Financiación bancaria vs deuda alternativa: ¿complementarias o sustitutivas?
La financiación alternativa es concedida por prestamistas privados, quienes solicitan el pago del principal a vencimiento, lo cual permite acelerar el crecimiento de una compañía.
COLABORACIÓN de Gonzalo Montes, socio responsable de Funding & Turnaround Advisory, y Juan José Legarda, socio de Funding & Turnaround Advisory, KPMG.
A veces resulta algo confuso el hacerse a uno mismo una pregunta, en la que se ofrecen dos opciones, y responder que ambas son posibles. ¿Entonces por qué formular la pregunta y no pasar directamente a constatar las bondades de las opciones? Sencillo: porque ambas respuestas son correctas, pero no en la totalidad de los casos, lo cual nos regala el “clásico” gráfico en el que dos círculos se superponen en una porción de su área, pero no en la totalidad.
"Hay quien prefiere una tipología única de financiador y quien es feliz con la mezcla de estos porque ofrece ciertas ventajas"
Permita el lector que se haga una breve descripción de las principales características de la deuda alternativa para entender esa potencial ambigüedad en la respuesta. Es concedida por prestamistas privados, entendidos estos, comúnmente, como gestores de fondos que deciden donde colocarlos para obtener la rentabilidad deseada. Resulta más sencillo llamarla deuda no bancaria, ya que permite englobar un universo más amplio de forma escueta. El prestamista no solicita pago de principal a lo largo de la vida de la financiación y su totalidad es repagada a vencimiento. Gran diferencia con la deuda bancaria, dado que permite disponer de un flujo de caja que puede ser reinvertido en el negocio y, en muchos casos, acelerar el crecimiento. Lo anterior nos lleva indefectiblemente a que su precio sea más alto. Materialmente más alto a la vista de un país donde estamos acostumbrados a un fuerte apoyo de la banca y, en la mayoría de los casos, a precios muy competitivos.
Hecha esta introducción y, bajo el entendimiento de que no es necesario describir la financiación bancaria, pasaremos a colorear esos círculos del gráfico.
Porción solo deuda alternativa
Los bancos cada día tienen mayor presión por la regulación y esto limita su capacidad de acompañar a sus clientes. Los perfiles de riesgo no aceptables se han ampliado y eso ha permitido la proliferación de la deuda alternativa. Por ello, esta ha encontrado su hueco combinando los siguientes ingredientes:
- Apalancamientos más altos que los soportados por la banca, ya que esta encuentra dificultades que van más allá del puro riesgo financiero (por ser directos: el riesgo de repago de la deuda concedida), y se topa con la regulación del sistema financiero (marco muy restrictivo);
- Facilidad para ejecutar la operación de financiación, dado que es muy común que un financiador alternativo ejecute la operación sin necesidad de compañeros de viaje, algo menos frecuente en el mundo bancario (a excepción de procesos en los que un banco asegura la operación, la cierra y posteriormente la sindica); y
- El punto anterior permite acelerar el proceso de cierre, lo que resulta muy atractivo en procesos que requieren ritmos de trabajo más cercanos a los de una carrera de 100 metros que a los de la maratón (e.g. LBOs).
Porción solo Financiación Bancaria
Somos un país muy bancarizado. Algunos lo esgrimen como crítica, pero es justo afirmar que se debe a que la banca de inversión en España es eficaz en su interacción con la empresa. Permita el lector, tanto el neófito como el avezado – este último como amistoso adversario de estas afirmaciones – que se describan las características principales de esta otra porción no compartida del círculo:
- Nadie pone en duda lo competitiva que es la banca española a nivel de precios. Es imbatible.
- Ofrece calendarios más alineados con la capacidad de generación de flujo de caja del negocio, aunque cada vez más, se esfuerzan en empujar a vencimiento parte del capital prestado; y
- Acomodan su apetito de riesgo a múltiplos de apalancamiento menos agresivos, sin perjuicio de que alcanzan guarismos suficientes para muchos clientes.
Porción compartida
En el mundo de la impresión gráfica hay defensores del color directo (sin mezclas, el Pantone de toda la vida) y otros de la cuatricromía (mezcla de cuatro colores primarios, CMYK). En el campo de la financiación ocurre algo similar: hay quien prefiere una tipología única de financiador y quien es feliz con la mezcla de estos porque ofrece ciertas ventajas. ¿Cuáles? A saber:
- Permite alcanzar los niveles de apalancamiento objetivo (suponemos superiores a los que la banca puede ofrecer por si sola);
- Alcanzando un coste ponderado de la deuda muy competitivo; y
- Mantiene la flexibilidad de la financiación bancaria de circulante (hay algunos fondos que son capaces de ofrecer este producto, pero los menos) y la buena relación que requiere la banca transaccional (la del día a día).
El paciente lector que haya llegado hasta aquí sin resuello debe formular una última y evidente pregunta: ¿Por qué no combinar – siempre - las dos fuentes de financiación si parece la solución ideal? Como en el mundo de las matemáticas diferenciamos entre Solución Óptima y Solución Factible. En muchos casos no es posible alcanzar el nivel óptimo, por razones tan sencillas como: no hay interés común por parte de los financiadores; no se alcanza la coordinación necesaria; el plazo de cierre no es asumible por algún financiador o, simplemente, el negocio no es atractivo para uno u otro. Es justo constatar que, en gran cantidad de casos, ambos tipos de financiadores están dispuestos a colaborar estrechamente, lo que redunda en beneficio del sector empresarial. Por ello es aconsejable, eso sí, con donosura, mover los procesos de financiación pensando en las tres potenciales opciones. Uno puede controlar con celo como empiezan esos procesos, pero no el cierre.