En los últimos 30 años la labor de asesoramiento financiero en España ha sufrido un proceso degenerativo, pasado por diferentes fases. En los 80´s veíamos (en este caso yo no si no mi padre) un asesoramiento basado en la confianza pero poco profesional. En los 90´s vimos como nuestra actividad se veía completamente bancarizada y las grandes redes minoristas ponían en marcha todo su armamento para hacer de la colocación de producto su asesoramiento, ofreciendo (siempre a pie cambiado) productos de cuestionable valor añadido, el ejemplo más claro es el de los garantizados - ofrecidos siempre tras caídas brutales de los activos con riesgo y cuando el cliente se ve más vulnerable a este tipo de activo -. Y, por último, la década de los 2000, en dónde hemos visto cómo se han vendido muchos productos con un riesgo muy superior al umbral de sueño de los clientes.
Una nueva oportunidad: No cometer errores

Imagen cedida
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