¿Crisis soberana en Europa? Esto dicen los números

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Firma: Maryna Yazbeck (Unsplash).

No solo el inversor está sufriendo las ramificaciones del fin de los estímulos monetarios. Como bien señala, Stéphane Déo, el rápido deterioro de las finanzas públicas, el gran volumen de emisiones en 2023 y la introducción del QT son un cóctel particularmente indigesto para los mercados. ¿Qué riesgo hay de una crisis soberana en Europa? El responsable de estrategia de mercado de Ostrum AM repasa las cifras.

El déficit público de los países de la Eurozona fue del 5,1% en 2021. Un déficit que  realmente no debería hacerse reducido en 2022 con todos los programas  de  apoyo a la actividad que se han puesto en marcha. En el siguiente gráfico Déo comparte una simulación de la trayectoria deuda/PIB. La trayectoria espontánea resultante no deja lugar a dudas, en opinión de la experta: esta trayectoria es exponencial y, por lo tanto, no sostenible a largo plazo. “Los Estados no tendrán más remedio que adoptar una política más rigurosa”, vaticina.

Sin embargo, cabe señalar que la situación, como siempre, es muy mixta para los países europeos.  En particular, las simulaciones de la boutique de Natixis IM muestran una trayectoria descendente para la deuda de Portugal y, en menor medida, para Irlanda. Por otro lado, la trayectoria espontánea de Francia es particularmente dinámica y la de Italia y España también hay que vigilarlas. “Si bien la tasa de desempleo está en su punto más bajo de todos los tiempos y,  por lo tanto, la brecha de producción es positiva, tal déficit es más que preocupante”, reconoce Déo. Sin embargo, los esfuerzos realizados son muy limitados y el retorno a una trayectoria más razonable llevará, en el mejor de los casos, tiempo.

La deuda pública europea, sin el BCE

En términos de emisión  de deuda pública, 2023 podría ser más que complicado. La estimación de Déo del déficit de la  zona es del orden de 400.000 millones. Una cifra cercana a las estimaciones de endeudamiento neto realizadas por varios bancos. A esta cifra hay que sumar que la UE tiene previsto casi 150.000 millones de emisiones para financiar sus programas. Un nivel mucho más alto que en años anteriores.

Por último, hay que añadir a este cuadro la acción del BCE. Desde 2015, el BCE ha comprado 4.246 millones de euros en bonos soberanos a través de sus diversos programas  de QE.  Durante el mismo período, la deuda soberana aumentó en 3.013 millones. Por lo tanto, el BCE ha comprado más que la emisión neta total, por lo que ha financiado de facto el déficit de la zona euro durante los últimos ocho años.  

“El anuncio del QT es, por lo tanto, un verdadero punto de inflexión para los mercados”, interpreta el experto. Con 15.000 millones por mes a partir de marzo, el BCE devolvería 150.000 millones al mercado durante el año. Entre las necesidades de los diferentes gobiernos, las emisiones de la UE y el QT, son por lo tanto unos 700.000 millones los que los mercados están digiriendo, un aumento muy fuerte en comparación con la última década.

Conclusión

Estas cifras se mueven además en un contexto geopolítico complicado. El psicodrama en Gran Bretaña en  septiembre después de la presentación del presupuesto algo lunar de Liz Truss ha estado en el centro de atención. Pero, ¿es Europa completamente inmune? “Es cierto que las  políticas presupuestarias están lejos de las aventuras de la  señora Truss, pero la trayectoria es igualmente preocupante y la presión ejercida sobre los mercados en términos de necesidad de financiación no tiene precedentes”, detecta el experto. El riesgo de un accidente no es desdeñable cuando el mercado ya no es capaz de absorber todo este papel.

Una solución que ve Déo sería cerrar terminar QT o, como último recurso, reabrir el QE. “Eso  nos pondría de nuevo en pleno dominio fiscal donde las políticas fiscales tuercen el brazo al BCE y lo obligan a implementar una política monetaria subóptima. Con consecuencias inevitables para la inflación y una inevitable pérdida de credibilidad”, añade.