Razones por las que Welzia desecha el fashion investing en favor del factor investing

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cuellar, Flickr, Creative Commons

Obviar las modas y no encasillarse para conseguir mejores resultados. Ni por estilo, ni por factor, ni tampoco por riesgo. A esa conclusión sobre los mercados y su gestión diaria ha llegado la boutique española Welzia Management, que está dando un giro progresivo a su estilo de inversión y a su gama de fondos. Uno de sus primeros pasos ha sido rebautizar el fondo Welzia Dinámico 20 como Global Opportunities, en el que a partir de ahora aplicará una metodología de factor investing, según el último informe mensual de la gestora.

Desde hace meses, Welzia se planteaba la posibilidad de crear un producto que pudiera responder a lo que el mercado parecía demandar o lo que parecía ser una creciente oferta de otros proveedores. Y esto era la inversión value. Sin embargo, la entidad ha hecho un ejercicio amplio de prospección y, finalmente, ha decidido apostar por la flexibilidad. “Necesitaremos ser versátiles, adaptativos y reactivos ante un mundo que no para en su continua transformación”, justifica Welzia, cuyo equipo de gestión está liderado por José Manuel Marín. Así, podría decirse que ha desechado el fashion investing en favor del factor investing. Y es que “suele haber una fuerza que convierte en moda o tendencia un determinado estilo de inversión, y otra fuerza posterior que hace irrumpir un nuevo estilo que toma el relevo en esta sucesión de moda o tendencia”.

El factor investing, según su concepción, consiste en identificar aquellos elementos que son los drivers diferenciales de la rentabilidad-riesgo de las carteras para, posteriormente, observar sus interacciones y aportaciones en términos de rentabilidad-riesgo. En concreto, esta metodología se sitúa en la intersección que conforman la gestión activa, la gestión pasiva y la gestión alternativa.

“Global Opportunities es y será un fondo dedicado a aplicar un proceso de selección de inversiones, basado en los factores value y quality, tanto en clases de activos como activos finales, en donde su presencia y peso vendrán influenciados por su momentum. Se tratará pues del elemento discriminador de lo que está de moda o tendencia o deja de estarlo”, explica la boutique.

Un primer ejemplo de factor investing

En estos momentos, este producto ya está implementado y su configuración actual muestra una distribución casi equiponderada de cuatro temáticas distintas: tecnología (25%), financieras (25%), small caps (30%) y resto (20%).

En tecnología, apuesta por valores relacionados con la robótica o los semiconductores, por ejemplo, mientras que entre los valores financieros destacan bancos estadounidenses y europeos e intermediarios financieros. La temática de mayor protagonismo, la de pequeñas capitalizadas, es jugada en Europa, en España y en Suiza, y en el cajón de sastre restante aparecen las líneas áreas, la gestión de residuos o la reforma fiscal de Estados Unidos.