April LaRusse presenta las perspectivas de su casa de cara al panorama macroeconómico que nos espera y comenta las soluciones de renta fija que pueden ser más adecuadas para el mismo. Comentario patrocinado por BNY Mellon Investment Management.
TRIBUNA de April LaRusse, directora de Especialistas de Inversión, Insight Investments(1). Comentario patrocinado por BNY Mellon Investment Management.
Mientras que los mercados globales y los bancos centrales se enfrentan a niveles de inflación crecientes, los inversores en renta fija se han beneficiado de las mayores rentabilidades al vencimiento (TIR) de los últimos años(2). Pese a cierta incertidumbre generalizada en torno a la salud de la economía global y a los riesgos de recesión y de volatilidad creciente, la renta fija ha vuelto. Podemos decir esto si apuntamos a una subida continuada de las TIR y a la mayor solidez del mercado que se ha venido acumulando tras la crisis financiera global.
Podemos destacar varios desarrollos positivos en los mercados de deuda en lo que va de año: La deuda corporativa ha comenzado 2023 con fuerza en un entorno de TIR crecientes, y los diferenciales respecto a la deuda pública parecen especialmente atractivos. Un aspecto tranquilizador es que, con unas TIR tan altas en términos relativos, los inversores en renta fija gozan de bastante protección, y los diferenciales que ofrecen los emisores también los hace atractivos respecto a la deuda soberana.
Pese a este buen panorama, no obstante, percibimos peligros existenciales para el conjunto del mercado: el efecto de la inflación es palpable y la crisis generalizada del coste de la vida continúa. En este contexto, la aparente calma en los mercados resulta desconcertante. Mientras que los bancos centrales, como la Reserva Federal estadounidense, han elevado los tipos de interés con objeto de combatir la inflación, las economías occidentales todavía no han entrado en recesión, tal como se esperaba. El empleo también permanece en niveles por lo general saludables, pese a ciertas señales de despidos crecientes en mercados como Estados Unidos.
Por lo que respecta al panorama económico general, pese a todas las medidas monetarias implementadas para frenar la inflación, no hemos visto muchos cierres de empresas: de momento, el número de quiebras ha sido bajo. Esto resulta curioso en el entorno de fuerte subida de los tipos de interés que estamos viendo. Los mercados financieros parecen sorprendentemente tranquilos a la luz de las abundantes fuentes de preocupación de hoy en día, como por ejemplo la inflación, el conflicto en Ucrania y el futuro de nuestro suministro de energía.
Los ratios de servicio de deuda actuales parecen ser mejores que en 2007, y todo apunta a que hemos aprendido la lección de la crisis financiera global, pues las empresas procuran ser más resilientes en múltiples ámbitos y están diversificando sus fuentes de financiación y endeudamiento.
El peligro de la volatilidad
Sin dejar de apreciar este trasfondo benigno para los mercados de renta fija, no descartamos nuevos reveses (la inflación elevada en el Reino Unido es especialmente preocupante) y consideramos muy probable que aumente la volatilidad del mercado: queda aún por verse si las distintas iniciativas de los bancos centrales bastarán para calmar la inflación, y de cara a los próximos meses anticipamos mayores niveles de inflación, lo cual debería dar pie tanto a trastornos como a oportunidades potenciales. Pecar de confianza en torno a la inflación es peligroso. No nos dejemos engañar por un par de cifras a la baja: el panorama inflacionario podría estar mejorando, pero es posible que todavía no estemos fuera de peligro.
En un mercado que también anticipa una ralentización del crecimiento, percibimos valor significativo en sectores como el bancario y el inmobiliario para aquellos inversores que sepan ver más allá de los titulares negativos y navegar los riesgos potenciales. Los bonos de mayor vencimiento también podrían atraer el interés de inversores a quienes les preocupa el riesgo a corto plazo en sus carteras: en una coyuntura de ralentización del crecimiento económico, los bonos a largo plazo podrían parecer cada vez más atractivos. En el actual entorno, muy diferente al de 2022, la duración ha dejado de ser la enemiga de los inversores.
Fuentes y notas:
1 Insight Investments es parte de BNY Mellon IM.
2 Bloomberg. 'Global Yields Reach 15-Year Highs as Rate-Hike Worries Build', 17 de agosto de 2023.