Según un estudio de la Escuela de Negocios Bocconi comisionado por EFAMA, las estrategias basadas en ciclos de vida serían capaces de ofrecer un mejor retorno ajustado al riesgo de cara a la jubilación.
Mientras que en España los planes de pensiones vuelven a ser novedad ante la última modificación del Gobierno del Reglamento de Planes y Fondos de Pensiones, EFAMA (la Asociación Europea de Fondos y Gestión de Activos) sigue profundizando en los detalles alrededor el proyecto para la implementación de un Producto de Pensiones Personal Paneuropeo (PEPP, por sus siglas en inglés), aprobado por la Comisión Europea el pasado mes de julio. La asociación europea acaba de publicar un estudio desarrollado por la Escuela italiana de negocios Bocconi, en el que se analizan los pros y contras de introducir por defecto en los PEEP la opción de ciclo de vida, frente a la opción de retorno mínimo garantizado.
El estudio ha sido conducido por los académicos Andrea Berardi, Claudio Tebaldi y Fabio Trojani y está prologado por John Y. Cambell, consultor de EFAMA y profesor de Económicas en Harvard. “El análisis en la disciplina emergente del ahorro de las familias ha llevado al nacimiento de una nueva forma de acercase a la regulación sobre el consumidor financiero, que tiene importantes implicaciones para la regulación de los productos financieros”, explica Tebaldi. “Nuestra investigación tiene dos objetivos principales: ofrecer una guía sobre cómo mejorar la comprensión de las autoridades sobre el comportamiento ahorrador de las familias para la jubilación, y proporcionar un ejemplo de las importantes ventajas que las soluciones de inversión de ciclo de vida pueden ofrecer en términos de mitigación del riesgo y mejora de la rentabilidad”, añade el académico.
Metodología
Los investigadores han efectuado una serie de simulaciones basándose en datos sobre retornos históricos registrados entre 1969 y 2012 en varias clases de activos – periodo que abarca los dos grandes shocks del petróleo y varios ciclos de subidas y bajadas de tipos y que definen como Old Normal-, y los retornos del periodo 1999-2012, caracterizado por la caída de los tipos de interés y las tasas de inflación, y denominado New Normal. Se ha evitado el periodo 2012-2017 para evitar las distorsiones sobre los precios que han provocado los programas de adquisición de deuda del BCE.
Para el procesamiento de estos datos y la delimitación de distintos escenarios, los académicos han simulado un modelo de inversión que imita al de gestión de pasivos que emplean las aseguradoras, de manera que el balance es ajustado para dar servicio a los partícipes, compensar a los accionistas por proporcionar suficiente financiación y cumplir con los requisitos de solvencia impuestos por la regulación. Asimismo, se ha tomado como referencia un periodo estándar de ahorro de 40 años.
Resultados del estudio
Las simulaciones realizadas demuestran que la tasa nominal de retorno garantizado coherente con las condiciones de mercado y las restricciones regulatorias oscila entre el 4,25% que se podría obtener durante el Old Normal y el 1,5% del New Normal, siempre asumiendo que el 90% de la cartera de una aseguradora está invertida en bonos por motivos regulatorios.
Bajo el escenario Old Normal, un producto mínimo garantizado sería capaz de generar una tasa de retorno real de al menos el 1,9% en el 95% de los casos y del 3,3% en el 50% de los casos. En cambio, si el producto emplease estrategias de ciclo de vida, sería entonces capaz de generar un 2,8% en el 95% de los casos y un 5,9% en el 50% de los casos.
Bajo los parámetros de un escenario New Normal, la tasa real de retorno de un producto con garantía caería al 0,8% en el 95% de los casos y al 1,2% en el 50% de los casos, mientras que en un producto con ciclos de vida se generaría un rendimiento del 2,8% en el 95% de los casos y del 5,1% en el 50% de los casos.
El estudio indica que acortar el tiempo del periodo de acumulación no altera significativamente los resultados: en un contexto New Normal, el retorno real de una estrategia garantizada alcanzaría el 1,4% en la mitad de los casos, frente al 5,8% que serían capaces de generar las estrategias de ciclo de vida.
Finalmente, el estudio detectó que cada una de las estrategias por ciclo de vida que se simularon en un contexto New Normal fueron capaces de asegurar que el 99,9% de los ahorradores terminarían con más dinero acumulado para su pensión que el capital ajustado a la inflación invertido para conseguirlo, tanto en un periodo de acumulación a 20 como a 40 años.
Conclusiones
El estudio demuestra que el cambio de paradigma económico hacia un escenario económico y financiero New Normal ha tenido un enorme impacto negativo sobre las estrategias de seguros de vida que ofrecen un retorno garantizado. También determina que sería “económicamente deseable para los consumidores” que se les ofreciera por defecto suscribir una estrategia de ahorro basada en ciclos de vida, de ahí que propongan la incorporación de esta modalidad al PEPP para que así se puedan beneficiar “de retornos superiores y un riesgo comparativamente bajo en bonos, durante un horizonte de inversión de largo plazo”.
“El nivel de protección de capital ofrecido por las estrategias de ciclo de vida es muy robusto. El estudio de Bocconi confirma que las estrategias de inversión de ciclo de vida son una poderosa herramienta para la generación de tasas altas de retorno real y la gestión de riesgos, no sólo el riesgo de inversión sino también el riesgo de inflación”, comenta William Nott, presidente de EFAMA. Por esta razón, Nott declara que en EFAMA “creemos fuertemente que estas estrategias deberían cumplir los requisitos como opción por defecto para el PEPP”. “El potencial del PEPP para reducir la brecha de las pensiones reside en su habilidad para generar retornos y riqueza para la jubilación; las estrategias de vida son capaces de dar con el equilibrio adecuado entre generación de retorno y protección de capital”, añade por su parte Peter de Proft, director general de EFAMA.