¿Qué lecciones ha dejado la evolución de los mercados en febrero? “La estabilidad del mercado puede ser un falso consuelo”

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JJ Harrison - Wikicommons {{self|GFDL-1.2}}

Pese a que la política fue la protagonista de las noticias en Europa durante el mes de febrero, sin embargo el verdadero motor de los mercados fue la promesa de una inyección masiva de liquidez por parte del BCE. Desde FRM, filial de Man, los constatan en su último informe mensual sobre el comportamiento de los mercados que “febrero fue un mes de apetito por el riesgo en todas las clases de activos”. Desde la firma han optado por mantener una actitud cauta hacia los mercados: “Aunque algunos bancos centrales aún están implementando recortes de tipos, la naturaleza uniforme de las medidas de los bancos centrales parece haber llegado a su fin”, declaran. 

Van incluso más lejos, al afirmar que “la estabilidad del mercado puede ser un falso consuelo”, ya que las valoraciones han seguido subiendo, pero el crecimiento mundial afronta serios problemas. Por ejemplo, desde FRM se rebate la tesis de que EE.UU. se ha descorrelacionado de otras economías desarrolladas: “Con la notable excepción del empleo, los datos estadounidenses han sido en general decepcionantes en lo que va de año, al menos en comparación con las expectativas optimistas de finales del año pasado. No obstante, el aumento de las valoraciones en febrero ha llevado a la renta variable estadounidense a un nuevo máximo histórico. La dicotomía entre los fundamentales y los precios puede persistir durante algún tiempo, pero es un motivo para la cautela al acercarse la inminente normalización de tipos de la Fed”.  Los analistas de la filial de Man consideran que “las empresas estadounidenses se enfrentan a auténticos obstáculos”. Enumeran la apreciación del dólar y la caída de los precios del petróleo, que ha tenido un impacto muy negativo en los planes de inversión de las empresas de energía y servicios energéticos. 

La deflación es otro de los grandes problemas que amenazan al crecimiento mundial. Desde FRM recuerdan que el miedo a la deflación fue el motor de las políticas monetarias no convencionales que iniciaron hace años la Reserva Federal y el Banco de Inglaterra. “Ahora, según algunos indicadores económicos, nuestras expectativas son comparables a las de 2009”, indican los autores del informe, que añaden que “el IPC estadounidense se ha vuelto negativo por primera vez desde que comenzó la expansión cuantitativa”. Atribuyen este fenómeno en parte a un efecto temporal producido por el desplome del precio del petróleo, pero vuelven a hacer hincapié en que “la mayor fortaleza del dólar importa las presiones deflacionistas a EE.UU.”. En esta gestora se muestran escépticos con los resultados de las medidas hiperacomodaticias impulsadas desde EE.UU. y recientemente imitadas por los bancos centrales de Europa y Japón: “El éxito a largo plazo de EE.UU. ha sido limitado y, como ponen de manifiesto los precios del mercado de bonos, existen pocos indicios de que el resultado vaya a ser muy diferente en otros lugares”.

En este entorno, los analistas de FRM hacen notar que las preocupaciones y prioridades de la Fed son otras:  “El mensaje de varios miembros del FOMC en lo que va de año ha sido claro y prácticamente uniforme: el mercado no está tomando totalmente en consideración el momento probable de la primera subida de tipos ni el ritmo de las subidas posteriores”, comentan los autores del informe. También incluyen la siguiente reflexión con respecto al ciclo de subidas de tipos: “A medida que nos acercamos al momento de esa primera subida, aumenta la incertidumbre sobre la trayectoria futura de los tipos. Aunque todo el mundo espera la subida, su impacto es más difícil de pronosticar. Vale la pena recordar que el último ciclo de subida de tipos de la Fed comenzó hace más de diez años, en junio de 2004. Entonces, como ahora, la preocupación por la deflación dominaba el pensamiento del mercado pero, con el inicio de ese ciclo, el consenso del mercado se rompió bruscamente”. 

Punto de inflexión para Europa

¿Qué ha pasado en Europa durante febrero? Grecia ha sido la gran protagonista al aportar sus propias opiniones al debate sobre la austeridad y conseguir, aunque in extremis y de forma condicionada, que el Eurogrupo acepte sus reformas. “Como escribimos el mes pasado, pensamos que esto podría ser un hito importante en el debate europeo sobre la austeridad, especialmente tras el revés sufrido por el dominio alemán con el anuncio de la expansión cuantitativa”. España juega un papel decisivo en este cambio de discurso… pero de una forma inesperada por muchos: Alemania tiene unos aliados improbables tanto en España como en Irlanda, que se oponen a que Grecia se libre de la disciplina de austeridad que se les ha impuesto a ellos. España en particular, empujada por el auge del partido izquierdista Podemos en un año de elecciones generales, se opone enérgicamente a cualquier relajación de las condiciones de la ayuda a Grecia”, indican desde FRM. 

Aparte de las amenazas internas figuran las tensiones geopolíticas que llevan atenazando a Europa desde hace más de un año, al sufrir Europa la amenaza externa de Rusia. “Normalmente, somos escépticos respecto a la importancia que los mercados atribuyen a los sucesos geopolíticos, pero el deterioro gradual de las relaciones posee una cualidad implacable que ni Rusia ni Europa parecen dispuestas a, o capaces de, contener”, señalan al respecto.

A pesar de este cúmulo de eventos negativos, desde FRM aclaran que no están bajistas: “Como ha demostrado el impacto de la inyección de liquidez del BCE, la estrategia de la beta aún podría seguir desarrollándose durante algún tiempo.  Más bien, creemos que el nivel de incertidumbre que pende sobre los mercados es sensiblemente mayor, y consideramos probable que se manifieste en forma de una mayor volatilidad. Se trata de un cambio claro frente a la opinión que sostuvimos durante la mayor parte del año pasado, cuando la incertidumbre era muy escasa dada la uniformidad de las políticas de los bancos centrales. Por consiguiente, nos parece prudente reducir el nivel de riesgo general de la cartera”, concluyen a modo de resumen.