Tim Boole explica la situación actual de los mercados privados y comenta los factores que han ayudado a flexibilizar las barreras de entrada más allá del inversor institucional. Comentario patrocinado por Schroders.
TRIBUNA de Tim Boole, responsable de Gestión de Producto, Schroders. Comentario patrocinado por Schroders.
En el pasado, los activos privados, como el private equity (capital privado), sólo eran accesibles para los grandes inversores institucionales. Pero eso está cambiando. Una de las principales razones por las que la inversión en activos privados ha estado fuera del alcance de los inversores privados hasta ahora es la propia naturaleza de las transacciones. La búsqueda de operaciones puede llevar mucho tiempo y su estructuración puede ser compleja, mientras que las salidas también pueden demorarse y plantear sus propias dificultades.
Sin embargo, la demanda de los inversores privados ha ido creciendo y, con ella, la oferta. Muchos de los grandes gestores de activos privados, que antes sólo atendían a una base de clientes institucionales, están desarrollando productos más accesibles. ¿Qué ha provocado este cambio? ¿Qué significa para el sector? ¿Y qué significa para los pequeños inversores privados? Analizamos los avances en materia de productos, tecnología y regulación que están abriendo las puertas de la inversión en activos privados.
La demanda aumenta, la oferta responde
El siguiente gráfico muestra un mapa de calor de la demanda de activos privados para los próximos 12-24 meses entre los bancos privados y los gestores de patrimonios europeos. Los datos ponen de manifiesto el fuerte crecimiento previsto entre los family offices, los inversores con patrimonios muy elevados (ultra high-net-worth investors o UHNW) y los inversores con altos patrimonios (high-net-worth investors o HNW), a menudo partiendo de una base baja.
Cambios previstos para los próximos 12-24 meses según la encuesta a bancos privados y gestores de patrimonios
Paralelamente, se han ralentizado las nuevas inversiones de muchos de los grupos de clientes institucionales tradicionales de los mercados privados, como los fondos de pensiones y las compañías de seguros. En algunos casos, esto se debe al efecto denominador, que se produce cuando una parte de la cartera, normalmente las asignaciones al mercado público, disminuye de valor por la volatilidad del mercado y reduce el valor total global de la cartera. Como resultado, los segmentos de la cartera que no disminuyeron de valor ahora comprenden un mayor porcentaje del total. Esto afecta comúnmente a los inversores en mercados privados que pueden encontrarse sobreexpuestos a este tipo de mercados.
En otros casos, hay factores estructurales, como los planes de pensiones de prestación definida, que han reducido la exposición al riesgo o estaban en proceso de hacerlo. En respuesta a esta dinámica cambiante de la clientela, muchos grandes gestores de activos del mercado privado han dedicado importantes recursos a explotar esta reserva de capital. Las respuestas varían desde la creación de equipos dedicados a la gestión de patrimonios hasta el establecimiento de asociaciones con gestores de fondos de inversión tradicionales que actúan como guardianes de los bancos privados o gestores de patrimonios tradicionales. En este sentido, la relación con los intermediarios es fundamental, ya que controlan o influyen en los flujos procedentes de los inversores privados.
¿Cómo han evolucionado los productos?
Varios gestores de mercados privados están lanzando fondos centrados exclusivamente en el patrimonio privado. Estos fondos tienen características que atraen a esa base de inversores, como la exigencia de capital único frente a la exigencia de capital múltiple, estructuras semilíquidas que ofrecen mayor flexibilidad y estructuras de fondos regulados que pueden distribuirse a inversores no profesionales. Estas estructuras de fondos pueden agruparse en dos categorías: abiertos o cerrados. Y pueden dividirse en tres grados de liquidez: líquida, semilíquida o ilíquida.
En el caso de los fondos semilíquidos abiertos, la innovación ha progresado con rapidez, especialmente para clases de activos como el private equity, el crédito privado y el sector inmobiliario. Estos fondos tienen ciclos de suscripción y reembolso mensuales o trimestrales y la liquidez procede de dos fuentes: suscripciones y reembolsos de los inversores o de las distribuciones de las inversiones.
Por un lado, las suscripciones y los reembolsos se realizan al valor liquidativo neto del fondo (NAV), lo que elimina la volatilidad o la beta del mercado en comparación con los fondos cerrados, que dependen de un mercado secundario para la liquidez. Por otro, la construcción de la cartera proporciona la primera línea de defensa. Una cartera bien construida, diversificada por geografía, sector, tipo y añada, puede crear un nivel de "liquidez natural" que sea regular y consistente.
Como segunda línea de defensa, los fondos semilíquidos suelen utilizar herramientas como los límites de reembolso o la posibilidad de suspender las suscripciones y los reembolsos para que el gestor pueda controlar mejor la liquidez dentro del fondo. Esto ayuda a moderar el comportamiento de los inversores en caso de eventos de estrés del mercado.
Los fondos cotizados cerrados, por su parte, ofrecen a los inversores privados un medio ideal para acceder a una cartera privada conservando la flexibilidad de la negociación diaria. De hecho, una de las áreas de mayor crecimiento ha sido el lanzamiento de fondos cerrados sin liquidez o con ventanas de liquidez periódicas. Además, estas nuevas estructuras de fondos cerrados están diseñadas específicamente para los inversores privados, ya que cuentan con un calendario estructurado de petición de capital (capital calls), una vida más corta que la de los fondos más institucionales y unos importes mínimos de suscripción más bajos.
¿Cómo está ayudando la tecnología?
La tecnología ha sido un importante catalizador en la flexibilización del acceso a los activos privados de varias maneras. Una de ellas es el desarrollo de nuevas plataformas que permiten a los emprendedores captar capital de inversores iniciales. El concepto también se ha extendido al crédito privado, tradicionalmente de dominio exclusivo de bancos y prestamistas especializados. En el crédito privado, la democratización se conoce como peer-to-peer lending. Los inversores privados pueden optar por conceder préstamos a particulares o empresas a cambio de una rentabilidad superior a la que se obtendría a través de las cuentas de ahorro tradicionales o los títulos de renta fija.
La tecnología también ha contribuido a reducir gran parte de los costes iniciales y la complejidad de la oferta y ha contribuido a abrir nuevos canales de distribución y comunicación. Además, nos parece especialmente interesante la perspectiva de nuevas innovaciones que contribuyan a la apertura y acceso a los activos privados, como la tokenización. Al poder proporcionar a los inversores un derecho de propiedad digital sobre un activo utilizando la tecnología blockchain, el coste para el inversor se reduce significativamente.
La regulación se adapta para facilitar el acceso a los activos privados
Los inversores minoristas proporcionan una fuente de capital a la economía, por lo que cada vez se hace más hincapié en la actualización de los marcos normativos para facilitar su acceso y garantizar que no se vean privados de los mayores retornos que históricamente han generado las inversiones privadas.
Por ejemplo, en Europa, la normativa europea sobre fondos de inversión a largo plazo (ELTIF) ha sido renovada y bautizada por el mercado como ELTIF 2.0. El reglamento actualizado ofrece varias mejoras con respecto a la estructura original: una gama más amplia de activos e inversiones admisibles, requisitos más sencillos para los inversores, posibilidad de estructuras de fondos de fondos y de fondos principales de ELTIF, y mayor liquidez. El reglamento original sólo permitía los fondos cerrados, pero las nuevas normas introducen la posibilidad de reembolsos antes de que finalice el plazo fijo de vida de un fondo. Los participantes del mercado y el regulador aún están debatiendo las normas concretas de los reembolsos, pero se espera que estén finalizadas en 2024.
Evolución futura
El aumento de la asignación a los mercados privados por parte de los clientes privados parece seguro. Pero, que el ritmo siga siendo el mismo vendrá determinado por factores macroeconómicos y por la evolución del entorno normativo. Creemos que el acceso y la liquidez seguirán evolucionando y apoyando una mayor apertura. Esto también conduce a una situación en la que la distinción entre los activos privados y los valores cotizados se hace menos pronunciada y el estatus de propiedad se convierte en un factor menos importante en la estrategia de inversión. Además, se espera que la distinción entre valores cotizados y mercados privados se desvanezca a medida que se suavicen las restricciones de liquidez y la tokenización permita un mayor nivel de negociación.