El BCE señala que no tiene prisa en bajar los tipos: primeras reacciones de las gestoras internacionales

Foto cedida

La batalla más dura del Banco Central Europeo ya no es la inflación sino las expectativas del mercado. La cita de enero de la entidad monetaria ha dejado sin cambios la política monetaria, pero ha sido un altavoz para que Christine Lagarde intente disipar las ilusiones de que el recorte de tipos será inminente.

Firmemente a la espera y manteniendo su enfoque dependiente de los datos, reunión por reunión, es como resume Konstantin Veit, gestor en PIMCO, el tono de la última cita del BCE. “Continúa actuando con cautela y absteniéndose de cantar victoria en la búsqueda de restaurar la inflación a su nivel objetivo”, interpreta Gurpreet Gill, estrategia macro de renta fija global de GSAM. A su parecer, los esfuerzos por disipar las expectativas de recortes de tipos a partir de marzo indican una medida estratégica para influir en los mercados financieros y moldear las percepciones de los trabajadores y las empresas, a medida que las negociaciones salariales y las estrategias de fijación de precios de las empresas ocupan un lugar central a principios de año.

Cuestión de cuándo

Dicho todo lo anterior, y a pesar de la insistencia en templar las expectativas, el BCE no ha podido sino reconocer que la política monetaria está teniendo el efecto deseado de calmar las subidas de precios. “El mensaje actualizado reconoce la reducción de las expectativas de inflación y la continua fortaleza de la transmisión de una política monetaria más restrictiva a los precios de consumo”, interpreta Felix Feather, economista de abrdn.

Dave Chappell, gestor senior de cartera de renta fija de Columbia Threadneedle Investments, también nota ese cambio sutil en el discurso: “Lagarde había sugerido en una entrevista reciente la posibilidad de ajustes de tipos a partir de junio, y este tema se mantuvo durante toda la conferencia de prensa, donde sugirió que era prematuro discutir la flexibilización. Sin embargo, la evolución de la tendencia inflacionaria subyacente y algunos rastreadores salariales independientes permitieron a los miembros del comité ganar mayor confianza en que la postura actual está teniendo el efecto deseado, abriendo la puerta a un cambio de política quizás antes de lo esperado”.

Recortes en camino

Por eso Feather cree que, aunque Lagarde no quiso pronunciarse sobre la posibilidad de una bajada de tipos en verano, los recortes están en camino. “Nos dio más pistas sobre los datos que los inversores tendrán que vigilar si quieren anticipar el momento de un recorte de tipos: además de los datos de inflación, también será clave la evolución puntual de los datos de crecimiento salarial", apunta el economista. “El tono de Lagarde en la rueda de prensa también pareció apoyar la idea de que es una cuestión de cuándo, y no de si, se producirán recortes de tipos en 2024”, coincide Peter Goves, responsable de análisis de deuda soberana de mercados desarrollados de MFS IM.

La razón por la que los profesionales ven tan claro las bajadas de tipos más pronto que tarde es por la trayectoria de la inflación en Europa. Sebastian Vismara, economista macro global senior de BNY Mellon IM, prevé una demanda más débil de lo previsto por el BCE (a pesar de los indicios de que se está tocando fondo en el crecimiento) y una caída más rápida de la inflación.

“La variación trimestral anualizada de la inflación subyacente ha caído a sólo el 1%, lo que indica debilidad en el impulso de la inflación”, argumenta. La inflación subyacente de los bienes se sitúa en torno a cero y la de los servicios en torno al 2%. “La evolución de la inflación subyacente y, en particular, los datos de crecimiento de los salarios y de los costes laborales unitarios serán fundamentales para determinar el calendario y la velocidad de los recortes de tipos en 2024”, sentencia.

Abril sigue sobre la mesa

De hecho, hay gestoras que interpretan las palabras de Lagarde de enero en clave dovish. “Ha dejado la puerta firmemente abierta a un inicio del ciclo de recortes de tipos en abril, al destacar la importancia de las proyecciones actualizadas de los expertos que estarán disponibles en marzo”, defiende Robert Schramm-Fuchs, gestor de renta variable europea de Janus Henderson Investors. Y le ve así también Ann-Katrin Petersen, estratega de inversión senior de BlackRock Investment Institute, quien siente que Lagarde no se opuso firmemente a las expectativas del mercado de recortes de tipos a partir de abril. Además, tanto Schramm-Fuchs como Petersen esperan que la inflación general descienda hasta el objetivo del 2% fijado por el BCE para 2024.

Así, Orla Garvey, gestora de Federated Hermes, cree que el BCE será aún más dovish en la reunión de marzo, cuando se publiquen las últimas proyecciones macroeconómicas. El mercado está valorando aproximadamente 180 puntos básicos de recortes en el transcurso de los próximos dos años, la mayor parte de los cuales se producirán en el segundo semestre de 2024. Teniendo en cuenta los progresos realizados en materia de inflación y las débiles perspectivas de crecimiento, Garvey lo ve totalmente razonable.

Riesgos de cola

No todas las gestoras se muestran tan convencidas de que todo el camino está despejado, hay que destacar. Por ejemplo, PIMCO cree que el riesgo sigue estando sesgado hacia una relajación algo más tardía y menos agresiva que la prevista por el mercado para este año.

Un argumento que tiene Martin Moryson, economista jefe de Europa de DWS, es que el BCE presentarán sus nuevas proyecciones en la reunión de junio por lo que no ve recortes de tipos antes de entonces. Y es un detalle técnico que también resalta Anna Stupnytska, economista macro global de Fidelity International. “Lagarde afirmó que se está observando cierta estabilización en el seguimiento de los salarios, pero que se necesitan más datos para tener una visión completa: el BCE esperará a tener más información antes de avanzar en el debate sobre la relajación del coste del dinero”, defiende Stupnytska. “Si el proceso de desinflación continúa, el BCE podrá relajar su política monetaria y proporcionar más apoyo a los mercados de renta fija en junio como muy pronto”, añade en esa línea Nicolas Forest, director de Inversiones de Candriam.

Riesgo de reinflación

Lo cierto es que nos encontramos en un punto en el que la balanza se podría inclinar hacia ambos lados. “En los próximos meses una recesión anticipada podría acelerar los cortes de tipos mientras que la presión salarial y los riesgos geopolíticos podrían retrasarlos”, explica Pablo Duarte, analista senior del Instituto de Investigación Flossbach von Storch. Porque si bien Duarte ve claro que la Eurozona se enfrenta a un panorama macroeconómico de recesión también recuerda que los riesgos provienen del crecimiento salarial, de las negociaciones laborales y del aumento en los costes de transporte marítimo debido a los incidentes en el Mar Rojo. “Esto podría aumentar nuevamente los precios de los servicios, las materias primas y los bienes de consumo”, subraya.