Edouard Midy, responsable de Estructuración de Productos Cotizados de Société Générale, considera que “la diferencia de rendimiento entre ETF y futuros tiende a reducirse, aunque esto varía según los mercados”.
Edouard Midy, responsable de Estructuración de Productos Cotizados en Société Générale, ha estado de visita en Madrid para explicar a los clientes de la firma y de Lyxor AM, el brazo especializado en fondos cotizados de la entidad, cuáles son las ventajas, inconvenientes y utilidades de los ETF y los futuros, para ayudarles a elegir qué vehículo puede ser más conveniente en cada caso (siempre partiendo de la base de que estas orientaciones están destinadas a inversores que operan en Europa). Se trata de un conocimiento que se ha vuelto clave tras los últimos ajustes normativos que afectan a variables determinantes en el precio de estos instrumentos.
“Desde 2012, los futuros se han encarecido respecto a años atrás, y esto ha incidido en el menor apetito del trader para realizar la indexación vía futuros después de la implementación de las restricciones de Basilea III y de la inclusión adicional del coste del capital solicitado por los bancos”, adelanta Midy. Éste señala que ahora los futuros sobre el EuroStoxx50 están aproximadamente entre 20 y 40 puntos básicos más caros que hace dos años. “La diferencia de rendimiento entre ETF y futuros tiende a reducirse, aunque esto varía según los mercados”, matiza.
Midy comienza explicando las diferencias en función del mercado al que se quiere acceder. “La liquidez es una medida importante al comparar ETF y futuros; sólo determinados mercados están cubiertos por futuros líquidos, en estos casos (principalmente los grandes índices europeos) la liquidez de los futuros suele exceder la liquidez de los ETF”.
En cuanto al uso de efectivo, si hablamos de un cliente institucional, Midy le recuerda que si decide ponerse corto es más barato hacerlo a través de futuros. Si por el contrario decide ponerse largo, invertir en ETF implicará un coste al tener que pedir prestado dinero para la compra del propio ETF. Si por el contrario sí dispone de efectivo, y no lo invierte al ponerse largo (porque compra futuros), tendría que prestar su dinero en efectivo asumiendo un posible riesgo de sacarle un menor rendimiento. “Cuando el cliente tiene mucho efectivo y su horizonte de inversión es superior a los seis meses puede ser mejor utilizar un ETF, dependiendo del índice”, aclara el experto.
Las diferencias son mínimas en cuanto a los costes de ejecución. El responsable de estructuración señala que los bid/offers de los futuros están más ajustados para los índices más líquidos, aunque concluye que “al ser la comisión muy similar en ambos casos, no es una diferencia muy importante”. También es fundamental señalar que el cliente debe ser consciente de la comisión que está pagando al bróker. Además si mantiene los futuros durante un largo periodo de tiempo, paga comisiones varias veces, es decir, por cada renovación o roll (12 al año en el caso del Ibex).
En cuanto a la gestión del colateral, Midy recuerda que es diferente según los futuros operados, lo que implica que el inversor ha de saber el coste específico según el mercado del que se trate, mientras que el ETF está ya colateralizado. Y respecto al precio, el representante de Société Générale indica que el de los futuros varía según la valoración de mercado de diferentes parámetros (dividendos, tipo de interés, coste de financiación). “Si el parámetro cambia, también el precio cambia”, resume. Por su parte, el precio del ETF depende, entre otros, del valor devengado de parámetros como el préstamo de títulos o el nivel de reinversión de los dividendos.
Uno de los puntos al que los inversores suelen prestar más atención, el tracking error, también muestra diferencias entre una y otra herramienta de inversión. Midy señala que la desviación es mínima en el caso de los ETF sintéticos y varía en los de réplica física, mientras que en el caso del futuro está condicionada por la volatilidad en los parámetros del precio que se experimenta durante el periodo de vida del futuro.
Finalmente, el representante de Société Générale establece a grandes rasgos cuáles son las principales diferencias teniendo en cuenta si el inversor opera desde Europa o desde EE.UU. “En EE.UU, los ETF son más líquidos que los futuros, en los emergentes ahora también es así, pero en Europa es al revés”. El experto detecta que la demanda de inversores minoristas por ETF es estructuralmente más baja en Europa, que es un mercado más institucional, con respecto a EE.UU "pero también en Europa son baratos y eficientes, por lo que en algún momento se equilibrará la demanda”.
Midy mantiene que, a la hora de informar a un cliente interesado en uno u otro producto, la recomendación es que investigue mercado por mercado, “porque son muy diferentes y ofrecen distintas oportunidades”. “Los clientes más sofisticados analizan cada país y determinan cuál es la mejor vía para entrar, y con esta diferencia es con lo que se puede generar valor”, añade.