Oportunidades de inversión en activos reales: de la digitalización a las energías renovables
En esta segunda aproximación al VII Think Tank organizado por AlterForum, el espacio de FundsPeople para los mercados privados, hablamos de mega tendencias, pero también de la evolución de los real assets durante los últimos años.
Recientemente, poníamos sobre la mesa los real assets, una inversión de riesgo medio con la que los inversores parecen estar cómodos. Estos activos, en su mayor parte ligados a los sectores de real estate e infraestructuras, suelen venir de la mano de fondos de carácter largo placista y, por tanto, necesitan seguir mega tendencias que se mantengan durante largos periodos de tiempo.
En la actualidad, el foco está puesto en la sostenibilidad, las energías renovables, los recursos naturales y la digitalización, con la inversión que se está haciendo en torres, data centers y, sobre todo, en el desarrollo de todo lo que rodea a los entornos de IA. Los inversores se están profesionalizando, surgiendo fondos de nicho con managers que buscan diversificar y conseguir más rentabilidad. Pero, ¿están estos fondos captando el interés de los inversores?
En el VII Think Tank organizado por AlterForum, el espacio de FundsPeople para los mercados privados, hablamos de megatendencias, pero también de la evolución de los real assets durante los últimos años. Han participado Elena Gamonal, subdirectora de Inversión Área Infraestructuras y Energías Renovables de Mapfre AM; Antonio Morales, director de Inversiones no Cotizadas de Mutua Madrileña; Mónica Gordillo, Private Markets Analysis & Selection de Quality Funds BBVA; Xevi Moreno, Responsable de Inversiones de HNA; Ignacio Resusta, Investment Specialist Private Markets Iberia de UBS AM; y Ángel de Molina, Sénior Sales de PIMCO.
Durante los últimos años, la sostenibilidad se ha convertido en una necesidad, tanto en infraestructuras como en real estate. Ignacio Resusta apunta que, “además de las renovables tradicionales, están surgiendo nuevos subsectores como el almacenamiento energético o la descarbonización del transporte. De hecho, el transporte supone el 23% de las emisiones de carbono a nivel global, lo que significa que descarbonizar este sector va a llevar tiempo e inversión”.
En real estate, por ejemplo, es fundamental que las oficinas, un sector donde existe una clara bifurcación entre activos, tengan las credenciales ESG adecuadas y no estén obsoletas en términos de sostenibilidad porque, de lo contrario, el impacto en sus rentas es muy elevado. De esa manera, “si un inmueble no cumple con los criterios ESG va a necesitar una inversión que podría romper su modelo financiero. Hay que tenerlo muy en cuenta, sobre todo en activos muy polarizados. Los números están detrás y, al fin y al cabo, esto tiene un efecto directo en la rentabilidad”.
Esta megatendencia marcada por la sostenibilidad también se ha dejado notar en la aparición de fondos de nicho. Por una parte, los megafondos diversificados de Infraestructuras están haciéndose cada vez más grandes. A su vez, “hay fondos nicho de managers que buscan un enfoque hacia un subsector o un problema identificado, dirigidos, por ejemplo, a agua, renovables, infraestructura digital, transición energética o transporte. El inversor se ha ido profesionalizando y busca diversificar y conseguir más rentabilidad, más descorrelación, así como guiarse por pequeñas tendencias que le puedan resultar más interesantes”, en palabras de Ignacio.
1/7No obstante, tanto los fondos más generalistas, como aquellos más especializados o de nicho, deben invertir en tendencias a largo plazo porque, según Xevi Moreno,“si no eres capaz de coger esa tendencia a largo plazo con esos vientos de cola, difícilmente vas a sacar una rentabilidad digna para este tipo de activo”.
Por ejemplo, a raíz de la Guerra de Ucrania, las energías renovables vivieron un auténtico boom, pagándose precios muy elevados. “Pero, a pesar de que ahora las energías renovables están sufriendo en valoración, seguirán funcionando porque es una tendencia a largo plazo, dado que es necesario continuar con la descarbonización. En estas inversiones a futuro, se pueden encontrar oportunidades a medio camino y conseguir más valor añadido, no solo escogiendo buenos gestores y buenos activos, sino sabiendo que esa gestión, aunque sea a muy largo plazo, no tiene por qué ser estática, pudiendo invertir de forma táctica cuando los activos no estén tan de moda y ofrezcan valoraciones atractivas”.
2/7El carácter largo placista de esta tipología de fondos hace necesario que las mega tendencias también sean a largo plazo. Y es que, durante la vida de estas inversiones (incluso a más de 10 años) van a tener lugar eventos importantes que pueden cambiar el panorama y el contexto de inversión.
Ángel de Molina lo tiene claro: "el Covid, por ejemplo, fue determinante, motivando un cambio estructural, en el que los gobiernos comenzaron a promover y apoyar ciertos sectores. En general, no habrá suficiente dinero público para financiar todos estos proyectos, lo que podría crear incentivos para que los inversores privados ayuden a financiarlos y desarrollarlos a cambio de rentabilidad sobre su inversión.
No obstante, cada subclase de activos se encuentra en un momento diferente. Mientras que los fundamentales inmobiliarios siguen siendo saludables (con la excepción de las oficinas, que incluso varía según los mercados), en infraestructuras hemos percibido una mayor volatilidad en las energías renovables y hemos asistido a la irrupción de la IA, con la consecuente necesidad de desarrollar infraestructuras para el avance de esta tecnología."
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Otro aspecto que ha cambiado el contexto de inversión ha sido la subida de tipos de interés, que ha afectado a la bolsa y a la renta fija, pero también a los mercados privados. Las infraestructuras, sin embargo, ofrecen rentabilidades sólidas en periodos inflacionarios. Algunos activos cuentan con atributos que les protegen en este entorno como los contratos a largo plazo con ingresos ligados a la inflación. En este contexto, Antonio Morales explica que, “entre las que están protegidas contra la inflación y aquellas en las que la demanda todavía estaba recuperándose desde el Covid, las infraestructuras han salido bastante bien paradas”.
Y, por otra parte, dentro de las infraestructuras del segmento digital, “el impulso ha sido enorme, y no solo por la explosión de la IA, sino también por la gran cantidad de inversiones que ha sido necesario acometer en fibra, torres, data centers, etc. para poder atender el fuerte crecimiento de datos”, señala. En definitiva, durante los últimos años, el sector de las infraestructuras ha seguido dando buenas noticias frente a los demás.
4/7Desde 2022, la captación de activos ha sido menor que en años anteriores. Así lo explica Mónica Gordillo, que comenta que, “este año podría aumentar en infraestructuras por el apetito de los inversores, pero en el real estate siguen sin incrementarse los niveles de inversión, que están muy bajos, y los inversores aún no vemos esa visibilidad clara del activo”.
En ambos sectores lo cierto es que los fondos grandes se están haciendo más grandes: en el caso de infraestructuras los megafondos han captando más del 50% de la inversión (según Preqin).
Es más complicada la labor de selección porque hay muchos fondos de infraestructuras levantando capital: muchos que salieron en 2022 siguen extendiendo los periodos de captación y, además, están las añadas de 2023 y las que saldrán a lo largo de 2024. Lo que sí hay son oportunidades de inversión, gracias a las mega tendencias, que suponen, en definitiva, oportunidades a largo plazo: energía, descarbonización y digitalización.
En el caso de los activos inmobiliarios, además, los proyectos de sostenibilidad son necesarios para evitar una pérdida de valor del activo, (p.ej. oficinas que no cumplen con las credenciales ESG), explica Mónica Gordillo.
5/7Para Elena Gamonal “los recursos naturales también son una clase de activo que va cogiendo más peso y consistencia. Estamos analizando su potencial”. No obstante, la subdirectora de Inversión Alternativa en Infraestructuras y Energías Renovables de MAPFRE, afirma que donde están apostando fuertemente es por el biometano, porque complementa otras energías de origen renovable. Desde los procesos industriales que la energía eléctrica procedente de las instalaciones fotovoltaica y eólica no llega a cubrir, hasta la potencia calorífica necesaria. Además, colabora en la descarbonización de la red gasista, generando un input social importante en las ubicaciones en las que se implanta, proporcionando puestos de trabajo estables en zonas rurales, evitando las emisiones de gases de efecto invernadero a la atmosfera y la contaminación de los acuíferos”.
El biometano “jugará además un papel importante en el desarrollo de otras energías renovables como hidrógeno verde, el cual creemos que tiene mucho potencial, pero para el que aún faltan unos años para que se desarrolle completamente en términos de rentabilidad para la inversión”, en palabras de Elena.
Además, desde MAPFRE consideran que existen otras palancas sociales como el envejecimiento de la población y la necesidad de acceso a la vivienda para primeros propietarios, que se identifican como crecientes oportunidades de inversión.
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