TRIBUNA de Juan José Sanchís, director para España, Portugal y Andorra de ETF Securities.
Aunque existen un 19% menos de plataformas de perforación de crudo activas en EE.UU desde el pasado agosto, aún es muy pronto para evaluar el impacto de esta reducción sobre la producción global, y es necesario que el mercado realice mayores recortes de producción para permitir una recuperación sostenida del precio del crudo.
Las continuas variaciones en los precios del petróleo son decisivas para que las empresas del sector decidan reducir o aumentar el número de plataformas petroleras. Históricamente, el número de plataformas tarda aproximadamente dieciséis semanas en ajustarse a escenarios de precios en mínimos: Durante los períodos de fuertes caídas del WTI como en la crisis del 2008, la mitad de las plataformas petroleras dejaron de producir durante los cuatro meses posteriores (Gráfico 1).
Si existe un factor que siempre ha generado cambios en la industria del crudo en el mundo, es la revolución o surgimiento del Shale. En 2008, el sector del shale oil representaba solamente una fracción de la producción total de crudo en los EE.UU. Sin embargo hoy en día, el 60% de la producción de crudo proviene de estas formaciones de esquisto. Su influencia también se refleja en las diferentes composiciones que hoy en día presentan las plataformas rotativas*, en comparación a 2008 (Gráfico 2). Del total de las plataformas activas, el 75% son horizontales actualmente, mientras que solamente el 15% son verticales. Esta situación es completamente inversa a la de 2008, ya que las plataformas horizontales son más adecuadas para la perforación de shale, al permitirles abarcar un área rocosa más extensa y por tanto, extraer mayores volúmenes de crudo y gas. Es por ello que ante variaciones de la cantidad de plataformas en las diferentes zonas de extracción, se puede conocer cómo los precios afectan la producción de manera distinta en diferentes áreas.
Desde finales de agosto, la fuerte corrección de los precios del crudo ya ha provocado el cierre de un 19% de plataformas activas en EE.UU. aunque se necesitan más recortes en la producción de esquisto para reequilibrar el mercado del petróleo global. En cualquier caso, una disminución de las plataformas per se no implica necesariamente una caída de la producción, ya que también podría atribuirse a una mayor eficiencia por parte del sector, que requeriría menos plataformas y con ello posiblemente disminuirían los costes (Gráfico 3). Por ejemplo, la perforación múltiple permite perforar varios pozos con una sola plataforma móvil ubicada en la superficie, lo que conlleva a un significativo recorte de costes.
De esta manera, si analizamos las estadísticas sobre los pozos, podemos proporcionar una visión más clara de la dinámica de la industria del petróleo Shale. Si bien el número de pozos aún tiene que disminuir sustancialmente, la aparente pausa de su crecimiento en el segundo semestre de 2014, podría representar en sí, un indicio positivo (Gráfico 4).
A diferencia de los pozos convencionales, que pueden producir a tasas relativamente estables durante un período sostenido de tiempo, los pozos de petróleo y gas Shale logran una producción extraordinaria durante los primeros años de perforación, con una fuerte caída posterior.
Una investigación del Post Carbon Institute, estima que en promedio, la producción de petróleo y gas Shale se reduce entre un 60% y 91% a lo largo de tres años, mientras que un pozo convencional reduce su producción a una tasa promedio anual del 5%. Según el Departamento de Recursos Minerales de Dakota del Norte, la reducción promedio de la producción de Bakken fue de un 65% el primer año, un 35% el segundo y un 25% en los 2 años siguientes (Gráfico 5). Como resultado, es cada vez mayor la cantidad de pozos que tienen que ser perforados para compensar la caída natural de la producción de las formaciones de esquisto existentes.
Costes y umbral de rentabilidad para el petróleo Shale
Es posible que la industria americana del Shale sea más fuerte que la OPEC. Mientras que la OPEC ha iniciado una guerra de precios contra EE.UU asumiendo que el petróleo y gas Shale sería vulnerable por debajo de los 85$ el barril, la mayoría de la superficie de Bakken en Dakota del Norte permanece rentable a precios de 40$, incluso inferiores.
La realidad es que las diferentes formaciones dentro del mismo pozo de Shale, podrían tener umbrales de rentabilidad diferentes y producir volúmenes de crudo desiguales (Gráfico 6). Es por ello que es fundamental analizar la geología de diferentes pozos para evaluar la viabilidad de diferentes proyectos de Shale y su rentabilidad. Por ello, estamos ante una industria con costes, umbrales de rentabilidad y precios objetivos variables con potenciales de inversión muy versátiles, a diferencia de la industria tradicional petrolera.
Por otra parte, la mayoría de los productores estadounidenses han asegurado su producción para buena parte de 2015, vendiendo a precios más altos a través de productos derivados, asegurando así la rentabilidad de una gran parte del sector. Si bien el coste del ciclo completo de la producción de Shale oscila entre $70 y $80, la inversión necesaria para perforar un pozo adicional, es sustancialmente inferior y dicho precio de producción desciende un promedio de $10 al año, gracias a una producción más eficiente.
Perspectivas
Aunque la cantidad de plataformas de perforación de crudo en EE.UU se van reduciendo a un nivel adecuado, no esperamos que se registren recortes de producción sustanciales antes del segundo semestre de 2015. La caída de los precios del crudo afectará a la rentabilidad de los proyectos de gas Shale estadounidenses, donde la producción podría reducirse una vez que algunas empresas se vean obligadas a salir del mercado. Creemos que los países de la OPEC verán estos acontecimientos como una medida positiva e impulsarán un recorte en su reunión de junio de 2015. Sin embargo, el cártel avanzará con cautela reconociendo que a pesar de la reciente reducción en el recuento de los equipos de perforación, la producción estadounidense podría aumentar nuevamente con facilidad.
Aunque Arabia Saudí, el mayor productor del cártel, está dispuesto a librar una guerra de precios tan larga como sea necesario para reafirmar su dominio del mercado, la creciente presión por parte de sus países vecinos podría obligarle a reducir la producción antes de lo deseado como solución a su situación económica derivada de los bajos precios por barril.