Michael Hasenstab, director de inversiones, explica los cinco factores que utiliza Franklin Templeton para evaluar y comparar países emergentes en el entorno actual, integrados en un índice.
Se suelen esgrimir como argumentos que justifican la mayor fortaleza de los emergentes respecto a la década pasada la creación de reservas de divisas o el saneamiento de los déficit por cuenta corriente. Michael Hasenstab, director de inversiones de Franklin Templeton Investments, considera sin embargo que la medida más importante ha sido la profundización de sus mercados financieros interiores en la última década: “En muchos países, el desarrollo de una base sólida de inversores nacionales se ha beneficiado de la expansión de una amplia clase media. Por ejemplo, los activos totales en manos de aseguradoras y fondos de pensiones nacionales en los mercados emergentes se han disparado de 2,3 a unos 6 billones de dólares entre 2005 y 2013, respaldados por la expansión del sector de seguros en los emergentes asiáticos y los fondos de pensiones de Latinoamérica”. Hasenstab pone como paradigma a México, por la reducción de su dependencia del sector bancario como fuente de financiación: “Esta transición hacia una financiación más equilibrada ha mejorado la resistencia financiera”.
En materia de riesgos, si bien el experto indica que “varían considerablemente entre regiones y países”, admite no obstante que sí se pueden encontrar algunos temas en común, como la reducción del riesgo de contagio o que las crisis más recientes (como la de Brasil) han sido crisis de divisas “relativamente contenidas, sin desbordarse de inmediato al sistema bancario”.
La conclusión del director de inversiones es que “en general, se han ampliado las líneas de defensa: las autoridades de muchos países tienen más opciones y tiempo para reaccionar cuando repunta la volatilidad y sus economías se ven bajo presión”. Para poder evaluar mejor la capacidad de resistencia de cada país, la gestora ha creado el Índice de Resiliencia de los Mercados Locales (LMRI, por sus siglas en inglés), para poder clasificar y comparar a los países según sus condiciones actuales y previstas a partir del análisis de cinco factores: combinación de políticas, lecciones aprendidas, reformas estructurales, demanda interna y vulnerabilidades externas. Se asigna a cada criterio un valor de entre -2 y +2 para la situación actual, así como un valor para las perspectivas previstas, en opinión del equipo. “Creemos que esta metodología ofrece un planteamiento mucho mejor para identificar las oportunidades de inversión que el mero enfoque hacia las vulnerabilidades externas predominante en los mercados financieros”, comenta Hasenstab.
Dos ejemplos contrapuestos
Si se observa el gráfico, se puede observar que hay dos países latinoamericanos a cada extremo del índice: Venuezuela es el país con un LMRI más bajo, mientras que México obtiene la puntuación más alta. El experto se detiene en este ejemplo: “México es el caso de manual de un país que ha aprendido perfectamente las lecciones de las crisis anteriores y ha tomado medidas no solo para reducir las vulnerabilidades macroeconómicas, sino también para lanzar reformas estructurales de gran envergadura”.
En la categoría de Lecciones Aprendidas, Hasenstab destaca la introducción de un tipo de cambio flexible, la acumulación de reservas de divisas y la reducción del endeudamiento a corto plazo. Dentro de las Reformas Estructurales -tanto actuales como previstas- , el experto afirma que “los esfuerzos de México destacan entre los mercados emergentes tanto por su profundidad como su alcance”.
Sobre la Combinación de Políticas, Hasenstab opina que “es sólida y está mejorando, con una política fiscal prudente que ha reducido la dependencia de los ingresos del petróleo, y una política monetaria proactiva”. Entre tanto, señala que se ha limitado la Vulnerabilidad Externa también gracias a la reducción de la dependencia del petróleo en favor bienes manufacturados. Por último, declara que “la Demanda Interna es muy fuerte, gracias a un buen crecimiento de los salarios reales y un paro reducido, aunque prevemos que pierda algo de fuelle en el futuro debido a la consolidación fiscal en curso”.
Hasenstab pone como segundo ejemplo a Brasil. Según la valoración obtenida en el LMRI, interpreta que “Brasil destaca como un mercado vulnerable que, no obstante, podría rebotar considerablemente”. A continuación, procede a destacar su puntuación, empezando por las Lecciones Aprendidas. Hasenstab ve una evolución favorable en este apartado al haber adoptado el país un tipo de cambio flexible, contar con sólidas reservas de divisas y un limitado endeudamiento a corto plazo. Este último factor también se refleja en una puntuación moderada y que progresa en Vulnerabilidad externa, con el contrapunto negativo de la dependencia de las materias primas. En cambio, el experto indica que las puntuaciones actuales para Combinación de Políticas, Reformas Estructurales y Demanda Interna están en niveles mínimos, “como resultado de la combinación de una profunda recesión y la agitación política”. “No obstante, prevemos una estabilización en la Demanda interna, una marcada mejora en la Combinación de políticas (en algunas áreas, ya adoptadas) con una nueva administración en el poder y cierta mejora en Reformas estructurales”, concluye.