El binomio entre oportunidad, rentabilidad y riesgo se vuelca hacia los activos de renta fija, gracias al colchón de seguridad que ofrecen los activos monetarios. Pero la clave, según los expertos, es extender el horizonte de inversión al largo plazo.
La variable clave de 2023 ha sido la inflación. Y también seguirá estando en el foco durante el año que viene. Así lo esperan los expertos de Santander Wealth Management & Insurance, que aglutina el negocio de banca privada (Santander Private Banking), gestión de activos (Santander AM),y seguros del banco. “El grueso de la generación de inflación se ha ido moderando y prácticamente todos los problemas se han anulado. Para 2024 esperamos que ésta siga a la baja y se mantenga por encima del objetivo del 2%”, ha explicado Alfonso García Yubero, director de análisis y estrategia de Santander Private Banking Gestión.
La economía va hacia un “long landing”, esto es, “un aterrizaje muy paulatino y muy prolongado en el tiempo”, ha apuntado García Yubero. Además, el escenario central de la entidad es que el crecimiento económico siga siendo positivo, pero más limitado y sin caer en una recesión global, y que los tipos de interés empiecen a bajar de forma paulatina. Consideran que los bancos centrales a nivel global (con excepciones como Japón y China) han llevado los tipos de interés a niveles muy restrictivos que deberían bastar para moderar las tensiones inflacionistas. “Este cambio en el sesgo de la política monetaria está siendo posible gracias a la confirmación de que están remitiendo las presiones inflacionistas”, indican en el informe de perspectivas para 2024.
Recomendaciones de inversión
Según José Mazoy, responsable global de inversiones de Santander AM, el mercado ya ha ajustado al alza tanto los tramos cortos como los largos de la curva de tipos. Inflación, crecimiento y tipos serán tres elementos clave para los mercados al año que viene. Todos ellos son positivos menos el crecimiento. “Nos falta un poco de crecimiento, por eso a la hora de recomendar activos de inversión pensamos que el binomio entre oportunidad, rentabilidad y riesgo se vuelca un poco más hacia los activos de renta fija”, ha insistido Juan de Dios Sánchez Roselly, director de inversiones global, Santander Private Banking.
Por primera vez en 15 años estar posicionado en activos monetarios a corto plazo genera valor. Según Sánchez Roselly “es un ingrediente muy importante, porque te da un colchón de seguridad a los porfolios. Por eso, la clave está en explicar a los clientes cuál es la segunda derivada de la subida de tipos: extender el horizonte de inversión a largo plazo”. El problema de la renta fija a corto plazo es que se va a ir descafeinando a medida que pasa el tiempo.
- Extender la duración en el momento en el que el banco central pausa en las subidas de tipos ha generado rendimientos diferenciales.
- Añadir riesgo de crédito de calidad puede generar retornos importantes.
- Es un óptimo momento para diversificar carteras combinando primas de riesgo.
- La bolsa europea cotiza a múltiplos de valoración acordes con el nivel de tipos. Mientras que los beneficios del S&P 500 han vuelto a crecer en el tercer trimestre de 2023.
- La compra de protección o de exposición bursátil es atractiva a estos niveles de volatilidad.
- Los mercados privados compensan con retornos su menor liquidez.
Ideas concretas
La entidad apunta a varias opciones que pueden ser atractivas el año que viene, como aumentar la duración de los bonos soberanos e incrementar la exposición a bonos corporativos investment grade. Creen que se trata de un “excelente momento para construir carteras diversificadas, dados los elevados rendimientos disponibles tanto en activos sensibles a tipos de interés (deuda pública) como en activos sensibles al ciclo económico (bonos corporativos y renta variable).
No obstante, “a largo plazo la renta variable sigue siendo el activo que debe formar parte de las carteras”, ha insistido Jacobo Ortega Vich, director de Inversiones Europa de Santander AM. En este activo, conforme se vayan despejando las dudas del ajuste cíclico de los beneficios, incrementarán posiciones. Eso sí, es muy importante la gestión activa para seleccionar las compañías adecuadas dentro de cada sector. Les gustan las compañías eléctricas y el sector financiero.
En lo que respecta a los mercados privados, resaltan el private equity, infraestructuras, private debt o capital riesgo. Y aconsejan tomar posiciones en temáticas de transición energética, digital y comercial, con el objetivo de generar retornos diferenciales en el largo plazo. Dentro de éstas, destacan el reto de la descarbonización, la inteligencia artificial generativa, así como el pulso a la productividad global y los nuevos flujos de inversión.