modalidades de inversión de impacto es la conocida como Lending, dirigida a empresas de impacto en fases más maduras que ya no buscan nuevos inversores, sino financiación tradicional o deuda. Estas empresas ofrecen tasas de rentabilidad interesantes, que suelen situarse entre el 6% y el 9%, con pagos de intereses mensuales, proporcionando a los inversores un flujo de ingresos estable en un largo periodo de tiempo.

En este caso, se trata de inversiones menos volátiles y arriesgadas que las de Equity. Al proporcionar financiación en forma de préstamo, los inversores no tienen el mismo nivel de riesgo que al convertirse en accionistas, pues reciben pagos regulares de intereses sobre el capital prestado, consiguiendo una mayor estabilidad financiera.

Por tanto, aunque las tasas de rendimiento pueden ser ligeramente inferiores en comparación con las inversiones de Equity, el Lending ofrece mayor seguridad en cuanto a los intereses generados y una menor exposición a la volatilidad del mercado. Por ello, se ha convertido en una opción muy interesante para aquellos que desean ampliar la diversificación de su cartera de inversiones al mismo tiempo que contribuyen al impacto positivo en la sociedad.

Modalidad de inversión rentable y en fase de crecimiento

A pesar de los prejuicios en torno a la rentabilidad de la inversión de impacto, la realidad es que los rendimientos que ofrece participar en ella son muy similares a la inversión tradicional. Hablamos de inversiones en proyectos empresariales liderados por equipos muy cualificados, marcados por la motivación, el compromiso y la resiliencia, y que, además, están alineados con la misión y el propósito de la empresa, lo que sin duda genera una mayor dedicación y esfuerzo para conseguir resultados positivos.

Según un estudio realizado por el Consejo Asesor Nacional para la Inversión de Impacto (SpainNAB), en España existe una gran variedad de beneficiarios de la inversión de impacto. Cerca del 50% de estos fondos tienen como uno de sus principales favorecidos al medio ambiente, seguido de los colectivos en situación exclusión social por razones de pobreza, desempleo o discapacidad, incluida la infancia y la tercera edad. Destaca el hecho de que más del 40% de los vehículos de inversión de impacto tienen como objetivo abordar los retos específicos que afectan a las mujeres.

La misma fuente indica que la inversión de impacto se encuentra en fase de crecimiento en España, tanto en el número de nuevos inversores como en términos de activos bajo gestión, que alcanzaron los 1.208 millones de euros en 2022, un 21% más que el año anterior, y que se suman a los 1.743 procedentes de la banca ética y social. Estas cifras ponen de relieve la consolidación de este tipo de inversión en nuestro país. Pero todavía queda un largo camino por recorrer, y una importante labor divulgativa que realizar, para conseguir que su conocimiento alcance a toda la sociedad, y que pueda ser tenida en cuenta por cualquier persona que cuente un capital que quiera hacer crecer y al mismo tiempo tenga otro tipo de inquietudes y un compromiso personal con la sociedad el medio ambiente. Es necesaria la colaboración entre el sector público y el privado para generar más recursos y vehículos financieros para generar un impacto social de calidad.