Desplome de mercado: cuatro consejos para combatir al coronavirus a la hora de invertir

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Markus Spiske, Unsplash

La mayor propagación del coronavirus durante los últimos días ha desencadenado una venta masiva de activos de riesgo y una elevada demanda de activos seguros (bonos del Tesoro americano, dólar estadounidense y oro). A medida que los mercados vuelvan a valorar los efectos indirectos del virus en la economía, es probable que la volatilidad persista. En este entorno de aversión al riesgo, antes de tomar decisiones de inversión de las que en el futuro se puedan arrepentir, los inversores deberían plantearse algunas preguntas que les podrían ayudar a ver las cosas con más claridad.

1. Analice las perspectivas económicas. La pregunta que debe hacerse es si el coronavirus provocará un impacto continuado en el crecimiento global. Keith Wade, economista jefe de Schroders, observa que los efectos se están propagando por la economía mundial a medida que se interrumpen las cadenas de suministro. “Los mercados están teniendo que revisar sus supuestos sobre el retorno a la normalidad y, aunque el virus puede ser contenido en el segundo trimestre, el efecto sobre el gasto y la actividad podría persistir, ya que la gente será cautelosa durante algún tiempo después. Las consecuencias negativas a corto plazo serán suficientes para inclinar algunas economías como la japonesa o italiana hacia la recesión. No obstante, a medida que el virus se vaya extinguiendo habrá margen para un repunte de la actividad”.

Su opinión coincide con la de Pascal Blanqué, director de Inversiones de Amundi y Vincent Mortier, director de Inversiones adjunto en la entidad, quienes reconocen que el coronavirus está añadiendo riesgo a la ya existente tendencia de débil crecimiento del comercio mundial con el temor de que puedan aparecer algunas fuerzas estanflacionistas debido a esta crisis (más desglobalización y crecimiento más débil). “El shock posiblemente podría ser más fuerte a corto plazo, pero mantenemos la opinión de que la situación se estabilizará en algún momento en los próximos meses, lo que conducirá a una recuperación a partir de entonces, sin un shock duradero para el crecimiento potencial”, aseguran.

2. Pregúntese cómo influirá el coronavirus en los tipos de interés. Para Philipp Vorndran, estratega de mercados de Flossbach von Storch, es la pregunta clave que los inversores tienen que hacerse, no solamente a raíz que los efectos del coronavirus ha tenido en los mercados, sino en todas las ocasiones en las que se produzca un evento de relevancia que altere lo precios. “Es la cuestión más importante que deben plantearse”, asegura. Si nos hacemos esta pregunta en esta ocasión, la mayoría de casas coinciden en que los efectos económicos del virus serán perniciosos para el PIB global, lo que podría derivar en una nueva vuelta de tuerca a la política monetaria acomodaticia por parte de los bancos centrales.

El apoyo adicional de los bancos centrales y los gobiernos para combatir cualquier deterioro adicional en las perspectivas económicas se presume como un aspecto muy importante a tener en cuenta. La pregunta ya flota en el aire: ¿intervendrán los bancos centrales? En La Financière de l´Echiquier lo ven muy probable. “Los bancos centrales supervisan de cerca cualquier riesgo de desaceleración de la actividad económica pero hasta ahora, no se han anunciado medidas. Las reuniones de la Fed y del BCE tendrán lugar a mediados de marzo. Mientras tanto, se podrían sugerir medidas a mitad de camino en los discursos de los banqueros centrales, pero pueden faltar al menos tres semanas o más para que se tomen medidas formalmente”.

En cuanto a la Reserva Federal, en AXA IM consideran que los movimientos globales hacia los bonos del Tesoro americano “cimentan las expectativas de una mayor relajación de la política monetaria y un mayor impulso por el lado fiscal. Al menos, ésta parece ser la narrativa dominante en Estados Unidos gane quien gane las elecciones de noviembre. La Fed parece sesgada ahora hacia una política más acomodaticia y el mercado lo va a tener en cuenta”, indican. En lo que respecta a los movimientos que pudiera hacer el BCE, “en tiempos del Covid-19 probablemente prestará más atención a la evolución de la economía que a la de los precios al consumo de la eurozona”, comentan desde Allianz Global Investors.

Siendo aún más concretos, los mercados están anticipando que los bancos centrales actuarán con firmeza para tratar de suavizar el impacto en el crecimiento. “Se espera que la Fed lleve a cabo más de tres bajadas de 25 puntos básicos en los tipos de interés en 2020. También se descuenta una bajada de tipos por parte del Banco de Inglaterra, y, aunque el BCE y el Banco de Japón tienen menos espacio para bajadas de tipos, se espera de ellos algún tipo de apoyo adicional. Dada la nCaptura_de_pantalla_2020-03-02_a_las_10aturaleza del problema, los recortes de tipos o las compras de activos pueden tener un impacto relativamente limitado en el crecimiento económico en el corto plazo, por lo que es probable que sean necesarias políticas fiscales específicas por parte de los gobiernos si la actividad continúa debilitándose”, apuntan desde J.P.Morgan AM. Fuente del gráfico: Guía de Mercados de J.P.Morgan AM.

3. Si el virus se propaga, analice qué sectores se podrían ver más beneficiados y perjudicados. Tal y como coinciden en señalar la mayoría de las gestoras consultadas, las perspectivas económicas dependerán de la propagación del coronavirus, de la velocidad de la misma y del impacto sobre el crecimiento mundial. El mayor riesgo es que se extienda y termine por afectar a la economía de todo el planeta. Si esto ocurre, John Lloyd, corresponsable de análisis de deuda corporativa mundial de Janus Henderson, considera que los inversores tienen que ser conscientes de la manera en que las carteras están posicionadas.

Por ahora, los sectores de bienes de lujo, transporte y turismo son los que se han visto más afectados, así como aquellos sectores cíclicos o que importan productos chinos (especialmente electrónicos). “Si el problema del virus sigue agravándose y el crecimiento mundial se ralentiza, los sectores más defensivos, como los de salud y suministros públicos, registrarán una mejor evolución. También las empresas y los sectores que no estén tan expuestas a las perspectivas de crecimiento mundial y al comercio, incluido el comercio mundial, registrarán un mejor comportamiento en esta coyuntura”, apunta el experto.

4. Reflexione sobre los sesgos conductuales. En un momento como este, conviene identificar los sesgos conductuales y ceñirse al conjunto de principios fundamentales de la inversión. “La respuesta más obvia ante este tipo de situaciones es el miedo, que es connatural al comportamiento humano y se ha desarrollado como forma de responder rápidamente ante el peligro. Sin embargo, el miedo no destaca precisamente por su capacidad para preservar las inversiones. Estas emociones son el producto de los sesgos cognitivos. Se produce un tipo de sesgo cuando los inversores se centran en las últimas noticias para tomar decisiones (sesgo de la experiencia reciente), en lugar de estudiar ejemplos históricos y adoptar una perspectiva a largo plazo”, concluyen desde Fidelity.