La austeridad mal entendida: enfermedad autodestructiva

javierfloresAsinver2012
Imagen cedida

A una apertura semanal bajista que replique las caídas de la última sesión en Wall Street, con motivo de los decepcionantes resultados empresariales, se le une la renovada preocupación sobre el ritmo de crecimiento económico a nivel global. Japón sufre la caída de sus exportaciones más fuerte desde el terremoto del año pasado, lo que antes era un objetivo de crecimiento para China ahora se ha convertido en un techo, Estados Unidos necesita nuevos apoyos sobre su economía y
Europa está sumida en una recesión mientras sus líderes regatean y renegocian los términos de su unión con la esperanza de que ello haga desaparecer las dudas existenciales sobre el euro.

La situación en Europa durante los últimos meses se mantiene en territorio de recesión, la confianza del consumidor se ha deteriorado y el desempleo ha aumentado. No obstante la situación es heterogénea y la tendencia ha empeorado especialmente en España y Francia, sin que nada anticipe una inesperada recuperación de la confianza de consumidores y empresas. Las posiciones divergentes entre los propios líderes y sus espeluznantes declaraciones y desmentidos mutuos no ayudan. Las cumbres y reuniones al más alto nivel ya no son lo que eran, ahora ni siquiera se respetan los acuerdos. La cuestión de la supervisión bancaria europea es un ejemplo elocuente, por no hablar de la austeridad mal entendida, que se ha convertido en una enfermedad autodestructiva para los países que la sufren, ahogando el crecimiento, aumentando el desempleo y aumentando el déficit. Faltan un plan y el compromiso.

En Wall Street, la atención seguirá sobre las publicaciones de resultados empresariales, con referentes de como Apple, Caterpillar, 3M y UPS, mientras que el índice S&P 500 se encuentra atrapado en un rango estrecho. A mediados de semana, última reunión de política monetaria
de la Reserva Federal antes de las elecciones presidenciales, para la que no se esperan sorpresas por lo que no hay ninguna razón para esperar un cambio en la postura de política monetaria esta semana o en el análisis de los riesgos que pesan sobre la economía de los EE.UU.
Quizás lo más interesante de la reunión esté en la defensa que Ben Bernanke pueda hacer de su QE procedente del extranjero (guerra de divisas) y desde el propio Estados Unidos (efecto inflacionista, apoyo político implícito a Obama).