Schroders QEP, la próxima generación de renta variable

Hace 15 años, Justin Abercrombie montó el equipo de gestión cuantitativa de Schroders y en estos años ha idoperfeccionando la gestión de los productos hasta crear lo que en la gestorallaman “la próxima generación de fondos”. Sus productos se gestionan combinando la fortaleza y alcance de los modelos matemáticos que ofrecen los ordenadores con la intuición y el saber humano de los gestores del equipo. 

 

Así, 23 profesionales trabajan en las estrategias cuantitativas de Schroders, que cuentan con un patrimonio total de 15.00 millones de euros. El proceso de inversión comienza analizando medidas tradicionales de una empresa en la que miran temas cuantitativos, como su cash flow, dividendo o ventas y temas cualitativos como su viabilidad, fortaleza financiera o estabilidad de negocio. Entonces, entran en funcionamiento los programas matemáticos creados por el equipo y que les da acceso a un amplísimo universo de 15.000 acciones en más de 40 países. “Esto te ofrece escala y acceso a mercados que, de otra manera, es casi imposible”, explica Tim Matthews, gestor de la gama de estrategias cuantitativas de Schroders. “Los fondos son la suma de muchas piezas que van encajando para crear las carteras finales, que son muy dinámicas”. 

 

Tras pasar el filtro cuantitativo, el tercer paso consta del saber hacer de los gestores del equipo que son los que toman las decisiones finales. “Se basan en los modelos como soporte, pero la cartera la crea la persona. Es el decision maker, el que aporta su experiencia y conocimiento a los productos”, dice Matthews. Por ejemplo, si el modelo les lleva a invertir mucho en un sector analizan ese sector en concreto por zonas y analizan por qué puede ser. “No es un análisis cuantitativo mirando el pasado, sino que es un análisis de futuro”, dice. 

 

Los fondos son globales porque, según explica Matthews, así pueden ir cambiando la cartera en búsqueda del mejor valor en cada momento. Y es que la gestión de las posiciones es muy activa (en torno al 75-80% de active share), aunque la rotación de la cartera se mantiene en el entorno del 70-80% anual. Tan sólo utilizan acciones y futuros sobre índices para darle mayor eficiencia a los movimientos de dinero y siempre mantienen la cartera completamente invertida. 

 

Las carteras están muy diversificadas (más de 500 posiciones), si bien, no se trata de productos indexados ya que la desviación sobre el índice está, por ejemplo, entre el 4 y el 4,5% en el caso de la cartera quality. Algunos límites que tienen a la hora de crear la cartera son el límite máximo que pueden tener en una sola posición (0.5% en el caso de la estrategia value y 0,75% en la quality), si bien, no limitan el peso por sectores o regiones. 

 

 La estrategia value se gestiona sin índice de referencia y busca comprar compañías baratas, tanto como la calidad de la empresa lo permita. Para la selección de las empresas, el equipo elabora su propio índice, el Global Value Rank, con el que miden lo atractivo que es la empresas y sólo invierten en el primer tercio de ese ránking. Para mantener la cartera en los niveles deseados de calidad, cuando una posición llega a 50 puntos básicos de beneficio, la venden porque consideran que siempre hay oportunidades. “Es mejor buscar otras ideas, ya que tenemos acceso a un universo tan grande que siempre podemos encontrar valores atractivos por lo que estamos en constante rebalanceo de la carta”.  Esta estrategia ha batido al MSCI Worls en un 3% anual desde octubre de 2004. 

 

Por su parte, la estrategia Global Quality ha batido al MSCI World por 4,8% anual desde octubre de 2007, la de Global Blend (que es una combinación de la Value y la Quality) ha obtenido un 3,6% anualizado desde 2007 y la Global Core un 1,2% anualmente desde 2000, batiendo a su índice de referencia en 10 de sus 11 años de historia.    

 

Producto también para el retail 

Hasta ahora, han sido fundamentalmente los clientes institucionales los que han entrado en estas estrategias, pero desde Schroders consideran que son productos aptos para todo tipo de clientes ya que, dicen, “al final es igual que un fondo tradicional pero con más acceso y diversidad, por lo que es un buen producto para el retail también. Esto no es una caja negra, es un proceso transparente”.