Una inversión en Latinoamérica solía considerarse una inversión para expertos y que de alguna manera conllevaba un alto riesgo. Esto no debería sorprender, dado que hace menos de 20 años la región se enfrentaba a inestabilidad financiera, crisis moneta
Estos países actualmente son importantes naciones comerciales y han creado mercados nuevos y significativos para la compraventa de productos y servicios. En la última década, el crecimiento económico rápido y sostenido estuvo acompañado de mejoras significativas en el desarrollo social, aunque bien también ayudó el mejoramiento de las finanzas públicas, la disminución de la deuda externa, el obtener mayores reservas internacionales, tipos de cambio más flexibles y una mejor regulación financiera.
¿Por qué invertir?
La tasa de crecimiento de Latinoamérica para 2012 sigue siendo atractiva. Los gobiernos de Brasil y México, por ejemplo, tienen un crecimiento previsto en un 4,5% y 3,5%, respectivamente, mientras que el FMI prevé un crecimiento del 4,7% para Chile. Esto generará mayores oportunidades de inversión en el mercado bursátil a medida que las políticas estatales continúan haciendo hincapié en políticas de crecimiento sostenible con el propósito de impulsar los ahorros y la inversión. Se prevé que las inversiones en capital fijo crecerán en las áreas de infraestructura, energía y desarrollo urbano, a medida que grandes economías como la de Brasil lidian con las limitaciones sobre capacidad que solo pueden superarse con una mayor inversión. Por ejemplo, los planes de inversión de capital y gastos en infraestructura de Petrobras relacionadas con la adjudicación de licitaciones con motivo de las Olimpíadas y la Copa Mundial de Fútbol se acelerarán hacia la segunda mitad de 2012 cuando Brasil impulse las inversiones en la infraestructura de aeropuertos, ferrocarriles y carreteras. México también ha experimentado una fuerte recuperación y expansión, debido a las tasas de interés bajas y lazos estrechos con los EE.UU.
Mientras Occidente lucha con la carga de su deuda, los niveles de deuda de muchos países latinoamericanos son relativamente bajos. Chile, por ejemplo, tiene cuentas fiscales sólidas y es un acreedor neto, por lo tanto, puede estimular el empleo y la inversión, incluso si la recesión global empeora.
Brasil es uno de los pocos países del mundo que está bajando sus tasas de interés y la política de su Banco Central claramente está facilitando el crecimiento del sector privado. No será una sorpresa ver que las tasas sigan bajando.
Dos factores determinantes para el crecimiento:
- Consumidores: los consumidores latinoamericanos están pasando por un momento ideal en el cual los mayores ingresos familiares, junto con una población joven deseosa de formar un hogar y una familia, está provocando la aparición de una clase media creciente y vibrante. Además, los comercios minoristas de Brasil se han estado expandiendo rápidamente en términos reales desde 2003. El desarrollo tranquilo y constante de México lo convierte en uno de los centros de producción más competitivos de hoy, fomentando el crecimiento de puestos de trabajo de alta calidad para la clase media. En Chile, la actividad de los consumidores se encuentra entre las mayores de los mercados emergentes de todo el mundo.
- Recursos: Latinoamérica está bendecida con recursos naturales vastos y seguros, que incluyen energía, minerales y agua. Las empresas latinoamericanas se encuentran entre los líderes del mundo en cobre, mineral de hierro, oro, plata y otros minerales valiosos, mientras que las selvas de Brasil y Chile suministran a gran parte del mundo madera y pulpa de papel.
Los amplios recursos agrícolas de Sudamérica siguen siendo unos de los destinos de mayor crecimiento del mundo para la inversión directa extranjera, pues los mercados asiáticos en particular buscan producir alimentos suficientes para cubrir sus propias necesidades derivadas de la urbanización. En los últimos años, Latinoamérica ha demostrado ser una de las últimas grandes fronteras para la exploración petrolera, como lo demuestran los enormes descubrimientos de petróleo de Petrobras.
Además, varios países han aumentado sus fuentes de financiación internas, reduciendo su apoyo en la provisión de fondos de los mercados de bonos internacionales. Brasil, Chile, Colombia, México y Perú, por ejemplo, han construido grandes reservas internacionales, mientras que Chile reunió cerca de USD 13.000 millones en fondos de inversión estatales, proveyendo a su gobierno un mayor poder fiscal. Su sistema jubilatorio es un modelo para la región: tiene USD 133.000 millones en fondos de pensión que pueden invertir en sus propios bonos de deuda pública –una fuente de financiación de largo plazo ausente en muchos otros países con mercados emergentes. México sigue este ejemplo.
Los mercados latinoamericanos son vulnerables a la reaparición de la aversión al riesgo si la economía de la zona euro empeora, la recuperación estadounidense tropieza o el crecimiento chino decrece. También deben progresar en el desarrollo del capital humano, reducir la dependencia en la exportación de materias primas y fomentar la productividad y la competitividad. Dicho todo esto, las perspectivas para la región siguen siendo sólidas para 2012, mientras la política monetaria más benévola y las mejoras en la economía de los EE.UU. continúan entregando catalizadores para el mercado. La demanda externa, fundamentalmente de China, ha sido especialmente débil en los últimos trimestres, pero podría recuperarse rápidamente a medida que ingrese en un nuevo ciclo político. En términos de valuación, muchas empresas de la región actualmente cotizan con atractivos descuentos para los EE.UU. y otros mercados desarrollados.
Si los factores clave se mantienen y los riesgos siguen siendo benignos, no hay motivos para pensar que esta tendencia no vaya a continuar.