State Street realiza una encuesta a 300 inversores institucionales y gestores de fondos de Europa y Norteamérica con la que ha tratado de dar respuestas a estas y otras preguntas en torno a esta nueva manera de construir fondos indexados.
¿Qué es el 'advanced beta'? ¿Para qué sirve? ¿Cómo lo perciben los inversores y profesionales de la inversión? State Street Global Advisors (SSgA) realizó entre los meses de octubre y noviembre de 2013 en colaboración con Longitude Research una encuesta a 300 inversores institucionales y gestores de fondos de Europa y Norteamérica (la mitad de participantes eran instituciones con un patrimonio superior a 1.000 millones de dólares) con la que ha tratado de dar respuestas a estas y otras preguntas en torno a esta nueva manera de construir fondos indexados. El sondeo se ha complementado con una serie de entrevistas en profundidad con profesionales sénior de la comunidad de inversores institucionales. Una de las principales conclusiones de este estudio: “Las estrategias de advanced beta son una técnica valiosa para mejorar los resultados de inversión y un desafío oportuno a la manera de pensar del consenso sobre la separación entre alfa y beta”.
Los autores explican que la principal motivación para realizar este estudio parte de la detección de una problemática en el mercado: cada vez más inversores muestran preocupación por las dificultades que afrontan los gestores activos para generar alfa y, por ello, muchos institucionales han empezado a rotar parte de sus activos hacia productos de gestión pasiva. No sólo los resultados preocupan; las comisiones también son otro de los motivos esgrimidos para el cambio de activo a pasivo. Desde SSgA aportan este dato ilustrativo: entre 2009 y 2013, la proporción de activos gestionados por fondos de gestión activa que estaban en las carteras de planes de pensiones de Reino Unido retrocedió desde el 66,8% al 53,6%, de acuerdo con la Investment Management Association. En EE.UU., los institucionales ya cuentan con aproximadamente un 50% de su asignación de activos en estrategias pasivas.
Eso sí, desde la entidad matizan que el grado de insatisfacción con la gestión activa también depende del tipo de inversor y del volumen de activos que gestiona. Así, señalan que los fondos más pequeños se preocupan mucho más que los grandes por los costes derivados de las estrategias activas, mientras que fondos de pensiones públicos y fundaciones prestan mucha atención a la rentabilidad que se pueda generar en este campo.
“No obstante, una asignación creciente a estrategias pasivas es sólo una parte de la solución”, señalan desde SSgA, y enuncian algunas de las críticas al modelo basado en ponderaciones según capitalización. Por ejemplo, que un índice cuyas ponderaciones dependen del valor en bolsa de sus cotizadas dará mayor ponderación a las de mayor capitalización, que podrían estar sobrevaloradas con respecto al mercado. Otro de los defectos de este modelo es que puede conducir a la concentración sectorial, que en mercados pequeños se produzca un exceso de protagonismo de las compañías más grandes o, en el caso de índices de renta fija, que el inversor acabe demasiado expuesto a las compañías o países más endeudados.
CONCLUSIÓN # 1: el advanced beta es una alternativa tanto a la gestión activa como a la pasiva
La primera gran conclusión de este estudio es que los inversores perciben al advanced beta como una tercera vía donde asignar sus activos a pesar de que muchas veces se plantee como un compartimento dentro del paquete de estrategias pasivas; de hecho, los encuestados afirmaron que reemplazaban la gestión activa por el advanced beta; al preguntarles cómo encontrarían una asignación dentro del advanced beta, los autores del sondeo descubrieron que hay tres veces más probabilidades de que los inversores respondan que rotarían sus activos a estas estrategias de beta avanzada desde posiciones activas más que desde posiciones pasivas.
CONCLUSIÓN # 2: muchos institucionales ya han asignado una porción de su cartera a estrategias de beta avanzada o pretenden hacerlo
La segunda conclusión tiene que ver con el fuerte apetito de los institucionales por soluciones de beta avanzada: un 42% de los encuestados indicaron que ya cuentan con una parte de su cartera invertida en este tipo de estrategias, mientras que otro 24% afirmaron que pretenden asignar parte de su patrimonio distribuido en otras estrategias en el futuro. En este apartado también cabe destacar que el interés por el advanced beta mostrado por los inversores abarca tanto los productos de renta variable como los de renta fija y se espera que se produzca una rotación hacia este campo en los próximos tres años.
CONCLUSIÓN # 3: el advanced beta no es una moda pasajera
Al igual que ocurrió en su día con la irrupción de la gestión pasiva, ahora con el advanced beta uno de los debates existentes en el mercado es si se trata de una moda pasajera entre los inversores o no. Los resultados del sondeo al respecto son concluyentes: las estrategias de beta avanzada han llegado para quedarse, y los inversores cada vez la perciben más como una parte establecida de su cartera. “La mayoría de los inversores institucionales ven al advanced beta como una poderosa evolución de las estrategias de asignación de activos”, afirman los autores del estudio. Un 75% de inversores encuestados creen que es una alternativa viable a las estrategias tradicionales, basadas en índices, mientras que un 66% afirmaron que es una alternativa viable a la gestión activa.
CONCLUSIÓN # 4: el nivel de conocimientos puede mejorar
Según la encuesta, casi un 70% de partícipes considera que sus conocimientos sobre lo que ofrecen los distintos proveedores de fondos son buenos o excelentes, mientras que un 66% dijeron lo mismo sobre sus conocimientos sobre advanced beta como un concepto de inversión. Sin embargo, desde SSgA han detectado lagunas en estos conocimientos: sólo un 40% de encuestados afirmaron comprender bien cómo se implementan las estrategias de beta avanzada, y un 33% afirmó lo mismo sobre beta avanzada multi factor, que combina la exposición a múltiples factores de riesgo.
CONCLUSIÓN # 5: las estrategias más populares
Dentro del universo advanced beta, las estrategias más demandadas por los inversores institucionales son las de baja volatilidad y baja valoración, tal y como han declarado los profesionales sondeados. De ellos, hasta un 39% han declarado tener actualmente en sus carteras ambos tipos de estrategias. Otra de las conclusiones del estudio es que los productos de baja valoración son especialmente populares entre los inversores más grandes, y que los inversores europeos se decantan por las estrategias de baja volatilidad. Asimismo, los encuestados han declarado que considerarán en el futuro estrategias actualmente menos populares, como las de calidad, momento y multi factor. Un ejemplo: sólo un 9% de inversores utiliza estrategias multi factor, pero un 65% las está estudiando, y un 67% opina que la combinación de varias exposiciones a distintos mercados que forman parte de la oferta advanced beta da como resultado “un producto más refinado”.
Al preguntarles a los partícipes del estudio en qué se fijarían a la hora de elegir a una gestora para un mandato advanced beta, la mayoría ha apuntado como principal criterio a la evolución histórica de sus resultados. También ha tenido un peso importante entre las respuestas que inversor y gestor ya mantuvieran una relación profesional previa.
CONCLUSIÓN # 6: los obstáculos
A pesar de todo lo expuesto hasta ahora y del apetito de los institucionales por este tipo de productos, la encuesta realizada por SSgA también ha encontrado una serie de obstáculos para la adopción de estrategias advanced beta y el desarrollo de las mismas. Entre ellos destacan la dificultad para generar resultados ajustados al índice, la falta de conocimientos o la preocupación por que estas estrategias no hayan sido testadas previamente. “Para superar estos obstáculos, los inversores necesitan convicción, una perspectiva de largo plazo, fuerte gobernanza y un conocimiento claro tanto de los riesgos como de las oportunidades”, afirman desde la entidad.