Sí, el momento del Science Equity es ahora

Almudena Trigo, BeAble Capital. Cedida.

COLABORACIÓN de Almudena Trigo, presidenta y fundadora de BeAble Capital.

En enero de 2024 ha visto la luz el informe European Deep Science Technologies: the time for Science Equity is now, elaborado de forma conjunta por BeAble Capital y BBVA Research, gran referente en investigación y análisis económico con quienes hemos tenido el privilegio de colaborar. Un informe en el que hemos estado trabajando varios meses un equipo de profesionales totalmente convencidos de la necesidad de poner en circulación este primer estudio a nivel europeo sobre inversión en tecnologías Deep Science. Es decir, tecnologías físicas y tangibles en sectores fundamentales y estratégicos para la soberanía europea, como son la economía circular, los nuevos modelos de energía, el reciclaje de residuos, los nuevos materiales más sostenibles, la captura de carbono y gases nocivos, el uso responsable del agua, la eliminación de microplásticos de medios acuosos o la alimentación y agricultura sostenible.

OBJETIVOS ESTRATÉGICOS

El resultado es un informe en el que se puede apreciar de forma muy gráfica y clara la importancia de estas tecnologías para que Europa pueda afrontar los retos a los que se enfrenta, y donde la inversión en Deep Science es fundamental para lograr objetivos estratégicos básicos, como son:

1) Sostenibilidad. Esto es algo imperativo, no hay opción. Solo la ciencia tiene la llave para solucionar graves problemas como el cambio climático, la escasez de materiales, el uso responsable del agua, una agricultura más sostenible…  Algo que ha declarado además Naciones Unidas, que ha dicho claramente que solo a través de la ciencia podrán alcanzarse los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

2) Resiliencia frente a posibles crisis que puedan volver a producirse, como ya hemos visto en la reciente pandemia que todos hemos sufrido, donde se hicieron evidentes muchas de nuestras carencias, o frente a la dependencia de otros países para conseguir materiales básicos, como semiconductores.

3) Competitividad frente a países que ya llevan años invirtiendo en tecnologías Deep Science, como China o EEUU. En este último país, según DARPA (agencia de proyectos de investigación avanzados de Defensa), de un presupuesto de 3.9 billones, 2.36 se invierten en Deep Science. Es decir, el 60% del presupuesto de DARPA, que es un referente en innovación y nuevas tecnologías, va destinado a tecnologías Deep Science.

Más allá de las tecnologías digitales que todos conocemos, y que, evidentemente, están cambiando el mundo, estas tecnologías físicas son esenciales para Europa por su gran impacto económico y social, y solo a través de ellas se conseguirán solucionar grandes retos a los que nos enfrentamos, como el cambio climático. Una necesidad que es también una oportunidad para la economía y para reindustrializar Europa, porque estos sectores son imprescindibles para asegurar nuestro futuro.

DE LA TECNOLOGÍA A LA INDUSTRIA

Pero, ¿cómo convertir estas tecnologías en industria? A través del Science Equity, la inversión especializada en estas tecnologías Deep Science que provienen de la ciencia, que es a lo que nos dedicamos en BeAble Capital desde hace ya años, convencidos de que el Science Equity es la pieza clave para crear una industria de alto valor, competitiva geopolíticamente frente a otros países. De ahí también el título del informe, donde recalcamos que el momento del Science Equity “is now”.

Y es que, además, tenemos una gran baza, porque Europa es líder mundial en Deep Science, aportando alrededor del 30% de la producción científica mundial. El 90% de las patentes medioambientales que se tramitan son Deep Science, y dos tercios de las tecnologías que Europa dice que son estratégicas se engloban también dentro del Deep Science. En el informe hay varios gráficos que indican que Europa no tiene nada que envidiar a otros gigantes como Estados Unidos en términos de educación, o en la calidad y la cantidad de nuestros investigadores. Incluso estamos a la par en cuanto a la inversión que se hace en investigación.

El problema radica en que toda esa ciencia que se genera no se transforma en empresas. Ahí es donde Europa falla. Lo que tenemos que hacer, y tenemos que hacerlo ya, es convertir esa gran producción científica en empresas reales, que solucionen problemas reales, y el Science Equity es el catalizador para conseguirlo. Además, según la Oficina Europea de Patentes, los sectores intensivos en derechos de propiedad intelectual aportan a la economía de la Unión Europea uno de cada tres empleos y más del 40% del PIB. Mejorando el proceso de comercialización de estas tecnologías, que es el objetivo del Science Equity, se podría generar un impulso masivo en la economía europea.

APOYO PÚBLICO-PRIVADO

Es importante señalar también que Horizonte Europa, el programa marco de investigación e innovación de la Unión Europea, que abarca el período 2021-2027, y que cuenta con un presupuesto de 95.517 millones de euros, estima que se generarán 11 euros en ganancia del Producto Interior Bruto (PIB) por cada euro invertido, creando más de 320.000 puestos de trabajo cualificado, y posicionando Europa como líder en investigación e innovación.

Por tanto, los inversores públicos ya son conscientes de la importancia de estas tecnologías, pero falta el apoyo de los inversores privados. Hacen falta grandes inversores que de verdad quieran contribuir a construir un futuro para todos, porque eso es lo que se consigue invirtiendo en tecnologías Deep Science. Y es esencial que estos inversores entiendan la particular idiosincrasia de este tipo de tecnologías y acudan a un partner profesional y especializado, familiarizado, como es nuestro caso, con estas tecnologías Deep Science.

Transformar una tecnología surgida en un laboratorio o centro de investigación no es fácil, son tecnologías con desarrollos tecnológicos y escalados complejos para llegar al mercado y requieren de mucha financiación, pero su retorno e impacto, tanto en la economía, como en la sociedad, es indudable.

Es imperativo tomar conciencia de que la ciencia es economía e industria. Y que al igual que en su día el Venture Capital fomentó el desarrollo de los unicornios digitales, en los próximos años el Science Equity cumplirá la misma función en el entorno tecnológico industrial. Debemos invertir en ciencia, y debemos hacerlo AHORA.