En la XLII Think Tank organizado por FundsPeople y BNY IM, la socia y directora general de Abante también pone de relieve su actividad: "Nuestra mayor aportación de valor llega cuando las personas tienen problemas vitales que resolver".
En los próximos años, la industria de la gestión financiera afrontará un “reto importante” que puede marcar un “punto de inflexión” en la actividad. Esto se debe a la combinación de los cambios disruptivos que vienen de la mano de la regulación y la tecnología. Esto implicará “muchos cambios de modelos de negocio, pudiendo aflorar a nuevos competidores”, a juicio de la socia y directora general de Abante, Gadea de la Viuda.
Durante su participación en el XLII Think Tank organizado por FundsPeople y la gestora BNY Investments sobre entidades de banca privada nacionales especializadas, De la Viuda se muestra preocupada con la deriva que ha ido tomando el marco jurídico tras la aprobación de la Retail Investment Strategy (RIS). Se trata de “una regulación que está siempre dando vueltas al producto y a los incentivos”. Apostilla que este sistema para proteger al inversor minorista es “por lo menos, escaso” para el valor real que ofrece la banca privada especializada. Basado, entre otras cosas, en el “tiempo y la dedicación para ayudar a los clientes a tomar buenas decisiones." El modelo que impone la regulación puede perjudicar esa dedicación a los clientes, tan necesaria en nuestra actividad”, insiste.
Innovación
En cuanto a la tecnología, la socia y directora general de Abante destaca que, con el objetivo de mejorar el servicio a los clientes, la entidad lleva dos años invirtiendo en "mejorar los procesos. También en digitalizar las funciones que no aportan valor al cliente". El objetivo es que "eso libere tiempo al equipo comercial, dedicándoselo a los clientes. Además de poder dar servicio a un número mayor de inversores". Reconoce que esto es "un esfuerzo en adaptación, pero ha sido productivo".
Con respecto a la innovación en productos y la cada vez mayor presencia en los mercados de ETFs, la profesional también comenta que la gestión pasiva nos puede llevar a un “mundo algo triste” para la industria de gestión de activos. Añade que las gestoras “tenemos que empujar para que eso no pase, porque sería un mundo mucho más plano”. La clave para ella “es combinar fondos de gestión pasiva y buenos gestores activos". Sus motivos: "en la selección de índices también hay una capa de servicio como en la selección de gestores de gestión activa”.
Concentración de inversiones en grandes índices
Por otra parte, Gadea de la Viuda subraya que una excesiva concentración de inversiones en grandes índices podría tener consecuencias negativas para el desarrollo de los mercados financieros. Según la socia de Abante, si la mayoría de los inversores se enfocasen únicamente en compañías de los principales índices, se limitaría el dinamismo de los mercados de capitales. Esto afectaría especialmente a las empresas que buscan salir a bolsa y a bolsas con compañías de menor capitalización, como la española.
A nivel del mercado privado, hace cinco años Abante lanzó su primer fondo de Private Equity. Además, la alianza estratégica con Mapfre ha dado un impulso importante a esta categoría de inversión. “Desde el principio tuvimos una estrategia clara de tipología de producto y cliente objetivo. Esto nos ha permitido crecer mucho en alternativos”, teniendo en cuenta que “el mercado secundario está mejorando mucho. Eso será muy favorable en momentos complicados de mercados”, comenta.
Valor diferencial
Dada la tendencia hacia la homogeneización en la oferta de valor tradicional, muy centrada en la gestión de la cartera, provocado, en parte, por la regulación, a juicio de Gadea de la Viuda, la propuesta de valor de la entidad independiente está en un “asesoramiento centrado en la persona”.
Haciendo referencia a la segmentación de clientes y a la dificultad de conseguir que los más jóvenes vean una propuesta de valor en las firmas independientes, De la Viuda considera que “nuestra mayor aportación de valor llega cuando las personas tienen problemas vitales que resolver, y eso va llegando con la edad y con cierto ahorro acumulado”. Explica que en Abante “trabajamos mucho con hijos de clientes, y hay algunos que, de repente, venden la compañía y se encuentran con un dinero con el que no contaban. Es en ese momento cuando nos piden que les ayudemos a darles formación, a entender lo que hay que hacer. Creemos que tiene mucho valor”, afirma.
Sin embargo, reconoce que “a los emprendedores jóvenes que venden compañías es más complicado atraerlos en un primer momento, ya que normalmente siguen invirtiendo en proyectos empresariales. Suelen necesitar un periodo de maduración más largo para que valoren nuestra propuesta de valor”.