A nivel de oportunidades, además de la recuperación del negocio ’core’ (margen de intereses) por el entorno de subidas de tipos, destaca también el nivel de capital (CET1: Common Equity Tier 1) que está por encima del 15% de media en los bancos europeos, “casi más del doble de lo que teníamos antes de la crisis financiera” a lo que se suman “unos balances saneados y con buenos colchones de provisiones que los bancos construyeron durante el Covid”. Esto se traduce en que, “por primera vez en muchos años tienes un retorno entre la recompra de acciones y dividendos cercanos al 10% en muchos bancos europeos”, lo que “te da la visibilidad que necesitaba el sector después de haber hecho los deberes durante los últimos años que ha estado sometido a una regulación muy estricta”, afirma Carmen Pinyol, gestora directora responsable del sector financiero de CaixaBank Asset Management.
En el lado de los desafíos, desde el punto de vista fundamental, el reto es “cuando se llega al pico en el margen de intereses y la estabilidad de éste posteriormente, por el riesgo de que incremente la beta de los depósitos (empezar a remunerar los depósitos), aunque de momento está muy contenida”; desde el punto de vista macro, “estamos en unos niveles de tipos de interés que, si siguen subiendo, pueden empezar a afectar al coste del riesgo”.
La liquidez y la devolución al BCE de los TLTRO (Long-Term Refinancing Operation) está generando “nerviosismo en el mercado”, aunque en su opinión el punto de partida de liquidez de los bancos continúa siendo “muy holgado, por lo que no debería suponer un problema. Al final, es volver al negocio tradicional de los bancos, que van a empezar a sustituir el TLTRO con emisiones de deuda bancaria (covered, Senior…)”.
Reconoce la existencia de un debate de si va a producirse alguna modificación en el cálculo de los requerimientos de liquidez actuales (LCR: Liquidity Coverage Ratio, especialmente) para poder incorporar el efecto de las nuevas tecnologías en cuanto a la rapidez en la que se pueden sacar los depósitos de un banco o si se va a extender la aportación a los fondos de garantías más allá de 2024, como estaba previsto. Por último, Pinyol también menciona el riesgo de otros países en imponer un impuesto a la banca o cualquier tipo de intervención poniendo un ‘techo’ a los tipos de interés de las hipotecas, por ejemplo.
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