AXA WF Optimal Income versus AXA WF Global Optimal Income: similitudes y diferencias

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Cedida

Se puede afirmar claramente que el fondo AXA WF Optimal Income es uno de los productos estrella de AXA IM, gracias en gran parte a su extraordinario comportamiento: con un track record de doce años (fue lanzado en 2003), Morningstar sitúa a este producto en el primer cuartil por rentabilidad en el año, a uno, tres y cinco años y desde su lanzamiento. Serge Pizem, gestor líder del fondo desde su nacimiento, presenta al “hermano pequeño” de la estrategia, el AXA WF Global Optimal Income, y comenta las similitudes y diferencias entre ambos. 

Lo primero de todo, una breve presentación de este segundo producto: se trata de un fondo gestionado con la misma filosofía – muy centrada en la fortaleza del stock picking- pero con una mayor flexibilidad: su exposición a renta variable puede variar del 0% al 100%, mientras que el Optimal Income puede invertir un mínimo del 25% y un máximo del 75% en renta variable. Además, la estrategia más reciente tiene un enfoque global frente al Optimal Income, que invierte principalmente en activos europeos (renta variable y deuda corporativa) y este enfoque “le otorga más oportunidades porque puede acceder a más mercados”, indica Pizem. 

En concreto, el nuevo fondo tiene capacidad para invertir en renta variable global y emergente, deuda gubernamental y corporativa global y deuda emergente y high yield. El gestor indica que actualmente prefieren deuda de la eurozona antes que la estadounidense y que, aunque también les gusta la renta variable japonesa, de momento prefieren esperar a que el Banco de Japón aplique nuevas medidas. El AXA WF Global Optimal Income presenta un track record de dos años y medio, que le ha servido para situarse en el primer decil de su categoría tanto en el año como desde su lanzamiento. 

Rasgos en común

Pizem cuenta que se aplica el mismo proceso de selección a ambos fondos, de tal manera que pueden llegar a compartir algunas ideas. De hecho, el gestor identifica tres fuentes de alfa que son aplicables a ambos productos: una gestión flexible y táctica, una cuidadosa selección de renta fija que persigue construir una cartera con varias fuentes de alfa descorrelacionadas entre sí – es por eso que la exposición a high yield es mínima- y, especialmente por la fortaleza del stock picking. En el caso del AXA WF Global Optimal Income, sólo la parte de renta variable ha batido de forma consistente al MSCI Europe en los últimos 12 años. 

Los dos fondos también comparten visión macro: el gestor detalla que el escenario central con el que se está trabajando, con un 55% de probabilidades, es el de una recuperación continuada. Pizem detalla que “el crecimiento es bajo, pero hay crecimiento y no hay deflación”. No obstante, el gestor aclara que la línea entre inflación muy baja y deflación es tan fina, que “puede obligar a cambiar por completo el posicionamiento de las carteras y por eso creemos que se ha producido el repunte de la volatilidad este verano”.

En este sentido, el gestor denuncia que uno de los grandes contribuidores a la incertidumbre ha sido China, que en su opinión “ha cometido un gran error de comunicación, porque decidió devaluar el renmimbi en agosto, cuando habían caído los volúmenes, y el comunicado se publicó sólo en chino, lo que causó que lo tradujeran los medios de comunicación e hicieran su propia interpretación”. El escenario central de la firma también incluye a una Reserva Federal empezando a subir los tipos de interés en diciembre pero muy prudente en la forma de hacerlo, mientras que creen que el BCE ampliará su programa de adquisición de activos con compras de deuda corporativa. 

Breve actualización del AXA WF Optimal Income

En consecuencia con este escenario, Pizem ha optado por incrementar los niveles de efectivo del AXA WF Optimal Income hasta el 8%: “No tenemos mucha confianza en los bonos porque los tipos están muy bajos, el mayor miedo en este escenario es que cayeran renta fija y renta variable al mismo tiempo”. Debido a esta visión, la exposición a renta fija es del 18,23% y se concentra esencialmente en deuda corporativa con grado de inversión, que supone un 14,84%. El resto de la exposición a renta fija está compuesta por un 1,83% en high yield y un 1,56% en deuda soberana, con preferencia en este último caso por deuda de países periféricos. 

En todo caso, se ha posicionado la parte de renta fija para una menor duración: el 31,93% de las emisiones se sitúan entre cinco y siete años, seguidas por el 23,83% entre tres y cinco años. “Hemos incrementado la posición de efectivo y reducido la duración para evitar una correlación entre renta variable y renta fija. Recientemente hemos constatado el incremento de la correlación entre ambos”, explica Pizem. 

En cambio, el gestor comenta que el equipo mantiene una visión constructiva sobre la renta variable, cuya exposición neta asciende al 58,39% (un 68,33% en renta variable y un 9,93% en coberturas). De hecho, la renta variable ha sido la principal contribuidora al comportamiento positivo de la estrategia en lo que va de año, gracias a la fortaleza del stock picking.