26 de julio de 2012. Esta fecha, así como los días anteriores y posteriores, tienen seguro un hueco en la memoria de todos aquellos profesionales financieros que hace justo ahora diez años veían cómo la prima de riesgo española marcaba un máximo cuasi histórico al superar los 630 puntos básicos. Niveles tan peligrosos que obligaron al entonces presidente del BCE, Mario Draghi, a pronunciar el que sin duda es su discurso más famoso: "El BCE hará todo lo necesario para sostener el euro. Y, créanme, eso será suficiente". Ese "whatever it takes" y ese "believe me, it will be enough" que cumplen justo 10 años en este 26 de julio de 2022 y que marcaron el principio del fin de la crisis de deuda periférica.
Charlamos con algunas de las gestoras españolas con más peso de sus activos bajo gestión en renta fija sobre qué lecciones dejó la crisis periférica que acuño ese acrónimo de PIGS tan despectivo, y sobre todo, sobre si existe o no la posibilidad de que se vuelva a producir una crisis de tanta magnitud como aquella.
El cambio radical del BCE
Empezamos por lo segundo, ya que en las últimas semanas el miedo ha vuelto a apoderarse del mercado de deuda periférica disparando las primas de riesgo de Italia o España por encima de los 200 puntos. Nivel suficientemente alto que llevó al BCE a actuar al anunciar un mecanismo antifragmentación (TPI) que ha calmado a los mercados pese a las dudas que genera su funcionamiento.
Pero más allá de si éste se aplicará o no, el mensaje del BCE es claro: no dejará que se produzca una nueva crisis, al menos no de tal magnitud. Esa es la idea que defienden las gestoras. "En aquel momento las primas de riesgo rondaron los 500 p.b. La situación actual es bien distinta. Si bien, recientemente los diferenciales respecto al bono alemán han repuntado, cotizan en unos niveles relativamente contenidos. Incluso Italia, con una situación de gobierno tremendamente difícil, está a 200 p.b", explica Ignacio Fuertes, director de inversiones de Miralta AM.
Sin embargo, la situación de Italia preocupa y su prima de riesgo lo cotiza . Tanto que la rentabilidad de su bono a diez años ha llegado a superar en rentabilidad al de Grecia. No en vano, la dimisión de Draghi implica una aun mayor fragmentación de la política italiana y un aumento de la volatilidad inevitable con la inflación disparada y Europa a las puertas de la recesión.
La nueva unión de Europa
A la espera de ver cómo avanza esta nueva crisis italiana, la idea que el mercado ha comprado es que el BCE volverá a estar cuando se le necesite y que no viviremos una crisis como la de entonces. De hecho, el papel del BCE de entonces, centrado en la inflación, no tiene casi nada que ver con el actual. "Se han convertido en un participante de mercado más, o, mejor dicho, en el participante mayor relevancia", explica Fuertes.
A esto hay que sumar que hoy Europa está mucho más unida que entonces. "Vimos que la fractura de la Zona Euro era una posibilidad real, vimos cómo los mercados pueden poner en precio esa posibilidad de forma rápida y contundente, y vimos la necesidad de una respuesta única, fuerte y creíble de las autoridades, en este caso del BCE", explica Guillermo Viñuales, gestor senior de renta fija de Credit Suisse Gestión. Y no solo del BCE ya que recuerda la pandemia y también la guerra en Ucrania han provocado que "ahora más que nunca, la unidad europea se ha demostrado vital en el actual entorno geopolítico".
En cuanto a las lecciones que nos dejó la crisis, Ascensión Gómez, directora de renta fija de Trea AM subraya algunas importantes. "La primera lección que nos dejó es que es imprescindible la diversificación de carteras, la segunda, el mercado acaba poniendo en precio los fundamentales, tercero, cada vez es más importante primar la liquidez de los activos que componen la cartera de renta fija y último, cada vez hay más factores externos a tener en cuenta por lo tanto es esencial ser capaz de digerir una volatilidad superior a la de los últimos años", afirma.
