La firma prevé que haya una recesión leve en Estados Unidos en el primer trimestre de 2024, en el que el gigante asiático vivirá una era de menor crecimiento.
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La gestora prevé un 2024 marcado por la inestabilidad y con mayor riesgo de volatilidad. Amundi Iberia espera que el crecimiento global se desacelere el año que viene, impulsado por la ralentización de las economías desarrolladas y una leve recesión en Estados Unidos en el primer trimestre.
Esperan una inflexión de la política monetaria, con recortes de tipos de la Fed hacia finales del primer semestre. Según su escenario central, la política fiscal será menos expansiva en los mercados desarrollados, en medio de un elevado endeudamiento y seguirá orientada a la transición energética.
Por regiones, en Estados Unidos se verá un agotamiento. “Estamos viendo que las políticas de la Fed dejan de funcionar. Es cuestión de tiempo que la economía entre en recesión técnica, pero es sano. Es la manera de reactivarse de nuevo la economía y salir de una manera más fuerte”, ha explicado Víctor de la Morena, director de Inversiones de Amundi Iberia. Mientras, la inflación parece avanzar en la dirección correcta, lo cual hace que la Fed se pudiera permitir en ese escenario que el mensaje no fuera tan agresivo como en 2023.
Por su parte, el crecimiento de la eurozona sigue siendo ligeramente positivo, gracias a la buena renta disponible de los hogares. “Estamos en niveles por encima de la tasa natural de ahorro, por lo que puede mantener niveles de consumo en el futuro sin tener que endeudarse. Lo que puede ir mal es la parte de exportaciones”, ha avanzado.
“China ha sido la gran decepción de 2023”, ha admitido el experto. No obstante, de cara al año que viene, podría recalibrarse hacia un crecimiento menor. En opinión de la Morena, “ha dejado de ser el motor que tira de las economías emergentes”, y ahora lo serán otros países. “Nos gustan México, Brasil e India, aunque cada uno tiene sus particularidades”, ha explicado.
En cuanto a los riesgos, la deuda seguirá siendo un lastre para las economías e impedirá que se sigan haciendo políticas más agresivas al año que viene. Y el otro será la geopolítica.
Una asignación dinámica
En respuesta a todo esto, Amundi Iberia aconseja mantener una asignación de activos dinámica. La gran disparidad de las valoraciones y el agotamiento del exceso de liquidez provocarán una mayor volatilidad en los mercados de renta variable. El menor crecimiento y la inflación pueden favorecer la vuelta a una correlación negativa entre la renta fija y la variable, lo que supone una buen anoticia para la diversificación y las carteras multiactivo.
“La renta fija es el activo más seguro y con mayores potenciales de rentabilidad riesgo”, avisa De la Morena. Los bonos de calidad son sus activos preferidos. Aumentarían gradualmente la duración y se centrarían en el crédito investment grade , deuda de mercados emergentes en divisa fuerte y high yield euro a corto plazo. A medida que la Fed empiece a recortar tipos y el dólar estadounidense se de debilite, añadirían más deuda de mercados emergentes en divisa local.
Mientras, en renta variable empezarán con cautela e irán tomando posiciones a lo largo del año. Favorecerán en value en Estados Unidos y Japón. Cuando la Fed empiece a recortar tipos, se enfocarán a mercados y sectores más cíclicos, como Europa, los mercados emergentes y las pequeñas capitalizaciones. Les gustan las temáticas de transición energética, atención sanitaria e inteligencia artificial.