Los economistas de la gestora suiza hacen un repaso de los datos macroeconómicos conocidos en el país para conocer cuál es la situación real de su economía.
Recientemente el Reino Unido ha publicado su mejor dato de PIB desde antes de la crisis, al registrar un crecimiento del 0,8% en el segundo semestre y del 3,1% en tasa interanual. Asimismo, la tasa de inflación rozó el objetivo del Banco de Inglaterra al alcanzar en junio el 1,9%. Joshua McCallum y Gianluca Moretti, economistas de UBS Global AM analizan los componentes de la inflación para encontrar una explicación sobre la fortaleza del coste de la vida en tierras británicas.
Ambos expertos comienzan por desglosar la inflación subyacente en la inflación derivada de la actividad de servicios (excluyendo los precios de la energía) y la de los bienes industriales no energéticos; el primer componente es el más influenciado por el mercado doméstico al incluir la evolución de los salarios, mientras que en el segundo caso el componente está determinado por la evolución de los bienes importados. McCallum y Moretti recuerdan que, la década anterior a la crisis financiera, era la actividad de servicios la principal contribuidora a la inflación subyacente. Sin embargo, observan que ahora este patrón se ha revertido, dado que la inflación de servicios está cerca de su mínimo histórico mientras que la inflación de bienes industriales se ha convertido en un contribuidor positivo. “Los bienes importados desde Asia ya no se van a abaratar más”, comentan los expertos al respecto.
McCallum y Moretti consideran que el precio de las importaciones debería ser un buen indicador de la inflación generada por bienes industriales, una presunción que ha funcionado históricamente pero que consideran que se ha dislocado desde la irrupción de la crisis: “Algo ha ocurrido al precio de esos bienes entre el momento en que se descargan de un barco y el momento en el que llegan a los estantes de las tiendas”, explican. Aunque matizan que los cambios en el IVA podrían explicar la divergencia detectada entre 2010 y 2011, no consideran que sea la única justificación. Por otra parte, constatan que la libra se ha apreciado un 15% contra una cesta de divisas desde 2011, lo que debería hacer que los bienes importados fueran más baratos para los residentes en Reino Unido… De hecho así ha sido, puesto que los precios de las importaciones han cedido en torno a un 2% al año.
Entonces, ¿qué explica que siga subiendo este componente de la inflación subyacente? “Puede que refleje la reconstrucción de los márgenes de beneficios de las empresas después del estrechamiento causado por la recesión, combinado por el alza de los precios a la importación. De ser así, puede llevar un tiempo antes de que las compañías transfieran los bajos costes a los consumidores”, explican los economistas. “Esto significaría que la inflación de bienes industriales podría permanecer resueltamente positiva durante los próximos meses”, añaden.
Reino Unido necesita crecimiento de sueldos
En lo relativo a la inflación de servicios, la primera observación que realizan desde UBS Global AM es que también parecen haberse desenredado sus fundamentales en los últimos años. “Los precios de la actividad de servicios han reflejado históricamente los progresos del empleo”, recuerdan McCallum y Moretti. Llegados a este punto detectan otra anomalía: la debilidad de este componente de la inflación subyacente no concuerda con la fuerza que ha demostrado el mercado laboral británico a lo largo del último año. Los economistas señalan que gran parte de la recuperación del mercado laboral ha de atribuirse al autoempleo, aunque consideran esta explicación insuficiente para explicar esta disonancia. Esto les lleva a afirmar que “la extremadamente baja inflación generada por los salarios a pesar del fuerte crecimiento del empleo es probablemente el principal sospechoso”.
Ambos economistas constatan que, de hecho, los sueldos son “el único indicador que aún no ha mostrado ningún signo de recuperación”. “El progreso de los sueldos durante los siguientes meses será crucial no solo para el escenario de la inflación de servicios, sino de manera más importante para la política monetaria”, concluyen.