La metodología ESG utilizada por los índices deberá armonizarse para reducir la subjetividad

Iñigo Bilbao. Cedida
Iñigo Bilbao. Cedida

TRIBUNA de Iñigo Bilbao-Goyoaga, partner, Estudios Bursátiles SL, y experto en Fondos de Inversión, ETF e Inversión Colectiva

La utilización de criterios ESG en las gestoras se ha acelerado durante 2020 con la llegada de la pandemia. Estudios y encuestas realizadas el primer trimestre de 2021, muestran un claro consenso entre los clientes institucionales que participaron, en la futura utilización generalizada de índices que incorporen ratings y metodología ESG en los
próximos años. En Europa, por ejemplo, en renta variable hay tres proveedores principales de índices que son FTSE, STOXX y MSCI.

Sin embargo, estamos muy lejos de tener unos criterios alineados en todas las casas proveedoras de índices. De hecho, un reciente estudio del MIT Sloan School of Management, nos indica que actualmente la correlación media existente entre los índices que incorporan ratings y metodología ESG se encuentra alrededor del 0,54, cuando lo lógico es que sí haya diferencias, pero menores, debiéndose encontrar dicha correlación en un mercado más eficiente mucho más cercana al 1

La diferencia reside en que al elegir los ratings y metodología los índices pueden hacerse dos preguntas o bien ¿A qué se dedica la compañía?, o por otro lado ¿Cómo obtiene la compañía sus productos?

La respuesta a la primera pregunta es sencilla y el índice simplemente eliminará aquellos sectores que nosotros le indiquemos, como por ejemplo energías fósiles, armas controvertidas o productos adictivos por mencionar algunos potenciales filtros. Lo único que hay que determinar es qué porcentaje de los beneficios de la compañía vienen de esos negocios. Normalmente este tipo de índices utilizarán una metodología de exclusión, excluyendo del índice las firmas que producen esos productos, y por lo general dichos índices utilizan para su construcción la capitalización del mercado. Para anticiparse a esta tendencia, muchas empresas están preparando la salida a bolsa de forma separada de sus negocios que encajan con criterios ESG, como es el caso de las energías renovables pertenecientes a las grandes petroleras.

Sin embargo, la respuesta a la segunda pregunta, sobre cómo una compañía dirige su negocio en un sector concreto en lugar de si tan sólo está o no en dicho sector, es más compleja y los índices ESG que utilizan está pregunta para construir sus índices introducen una gran cantidad de componente subjetivo. Generalmente este tipo de índices utilizan ambos sistemas, el de exclusión de compañías combinado con el de dar un rating a las firmas del sector y elegir sólo las mejores de la categoría (Best in Class).

El estudio que he mencionado nos indica además, que en este segundo tipo de criterios, aunque si puede haber cierto consenso en algunas firmas, en otras la disparidad puede ir desde que en unos aparezca a que en otros no las consideren, o incluso en aquellos que si las incluyen pueden hasta ser de las empresas que más pesen en el índice. Generalmente estos índices para construirse, combinan tanto la capitalización bursátil como la ponderación de los criterios ESG utilizados.

Hasta que haya una armonización de criterios, lo único que podemos decir es que los índices que solo utilizan el criterio de exclusión muestran más transparencia, ya que la subjetividad es menor. Por el contrario, los índices que incorporan el criterio “Best in Class” o que seleccionen aquellas compañías del sector que reciban la mejor puntuación, deberán todavía evolucionar en los próximos años hacia una mayor convergencia, donde habiendo diferencias entre los distintos proveedores de índices, las mismas sean razonables