Ibercaja también recalca la “resistencia” de la economía, pero advierte de que ante los últimos datos de actividad y agregados monetarios “estamos viendo una pérdida de momentum de la actividad económica y podríamos hablar de ligera recesión o desaceleración fuerte en algunas regiones”.
Este menor dinamismo sumado a la desaceleración de la inflación, “aunque más lenta de lo que a todos nos gustaría”, indica que “estamos en la fase final del ciclo de subidas de tipos de interés”, afirma su jefa de Inversiones de Banca Privada, Raquel Blázquez Alonso, quien estima que al Banco Central Europeo (BCE) le quedan uno o dos movimientos y a la Reserva Federal (Fed), como mucho, uno. Por lo tanto, “en la mente de los inversores ya no está la subida, sino cuánto tiempo se van a mantener los tipos en estos niveles y cuándo van a ser las primeras bajadas”.
En este contexto, Blázquez diferencia entre los factores que mueven a la deuda a corto plazo y a largo plazo. En el primer caso, está más condicionada por las decisiones de los bancos centrales, mientras que en el segundo, por las expectativas de crecimiento económico y/o de la evolución de los de los precios.
Entre los riesgos, además del riesgo de tipo de cambio si se invierte en divisa no euro, destacaría el riesgo de tipos de interés, si por una mayor inflación de la prevista se produce mayor tensionamiento en los tipos de interés y el riesgo de crédito en caso de un “deterioro muy fuerte de la actividad económica” que pueda desembocar en impagos de emisiones de menor calidad crediticia.
Con respecto a las oportunidades, “hay que estar atentos, pues el mercado las ofrece”, como ocurrió con la crisis financiera de primavera, que se “pudo entrar en entidades financieras de calidad que estaban tensionadas” y a mediados de agosto, con el tensionamiento de las curvas, que ha permitido “alargar algo la duración”.
2/4