La inversión en multiactivos es una de las apuestas de las gestoras de fondos para sortear las subidas de tipos previstas para el año que viene. Johanna Kyrklund, responsable de inversión multiactiva de Schroders, mantiene una actitud constructiva con las posibles maniobras que ejecuten los bancos centrales, de los que espera que “sus esfuerzos apoyarán la recuperación continuada de la economía y mantengan amplia liquidez, lo que significa que el camino de menor resistencia a la renta variable sigue activo”.
En esta difícil transición hacia un entorno más normalizado, los pronósticos de Schroders señalan a la deflación como el principal riesgo para 2014. “Las medidas inflacionarias continúan indicando una fotografía de congelación de la demanda, que se refleja en la carencia de gasto corporativo. Básicamente necesitamos ver que la confianza empresarial mejora de forma más importante: que los bancos centrales mantengan el mismo rumbo no es una base suficientemente sólida para el crecimiento sostenible”, adiverte la responsable de inversión en multiactivos.
Kyrklund constata sin embargo que los múltiplos de beneficio por acción “ya se han expandido considerablemente”, y espera que “el crecimiento de beneficios debería ayudar a entregar retornos de un dígito alto en los mercados de renta variable en 2014”. Para beneficiarse del cambio de ciclo, la decisión que se ha tomado ha sido ajustar la exposición de la cartera, reduciendo posiciones en valores de sectores defensivos a favor de otras áreas más cíclicas.
En el terreno de la renta fija, la responsable de multiactivos de Schroders prevé que la deuda soberana sea la mayor fuente de volatilidad, como ha ocurrido este año. Como resultado de que la Reserva Federal y el Banco de Inglaterra hayan condicionado las subidas de los tipos de interés a la mejora del empleo (hasta el 6,5% y el 7% en cada caso), “incluso aunque con toda probabilidad los bancos centrales mantengan los tipos muy bajos, la visibilidad o forward guidance podría crear confusión entre los inversores, al responder a cada giro de los datos de empleo”, afirma.
La solución que ha tomado el equipo de Schroders para evitar esta distorsión es infraponderar la duración y enfatizar la exposición a la parte del crédito que muestre menor sensibilidad a la variación de los tipos, que es básicamente el high yield, titulizaciones y préstamos apalancados.
Mejor desarrollados que emergentes
El futuro de los países emergentes es una parte importante de las perspectivas de la experta para 2014. Reconoce que “el entorno para los mercados emergentes todavía parece en general más nuboso que para sus pares desarrollados”. La responsable de multiactivos destaca la brecha abierta entre ambos bloques: “La ausencia de presiones inflacionarias está permitiendo a las economías desarrolladas aplicar políticas monetarias muy laxas. En contraste, algunas economías emergentes afrontan un equilibrio entre crecimiento e inflación en deterioro, que combinado con los actuales déficit por cuenta corriente, puede limitar la habilidad de los bancos centrales para estimular la economía”.
Johanna Kyrklund resalta que las valoraciones “a lo largo de una gama de activos” se han abaratado, “al haberse ajustado los tipos reales de cambio y las rentabilidades a los desafíos financieros y económicos que afronta la región”. De hecho, la responsable considera las valoraciones lo suficientemente tentadoras como para “ofrecer miras para oportunidades tácticas a lo largo de una gama selecta de mercados”. Dicho esto, la posición de la experta es cauta, dados los problemas estructurales que afronta el crecimiento emergente, por lo que siguen prefiriendo los mercados desarrollados.
Esta preocupación por los emergentes lleva también al equipo de inversión multiactiva a seguir evitando las materias primas, que en la última década han estado muy correlacionadas con el crecimiento emergente. “Los altos precios y las expectativas de crecimiento rápido y continuado en los mercados emergentes alentaron un incremento considerable en el suministro que, bajo nuestro punto de vista, es probable que cause que muchos precios se estanquen en el mejor de los casos a lo largo de 2014”, vaticina Kyrklund, quien añade que, de hecho, “la evidencia de un exceso de capacidad en algunas partes del mundo emergente plantea para los precios un importante riesgo de caída”.
En materia de divisas, la experta coincide con la visión general en el mercado de que los movimientos de la Fed deberían fortalecer al dólar, aunque añade que cree que el principal catalizador de los movimientos de las divisas para 2014 será “la divergencia de las políticas monetarias entre los bancos centrales”. Su visión sobre el ‘tapering’ es que la retirada de estímulos empiece en marzo y sea gradual. Paralelamente, prevé que el Banco de Japón continúe activo en sus políticas de reflación, de ahí que mantengan una posición larga en dólares contra el yen.
En lo referente a las divisas emergentes, el influjo de las decisiones de la Fed les provocará “correcciones periódicas”, por lo que también evitará la inversión en la moneda de aquellos países que registren crecimiento débil, déficit presupuestario y por cuenta corriente, pues desde Schroders estiman que serán las naciones más vulnerables al final del QE3.