Soluciones pasivas para la parte conservadora de la cartera: ¿en qué punto nos encontramos?

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FP

No es ningún secreto que, a día de hoy, la renta fija ya no es lo que era: tras décadas de inexorable caída de los tipos de interés, los inversores conservadores se han visto obligados a buscar rentabilidad más allá de los bonos. “Hay un tipo de cliente que ha tenido un componente de renta fija durante muchos años en su cartera y que vivía muy tranquilo con cupones más o menos altos y rentabilidades reales más o menos generosas”, explica Álvaro Galiñanes, director de Inversiones en Santander Private Banking Gestión, durante el segundo desayuno sobre ETF organizado por Funds People y patrocinado por UBS ETF.">UBS ETF.

Jaime Hoyos">Jaime Hoyos, director gerente en Sabadell Urquijo Gestión, cree que el problema es más generalizado: “Venimos de una época en la que la gente obtenía rentabilidades del 7% y el 8%, incluso del 14% hace algo más de tiempo, sin necesidad de asumir riesgos, y eso ha hecho que se instale una mentalidad de depósito. En otros países llevan más años buscando rentabilidad en bolsa, mientras que aquí el cambio ha venido porque el depósito ya no paga lo que antaño”.

Ese tipo de inversor “se ha visto empujado a asumir algo más de riesgo en renta variable porque en renta fija no hay nada que rascar”, recuerda Galiñanes. Sin embargo, “unas subidas de tipos rápidas o muy pronunciadas podrían no sentarles bien a las bolsas, que es donde más han invertido muchos de esos clientes menos preparados para un revolcón del mercado”.

Soluciones para inversores conservadores

Ante esta situación, ¿cómo afrontan las entidades la gestión de la parte conservadora de la cartera de sus clientes? “Ante la falta de alternativas en renta fija para la parte core de la cartera, nosotros hemos optado por incrementar las posiciones de liquidez y estrategias de baja volatilidad de retorno absoluto”, comenta Iván Junquera">Iván Junquera, director de Selección de Fondos en Bankia Banca Privada. “La idea es reducir en la medida de lo posible el riesgo de tipos y crédito en las carteras. Muy recientemente hemos empezado a ver valor en los tramos medios/largos de la curva norteamericana”.

“En renta variable tienes el riesgo de mercado y en retorno absoluto pasas de riesgo mercado a riesgo gestor: dependes de que el gestor acierte con su estrategia y te pague el riesgo que estás asumiendo”, señala Jaime Hoyos, que apuesta también por “los fondos de bonos flotantes pero no ETF de momento”.

En CaixaBank Asset Management “sí usamos ETF en renta fija porque consideramos que es lo más cómodo para aplicar estrategias más tácticas sin grandes costes de ejecución, siendo conscientes de que es un instrumento que no es absolutamente líquido”, explica Guillermo Hermida, director de Inversiones de la entidad. “Los usamos en mercados más lejanos o donde tenemos menos expertise: high yield americano o emergente, renta fija emergente… mercados que desde aquí no podemos cubrir con nuestro equipo actual, por lo que en muchos casos cubrimos ese tipo de estrategias con ETF”.

En este sentido, Pedro Coelho, director de UBS ETF para España y Portugal, recuerda que “en UBS AM hemos desarrollado un número significativo de soluciones de renta fija de duración baja, pero con tasas de rendimiento que permiten a los clientes esperar obtener rentabilidades positivas. En mercados emergentes, por ejemplo, hemos creado en colaboración con un importante proveedor de índices una solución que ofrece una rentabilidad superior al 5,5% con una duración inferior a tres años”.

Coelho destaca además la solución más reciente de la casa suiza: “un ETF cuya cartera está compuesta por bonos gubernamentales de la eurozona y crédito de empresas de la misma región, que da como resultado un fondo muy líquido con un rating medio de A+”.

Por último, Álvaro Galiñanes apunta que, “a lo largo de los últimos años, en el ámbito de la banca privada hemos ido completando las carteras de nuestros clientes con otras alternativas no siempre relacionadas con inversión directa en bolsa, como private equity o inversiones inmobiliarias y otras soluciones que, evidentemente, no están pensadas para todos los públicos”.

Traspasabilidad de los ETF

Un aspecto que podría resultar determinante en el peso que acaben teniendo los fondos cotizados en las carteras de inversión e, incluso, abrir la puerta a las carteras discrecionales de ETF o mixtas (ETF y fondos activos) es su traspasabilidad fiscal.

“Los ETF son un producto que tienen cada vez más acogida por su transparencia, liquidez y eficiencia de costos. La traspasabilidad fiscal debe seguir estos criterios y no dejar fuera los productos listados en la bolsa española”, asegura Pedro Coelho. No obstante, el experto reconoce que estos instrumentos “han tenido una muy buena aceptación en el mercado español por parte de los inversores institucionales locales, lo que indica que el vehículo ya tiene un papel muy relevante a la hora de cubrir las necesidades de inversión de este tipo de clientes”.

Aunque operativamente los ETF ya sean traspasables, la realidad es que poner eso en práctica tiene implicaciones importantes”, subraya Álvaro Galiñanes. Por eso, en Santander “ya hay un grupo de trabajo muy extenso que toca desde la parte de productos, inversiones, operaciones y, por su puesto, la parte fiscal para aterrizar el concepto de traspasabilidad de estos productos”.

Iván Junquera reconoce que en Bankia “aún nos falta un poco de desarrollo, sistemas, etc. Pero, una vez que esté todo eso, ¿por qué vamos a decir que no? Los ETF tienen unas ventajas que son innegables y, en la medida en que podamos añadirlos a la fase de construcción de carteras y que aporten, los usaremos”.

Una vez aprobada la traspasabilidad, Jaime Hoyos también ve probable el lanzamiento de “alguna cartera de ETF de asset allocation puro con costes bajos, porque hay demanda por parte de los clientes de carteras solo de asset allocation”.

Otro enfoque es el que siguen en CaixaBank, donde ya cuentan con una gama de productos que invierten una parte importante en ETF a la hora de construir carteras. “Es una especie de incubadora roboadvisor que básicamente tiene carcasa de fondos, donde una parte importante de las inversiones subyacentes está en ETF”, explica Guillermo Hermida, quien espera ir desarrollando estos productos “en función de cómo vaya viniendo la parte regulatoria y fiscal”.