Con el borrador final de la transposición de MiFID II ya sobre la mesa, la eliminación del denominado cuarto supuesto plantea rentos importantes tanto para las entidades como para los agentes financieros, una figura cada vez más profesionalizada que en los últimos años ha ganado peso dentro de la estructura comercial de la banca privada […]
Con el borrador final de la transposición de MiFID II ya sobre la mesa, la eliminación del denominado cuarto supuesto plantea rentos importantes tanto para las entidades como para los agentes financieros, una figura cada vez más profesionalizada que en los últimos años ha ganado peso dentro de la estructura comercial de la banca privada en España.
En el marco del Think Tank BNY Mellon celebrado el pasado mes de junio, representantes de cuatro bancas privadas con carácter independiente reflexionaron sobre el futuro del agente financiero con MiFID II.
“El que una entidad se defina como independiente puede entrar en conflicto con la figura del agente porque la entidad no va a poder cobrar retrocesiones y los ingresos solo vendrán por contratos de asesoramiento o de gestión de carteras”, explica Álvaro Ximénez de Embún Monjardín, director de Redes Externas en Banco Alcalá. “Y uno de los pluses de los agentes de cara a sus clientes era dar ese asesoramiento sin cobrar un coste explícito”.
Para Luis Torroja, director comercial de la Red Externa de Tressis, la apuesta por el modelo de red de agentes representa un factor diferencial: “Hay entidades que, si eliminasen el área de agentes, seguirían manteniendo su cuenta de resultados. Sin embargo, para los que nos dedicamos a la banca privada, lo que afecte a los agentes nos va a afectar a nosotros. Esto implica que tenemos una alineación de intereses con los agentes que les deja muy tranquilos, ya que las decisiones que se tomen serán favorables tanto para el agente como para la entidad”.
En este sentido, Andrés Recuero, director de Agentes de Andbank España, considera que “con MiFID II va a cobrar más importancia si cabe el que el agente pueda escoger un modelo en el que la gestión y el asesoramiento sean buenos y realmente independientes. La realidad es que probablemente los agentes tendrán que comercializar el asesoramiento o la gestión de carteras, por lo que tendrán que elegir una entidad que eso lo haga bien de forma independiente para que el resultado final sea positivo para su cliente”.
“El agente se siente respaldado en aquellas entidades que valoran su trabajo y en las que experimenta las mismas condiciones, ventajas, problemas y preocupaciones que el banquero privado”, afirma Pilar Cordón, directora de intermediarios financieros en Deutsche Bank Wealth Management, para quien “las exigencias de MIFID II afectan a agentes y banqueros en igual medida. Ambos tendrán que ajustar su actividad profesional al modelo que fije su entidad y madurar junto al cliente hasta que se consolide este nuevo modelo”.
Producido por Funds People en asociación con BNY Mellon Investment Management, Think Tank BNY Mellon es una iniciativa pensada para profesionales del sector, durante la cual se tratarán temas de interés en el marco del desarrollo de negocio.
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