Cómo ha cambiado la estructura del ahorro financiero en España desde que los bancos centrales finalizaron su política de tipos al 0%

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Firma: Cedida (Pexels-Pixabay)

Julio de 2022. Esa fue la fecha elegida por el Banco Central Europeo (BCE) para poner fin a un periodo de 11 años marcado por una política de tipos cero. Esta reunión supuso un antes y un después para muchos inversores conservadores ya que devolvió las rentabilidades positivas a un mercado como el de renta fija, que en los años anteriores había aportado muy poco valor a las carteras en un contexto de tipos al 0%. "Fue un periodo de clara represión financiera y el ahorrador se veía obligado a asumir riesgo con estrategias sofisticadas para rascar yield incluso en deuda pública", explica Gonzalo López-Amor, analista de inversiones en Afi Inversiones Globales, SGIIC.

Desde ese mes de julio, el BCE no ha hecho otra cosa que subir los tipos de interés, en una clara lucha contra una inflación desbocada en muchas ocasiones, hasta situarlos en niveles del 4,5%. Se prevé que esa política restrictiva rote a una más acomodaticia a partir del segundo semestre del año pero ese cambio de política monetaria ha tenido su efecto en la composición del ahorro financiero de los españoles.

Según los datos que acaba de publicar Inverco a partir de las estadísticas del Banco de España solo en 2023, las familias incrementaron su volumen de activos en 159.000 Millones de euros, un 6%, hasta alcanzar un ahorro financiero de 2,83 billones de euros.  Mismo crecimiento que si se parte del ahorro financiero que se tenía en junio de 2022, justo antes de que el BCE diera ese giro radical en su política monetaria. 

Los flujos vistos en Letras casi igualan a todas las suscripciones en fondos

Sin embargo, esa cifra de crecimiento varía mucho en función del producto financiero que se incluye en la muestra. El mayor aumento porcentual en el primer año y medio de tipos normalizados (de junio de 2022 a diciembre de 2023) se quedó en la inversión directa, y más concretamente en renta fija de corto plazo. La fiebre desatada por las letras del Tesoro ha hecho pasar de 9.782 millones de euros a 38.053 millones de euros la inversión directa en renta fija, cuatro veces más.  No en vano, solo en 2023 se registraron flujos netos de entrada  deuda a corto plazo superiores a los 23.000 millones, casi lo mismo que lo que captaron todos los fondos de inversión españoles.

Eso sí, en el total sobre el ahorro financiero, esta inversión directa en deuda (tanto a largo como a corto plazo) apenas supone el 1,3%, aunque es el doble de lo que suponía en junio del 22.  

Todo lo contrario pasa con los depósitos y efectivo. Antes del cambio de política monetaria abarcaban el 40% del ahorro financiero y ahora copan el 37,5% del total. De hecho, sorprende la cifra negativa vista en los depósitos transferibles, que incluye cuentas corrientes, cuentas de ahorro y depósitos a la vista: salieron 66.510 millones de euros, la cifra más alta de toda la serie histórica. No en vano, son pocas las entidades que han optado por mejorar sustancialmente la remuneración de sus depósitos acorde a los nuevos tipos. Esto  ha llevado a los inversores a cambiar esos depósitos por inversión directa en bonos o por fondos de renta fija a vencimiento o rentabilidad objetiva, que han sido las grandes apuestas de las gestoras en los últimos dos años.

Otros productos de inversión colectiva como son los fondos de inversión o los planes de pensiones, han tenido evoluciones muy diferentes en lo que respecta a la cuota que suponen sobre el total del ahorro financiero de las familias. Los fondos de inversión mantienen ese 15% de cuota sobre el ahorro financiero pese al aumento de la competencia que han tenido por parte de las letras del Tesoro, mientras que los fondos de pensiones retroceden levemente a niveles del 4,4%.