La historia pone de relieve que, tras un periodo de subidas de tipos de interés, el comportamiento del investment grade es positivo. Partiendo de esta premisa, ¿qué riesgos pueden producirse?, ¿cuál es el mejor escenario para este segmento? FundsPeople en colaboración con Rothschild & Co Asset Management organizan un desayuno para salir de dudas sobre las oportunidades y riesgos del segmento de calidad.
Oportunidades y riesgos en investment grade a la espera del pivot de bajadas
En términos de escenarios de riesgo, el más importante es que haya “un entorno de inflación más pegajoso y que haga más difícil llegar a los objetivos de los bancos centrales, son muy numerosos los factores de riesgo que pueden influir y a los que nos enfrentamos como, por ejemplo, los eventos geopolíticos o de conflicto armado, o las múltiples elecciones que se celebran este año”, comenta Lorenzo Gallardo, Country Head de España, Rothschild & Co AM. Asimismo, del lado de los tipos de interés, menciona que los bancos centrales se adelanten en su camino de bajadas de tipos y pueda afectar de manera negativa al escenario de bajadas de precios y a los balances de los bancos centrales.
Con el foco en el impacto de la inflación, desde en un punto de vista de tipos reales, una vez descontado el indicador, “nos encontramos en un punto donde existe una divergencia clara entre los tipos americanos y los tipos europeos. La yield de la curva americana nos enseña una rentabilidad más atractiva que la europea, ya que esta última se encuentra en un entorno cercano al 0%”, dice.
Asimismo, otro factor de riesgo que identifica se encuentra en el estado de la economía, donde los índices PMI de la Eurozona, “nos siguen enseñando un resultado en territorio de contracción, si bien es verdad, que la tendencia es de recuperación, y en los próximos meses podemos ver mejoras”.
También apunta como riesgo adicional, dentro de la transición energética y que puede impactar en los precios de la energía, que no se hagan las inversiones necesarias a nivel de infraestructuras para hacer que el uso de estas sea una realidad accesible, fiable y económica para todos los consumidores.
1/4En Santander Private Banking España, donde se gestiona de forma activa dando importancia a la duración en empresas con calidad crediticia, su responsable de Renta Fija en España, Carlos Rodríguez-López, insiste en ir ampliando los tramos para estar preparados ante el pivot, que todo apunta se producirá en el segundo semestre, y se revaloricen las carteras.
En los perfiles conservadores, apuesta por monetarios; en el moderado, fondos a vencimiento con rentabilidad objetivo y duración; y, en los agresivos, bajando el orden de prelación, buenas entidades y empresas, donde se consigue un buen spread acompañado de un buen rating.
Con todo, apunta algunos elementos de riesgo que hay que gestionar con atención, como son los distintos conflictos geopolíticos, los numerosos procesos electorales de 2024 o el hecho de que, tras los exitosos programas de emisiones públicas, la presidenta de la Comisión Europea haya puesto sobre la mesa recuperar la presión fiscal en los países miembros, volver a la senda del control del déficit y pedir reformas estructurales.
Ante este panorama, Carlos Rodríguez-López se muestra prudente en high yield y emergentes. A su juicio, la clave está en “la gestión activa, buscando buen rating, mirando bien la duración. Estoy convencido de que, a medida que nos acercamos al objetivo de inflación llegarán las bajadas de tipos y agregará valor a los porfolios”.
2/4El contexto actual de aterrizaje suave es positivo para el grado de calidad y “mientras haya crecimiento, aunque sea bajo, y permita a las empresas que sus beneficios crezcan al ritmo de la economía, será bueno para este tipo de segmento”, apunta Juan Nozal, gestor de renta fija especializado en deuda corporativa investment grade de Mapfre AM. Destaca las bondades del crédito corporativo, en cuanto a fundamentales sólidos y a que muchas de las compañías siguen disfrutando de costes de financiación bajos.
Por zonas geográficas, la firma es más positiva con Europa que con Estados Unidos, porque el Banco Central Europeo tiene, a su juicio, un posicionamiento un poco más favorable que la Reserva Federal en cuanto a su celeridad en la bajada de tipos. “En Europa y China esperamos que tengan mejores resultados dado que el crecimiento ya se ha ralentizado y la relajación de políticas monetarias es más evidente”. Por el contrario, pueden comportarse peor países como Estados Unidos, aún con fortaleza económica, o Japón, donde ahora podría producirse su particular pivot de subidas de tipos.
Sobre los riesgos, indica volver a crecimientos negativos porque la deuda del Estado, por su naturaleza más defensiva, se comporta mejor en escenarios de recesión que la deuda corporativa, que suele estar preparada para un escenario de desaceleración, pero no tanto para un escenario de contracción. Este escenario sería negativo tanto para investment grade como high yield, ya que los márgenes empresariales se reducen y los spreads de crédito se incrementan.
Por otra parte, reconoce que la inflación va a estar tensionada ante diversas variables como lo conflictos geopolíticos actuales, los cuales derivan en volatilidad en los precios del petróleo y/o commodities, o en mayores costes de transporte, ante un deterioro de la crisis del Mar Rojo.
3/4¿Cuál sería el escenario perfecto? ¿Un crecimiento económico por encima de expectativas?, se pregunta Isabel Lamana, del equipo de selección de fondos de terceros de A&G Banca Privada. Su respuesta es que ese escenario no sería lo mejor. En su opinión, “todo lo que no está en línea con el mercado y con sus expectativas supone un riesgo, por lo tanto, ahora mismo, si empezamos a tener un crecimiento muy fuerte, puede resultar negativo porque puede llegar a producirse hasta un contra pivot”.
Asimismo, advierte del riesgo de que los bancos centrales se adelanten a la decisión o a que las bajadas sean más drásticas de lo esperado.
“Si hubiera que escribir una carta a los Reyes Magos, el único deseo sería un fortalecimiento corporativo, que, de alguna forma ya está descontado por el mercado al no esperarse un aumento de impagos. Añade que el coste de refinanciación para las compañías sigue siendo alto. En su opinión, va a haber más sustos por ese lado. “Hay un excesivo optimismo del mercado que no está reflejando ese riesgo, no está en precio una desaceleración económica”, apunta.
Sobre los flujos de renta fija, que han sido masivos (3.000 millones de euros el año pasado a nivel global), llama la atención sobre los máximos alcanzados en renta variable en un contexto de menor crecimiento económico. En este punto, cree que el mercado está en una especie de FOMO y “existe un exceso de liquidez en el mercado que necesita ser invertido junto con un miedo por parte de los inversores a quedarse fuera del mercado”.
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