Según el responsable de renta fija europea de Morgan Stanley IM y gestor del Morgan Stanley INVF Euro Corporate Bond, esto permitiría responder a la cuestión clave: cuánto tiempo soportarán los bancos centrales el precio de los activos.
Richard Ford es el responsable de renta fija europea de Morgan Stanley Investment Management y gestor del Morgan Stanley INVF Euro Corporate Bond Fund, producto que cuenta con el sello superventas de Funds People. El experto nos señala tres factores claves que han sido determinantes en el arranque de 2017: los bancos centrales, la política y las citas electorales y el beneficio de las empresas.
Todos ellos nos hacen mirar hacia el pasado. Los mercados han estado dominados por los bancos centrales, señala Ford, y éstos a su vez por la inflación. La pregunta que hay que hacerse es dónde veremos la inflación, para así responder a la cuestión clave: cuánto tiempo soportarán los bancos centrales el precio de los activos. En el caso de Europa, “los retos a los que se enfrentaba la economía han mejorado desde la crisis financiera, ayudados por una divisa débil y la caída en el precio de las materias primas. Ello debería crear demanda estructural y empleo, y en teoría, inflación, pero no está claro que ésta sea sostenida”, señala Ford. Por tanto, ”nos moveremos en un entorno de baja inflación que permitirá al BCE mantener sus condiciones financieras durante más tiempo”.
¿Y hasta cuándo? “Dependerá de las condiciones económicas”, responde. “En un entorno de mejora del entorno económico, es razonable pensar que el QE (quantitative easing) no se puede mantener siempre. El consenso de mercado espera que se inicie en 2018, pero las discusiones al respecto empezarán en septiembre u octubre de 2017, lo que tendrá un impacto en la volatilidad y confianza del mercado”.
El segundo factor clave para el sentimiento de mercado durante este año será la política de la mano de las citas electorales. “Probablemente la volatilidad será una constante en torno a los eventos políticos debido a la incertidumbre que hay sobre los resultados. En 2016 aprendimos lo erróneo de hacer predicciones basadas en encuestas de opinión de mercado, aunque cualquier evento volátil debido a factores políticos será recibido por una respuesta en forma de intervención del banco central”, explica. Y como ejemplo la inmediata respuesta del Banco de Inglaterra tras conocerse los resultados del Brexit.
En tercer lugar, la rentabilidad y valoración de las compañías. “Los inversores se enfrentan a la pregunta clave de si la deuda corporativa está cara o no y de si se les está pagando suficiente por el riesgo”, explica. “El retorno esperado refleja las valoraciones actuales; la clave es comprar a un precio adecuado. Es conveniente recordar el dicho de que no hay tal cosa como una buena o mala inversión, sólo buenas o malas valoraciones”. Para Ford, las valoraciones están ajustadas si las miramos desde la crisis financiera, pero si ampliamos el horizonte aún tienen cierto margen. “Una vez asumido que los diferenciales de crédito están caros, o que lo estarán en el futuro, la cuestión es saber cuándo es el momento adecuado para vender”. Existe en su opinión un riesgo de vender demasiado pronto, renunciando al carry de los bonos y al papel del BCE como comprador en última instancia.
¿Cómo se traslada su visión a la cartera? De cara al segundo trimestre, “gestionamos el riesgo político y somos capaces de reaccionar ante cualquier volatilidad resultante del mismo. Sin embargo, esta respuesta será un reflejo de las valoraciones en ese momento y de la tendencia que tengan, tanto esas valoraciones como los diferenciales de crédito. La política se espera que genere volatilidad. No obstante, estará limitada por los bancos centrales”. Por ello, el mayor riesgo para este año es que el BCE retire sus medidas antes de lo esperado.
Posicionamiento
Su estrategia pasa actualmente por la sobreponderación del crédito y cortos en duración respecto al índice. Por sectores, apuesta por financieros y está infraponderado en industriales. “Un inversor de renta fija busca reconocer compañías con estrategias que aporten valor al bonista, es decir, que transfieran riqueza de los accionistas a los bonistas”, apunta Ford. Esto marca las oportunidades que ve en el sector financiero o alejarse en el corto plazo de industriales. En primer lugar, los bancos se beneficiarán de un escenario de normalización y aumenten los tipos, especialmente, cotizando con valoraciones atractivas. “Nos gustan bancos champions league”, apunta. En cambio, en industriales esperan operaciones de M&A por lo que “las compañías estarán presionadas para aumentar el valor de las acciones que podrían estar a expensas de los bonistas asistiendo a un aumento de la deuda. De todas formas, cuando se despejen las condiciones de los acuerdos creemos que habrá oportunidades”.