La normativa y el préstamo

elena_mesonero
Imagen cedida

Estos últimos años está siendo una verdadera locura el adaptarse a los distintos cambios normativos, cuya transposición al mercado español a veces no es una tarea sencilla. Esta normativa también regulará la actividad de préstamos de valores en Europa y, si analizamos como afectarán los cambios normativos a esta actividad, nos damos cuenta que, al igual que sucede con el tiempo en primavera, hay nubes y claros y que, por lo tanto, no va a ayudar a la evolución de este producto en España, hasta ahora muy limitada.

Por una parte, ESMA (European Securities and Market Authority) ha creado un marco transparente y viable donde los fondos UCITS puedan prestar sus activos de forma segura. Y sólo en el supuesto en que el fondo preste activos por un valor superior al 30% del de su valor liquidativo, deberían introducir unas pruebas de “stress test”. Esto es algo positivo. Por contra, si seguimos leyendo la normativa y analizamos las nuevas directrices y restricciones en cuanto al colateral que puedan percibir estos fondos y su reutilización, vemos que los fondos pueden perder interés en prestar y que esto podría poner cierta presión en la oferta de activos necesarios para garantizar otro tipo de actividades como la de derivados OTC.

Por otra parte, EMIR (European Market Infraestructure Regulation) va a exigir la utilización de colaterales en la operativa de derivados OTC, lo que creemos que tendrá un efecto positivo en la demanda de préstamo de títulos, todavía no cuantificable, pero que puede oscilar entre 400 mil millones y 2 billones de euros. También creemos que Basilea III puede ayudar a mantener vivo el mercado de préstamos debido a la exigencia de que las entidades financieras mantengan en balance activos líquidos de calidad.

Todavía es pronto para saber las repercusiones de esta regulación en la actividad de préstamo. Hay una cierta preocupación entre las entidades, ya que piensan que pueden haber ciertas limitaciones y restricciones en cuanto a liquidez de activos, técnicamente necesarios para estabilizar los mercados, mientras que la exigencia de colateral será cada vez mayor, especialmente para disminuir el riesgo de los productos estructurados.

Esperemos que, tras la tormenta, llegue la clama y podamos llegar a un punto donde prestatarios y prestamistas contribuyan de forma transparente a mantener un mercado financiero eficiente.