El gestor del M&G (LUX) Optimal Income sigue incrementando la duración de la cartera, que se mueve en la parte alta de su rango histórico, ante la previsión de que la inflación baje con fuerza en el corto plazo.
Tono marcadamente positivo el de Richard Woolnough en su última visita a clientes en Madrid. El gestor del M&G (LUX) Optimal Income ha llevado la duración de la cartera al rango alto de su histórico. “Todas las señales de rentabilidad-riesgo apuntan a estar largos de duración”, defiende. ¿Su argumento? La firme convicción de que las medidas de los bancos centrales han surtido efecto y que la inflación está en una firme tendencia bajista.
El dato clave para el gestor es la tendencia de la masa monetaria. “Qué es la inflación sino un medidor de la oferta monetaria”, apunta. Durante la pandemia los estímulos monetarios se unieron a los problemas en las cadenas de suministro. O lo que es lo mismo, que había mucho dinero persiguiendo pocos bienes. Así, la masa monetaria se disparó. Ahora estamos en el punto contrario, las agresivas subidas de tipos han llegado cuando esos tapones en los suministros se han aliviado. Ahora tenemos menos dinero con mayor oferta de producto.
De hecho, si sigue esta tendencia, los precios incluso entran en terreno deflacionista. “Y sabemos que hasta otoño los bancos centrales van a seguir destruyendo dinero”, apunta Woolnough. Como la única manera de frenar la deflación es recortando tipos, el gestor prevé que los bancos centrales entren en acción a partir de verano. “Pero es que cuanto más tiempo mantengan los tipos altos, más bajará la inflación y eso es positivo tanto para bonos como para las acciones”, sentencia.
Este movimiento hacia una mayor duración en cartera empezó el año pasado. Tras varios ejercicios infraponderados en duración el año pasado se movió a neutral y ya en 2024 están directamente largos en duración. Ahora tienen la octava duración más larga desde que se lanzara el fondo hace casi 20 años. Por poner en contexto la fortaleza de la convicción del equipo de Woolnough: la última vez que estuvieron largos en duración fue en 2007.
También positivo con el riesgo de crédito
“Es un poco vuelta a los orígenes”, reconoce el gestor, pero hay una gran diferencia con el escenario 2006-2007, cuando se lanzó la estrategia: que entonces estábamos en una burbuja de crédito. Y ahora, Woolnough siente que estamos en un punto muy distinto en cuanto a valoraciones. Teniendo en cuenta una inflación al 2% y un crecimiento al 2%, la tasa neutral es del 4%, junto el punto donde están las valoraciones actuales. “Si me están pagando por tomar riesgo, por qué no hacerlo”, sentencia.
Así, la cartera del M&G (LUX) Optimal Income actualmente se mueve bastante diversificado por tipo de activos, con un tercio en gubernamentales, otro tercio en corporativos grados de inversión y ligeramente positivos en corporativos high yield. Y de nuevo, siguen con nula exposición a renta variable.
Esa convicción en su posicionamiento viene dada por el estricto marco de valoraciones a las que se adhiere el fondo. “Es nuestro faro. Es lo que nos permite ignorar el ruido de la macroeconomía y la política del corto plazo”, afirma Woolnough. “En ocasiones nos hace parecer tontos por ir contra consenso, como cuando no teníamos duración en los primeros años del covid, pero mantener la disciplina de lo que dicen los números con el tiempo nos da la razón”, explica.
Un gran 2023
El M&G (LUX) Optimal Income cuenta un año más con el Rating FundsPeople. El fondo deja atrás uno de sus mejores ejercicios en la historia reciente. En 2023 cerró en el primer cuartil de su categoría, con una rentabilidad del 10,81% para la clase CI. Esto, a pesar del pequeño lastre que supuso en cartera un bono AT1 de Credit Suisse cuando estalló la crisis de confianza en la banca el año pasado.
La clave, opina Woolnough, fue su confianza temprana en la estabilidad de la economía mundial. En su visita de 2023 el gestor ya defendía su tesis de que la inflación es en su mayoría un fenómeno monetario y que, por lo tanto, no necesariamente haría falta una recesión para templar las subidas de precios, por lo que aumentaron su exposición a riesgo de crédito.
Y así se ha cumplido. De hecho, como el mercado ha puesto en precio un escenario benigno en la economía mundial, han rebajado ligeramente su riesgo de spread. “No es que hayamos cambiado de opinión y ahora creamos que va a haber una recesión, sino que el mercado ha reconocido nuestra tesis central y hemos recogido beneficios”, matiza el gestor.