El mercado de deuda privada presentó un escenario de contrastes en términos de fundraising en 2024. Mientras el direct lending experimentó un crecimiento explosivo entre inversores institucionales, otras estrategias quedaron rezagadas.
El mercado de deuda privada presentó un escenario de contrastes en términos de fundraising en 2024. Mientras el direct lending experimentó un crecimiento explosivo entre inversores institucionales, otras estrategias quedaron rezagadas.
Así lo evidencian los datos de PitchBook. El segmento de direct lending, centrado en préstamos corporativos sénior garantizados, desafió la tendencia general al acumular casi 120.000 millones de dólares a nivel global, un aumento del 41% respecto al año anterior. Este crecimiento se produjo en un contexto de desaceleración generalizada, con el fundraising total de deuda privada cayendo cerca del 20% interanual.
Escenarios contrapuestos
Esta dinámica impulsó el peso del direct lending sobre el total recaudado para deuda privada hasta el 60% del, su nivel más alto desde 2008.
En cambio, otras estrategias sufrieron significativamente. Los fondos mezzanine, anteriormente la segunda categoría más popular, experimentaron una caída del 82%, recaudando sólo 6.600 millones de dólares (3,3% del total). Fondos de deuda de infraestructura y deuda en dificultades también registraron descensos notables.
Esta divergencia refleja una clara preferencia por la seguridad entre los inversores. El direct lending es percibido como un refugio más seguro en la estructura de capital de la deuda.
Añaden desde Pitchbook que, aunque la deuda mezzanine tuvo un repunte en 2023, este impulso fue efímero. Al final del segundo trimestre de 2024, su rendimiento de 12 meses (9,5%) quedó por detrás del direct lending (12,9%).
2024 podría haber marcado un punto de inflexión en el mercado de deuda privada, con el direct lending emergiendo como la estrategia dominante en un entorno de creciente aversión al riesgo.