Renta variable mundial, más allá de los 7 Magníficos: cómo detectar oportunidades

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Foto: Adeolu Eletu on Unsplash

En una fase de incertidumbre debida a la ralentización del crecimiento, la inflación decreciente pero persistente y los tipos elevados, Didier Rabattu, responsable mundial de renta variable de Lombard Odier IM, con el fin de captar la posible evolución de los mercados de renta variable en los próximos meses, insta a los inversores a detenerse en dos indicadores clave: la rentabilidad del capital y el coste del capital.

"El periodo comprendido entre 2016 y 2022, en el que el coste del capital fue negativo debido a las bajas tasas de inflación y a tipos nominales negativos, fue en cierto modo una anomalía. Un entorno así permite ratios precio-beneficio elevados por el mero hecho de que los costes de financiación de las empresas son bajos", explica Rabattu, Y añade: "Ahora la situación ha cambiado: con una inflación más alta y los bancos centrales subiendo los tipos a partir de 2022, el coste real del capital ha aumentado. La tasa de inflación en Europa y Estados Unidos ronda el 3%, mientras que los tipos se sitúan entre el 4% y el 5%".

Así, el coste real del capital se sitúa en torno al 1,5%. Pero a pesar del aumento del coste del capital, la rentabilidad de los fondos propios de las empresas se ha mantenido elevada, lo que explica el buen comportamiento de los mercados de renta variable durante el pasado año a pesar del escenario adverso.

El responsable mundial de renta variable de Lombard Odier IM añade que esto se debe a que, a pesar del repunte de la inflación, las empresas han conseguido subir los precios lo suficiente como para proteger los flujos de caja. Esto ha dado lugar a un entorno muy diferente del entorno inflacionista de los años setenta, cuando los rendimientos del capital se desplomaron.

“Por el contrario, en los dos últimos años, las empresas han conseguido proteger sus márgenes de beneficios y ésta es una de las razones por las que las ratios PER en los mercados siguen siendo bastante elevados", analiza el experto.

Rendimiento bursátil concentrado en unos pocos nombres

Otro fenómeno que ha caracterizado a los mercados ha sido la concentración del rendimiento en un puñado de valores: los de las megacaps tecnológicas estadounidenses, las llamadas 7 Magníficas (Apple, Microsoft, Alphabet, Amazon, Nvidia, Meta y Tesla), cuyos beneficios han aumentado espectacularmente en los dos últimos años. Sólo estas empresas representan ya más del 30% del S&P500, pero también el 25% del MSCI World.

Una situación similar se observa también en Europa, región que, a diferencia de Estados Unidos, atraviesa una fase compleja en términos de crecimiento económico. "En Europa, sólo algunos sectores van bien, en particular el lujo o la asistencia sanitaria por los nuevos medicamentos contra la obesidad, y el pequeño grupo de empresas que Goldman Sachs ha denominado GRANOLAS (GSK, Roche, ASML, Nestlé, Novartis, Novo Nordisk, L'Oréal, LVMH, AstraZeneca, SAP y Sanofi)", afirma el experto.

"Las empresas de small y mid caps, a excepción de las dos o tres últimas semanas, están planas y aún no se han recuperado de la fuerte caída del mercado de 2022", prosigue Rabattu. Para el experto el mercado alcista actual, tanto para Europa como para Estados Unidos, básicamente se limita a las big caps y sólo ha afectado marginalmente a la economía real.

Sin embargo, de cara a los próximos meses, mira con interés al segmento de las small y mid caps a nivel global, debido a que cotizan con valoraciones relativamente baratas. "Además, a medida que los bancos centrales relajen los tipos, esta tendencia favorable a las big caps podría invertirse, mitigando la gran discrepancia actual entre las valoraciones de las small y mid caps y las big caps", analiza.

Japón

Un mercado que gusta al gestor es Japón. El País del Sol Naciente vive un momento muy positivo para el retorno de la inflación tras décadas en las que fue casi persistente. "El banco central japonés mantiene políticas acomodaticias. Como resultado, con las tasas de inflación actuales, el coste del capital es negativo en torno al 3,5%. Además, las empresas japonesas se han visto presionadas por el retorno de la inflación para desplegar las enormes cantidades de efectivo que han acumulado en sus balances, facilitando operaciones de recompra que están apoyando el comportamiento del mercado japonés", afirma el responsable mundial de renta variable de Lombard Odier IM.

Sectores en el radar

"Algunas partes de los mercados emergentes están muy baratas en estos momentos, en particular las empresas chinas de calidad que cotizan en mercados extraterritoriales, penalizadas por el impulso negativo de China. También gozan de valoraciones atractivas el sector de los recursos naturales, por ejemplo, las empresas que participan en la cadena de suministro de litio, cobalto o níquel, materias primas fundamentales para la transición energética", analiza Rabattu.

Al margen de los nombres más conocidos, el experto también ve oportunidades en el sector tecnológico. Apuestan por las green tech y las fintech, que están desafiando al sector financiero y bancario en el terreno de la innovación. También en pagos globales hay empresas interesantes que cotizan a precios asequibles", afirma el profesional.

Mientras que los sectores con más problemas, según el análisis de Rabattu, son los bancos debido a las elevadas deudas que pesan sobre los balances de algunos nombres de la industria y el sector del automóvil. "Está sufriendo una evolución debido al cambio hacia los coches eléctricos y la conducción autónoma que podrían transformar completamente la industria. Se están produciendo cambios en la industria del automóvil que por el momento no dejan claro cuál será su futuro, debido también a que China está ganando nuevas cuotas de mercado en Asia y América Latina y ahora pretende expandirse también en Europa", afirma el experto.

¿Sostenibilidad en crisis? 

A la luz de los recientes acontecimientos en EE.UU., en los que algunas grandes empresas de gestión de activos están reduciendo su participación en coaliciones de inversores que promueven el compromiso con el cambio climático, Rabattu no cree que estas deserciones socaven el futuro de la inversión sostenible. "Los factores ASG están relacionados con las prácticas empresariales, pero son algo distinto e independiente de la sostenibilidad. En EE.UU., los ASG atraviesan un momento crítico. Sin embargo, esto no significa que la sostenibilidad esté llegando a su fin", afirma el experto.

Según el experto, La Ley de Reducción de la Inflación (IRA, por sus siglas en inglés) del Gobierno federal, diseñada para atraer inversiones verdes a EE.UU., está creciendo a pasos agigantados. Hay muchas empresas, incluso europeas, comprometidas con la transición energética y las energías limpias que están abriendo nuevas plantas en suelo estadounidense gracias a este plan. "Los efectos de esta iniciativa en la economía estadounidense demuestran que la sostenibilidad en el país es una tendencia que va a continuar", concluye Rabattu.