J.P. Morgan AM: No estamos ante una repetición de 2008 en la banca

bce
jurjen_nl, Flickr Creative Commons

No estamos ante una repetición de 2008. La crisis del sector bancario de las últimas semanas, con la quiebra de SVB y la fusión de emergencia entre UBS y Credit Suisse, añadió un factor extra de incertidumbre a un escenario de mercado ya de por sí muy complejo. En las últimas dos semanas han reverberado los fantasmas de la última crisis bancaria pero el mensaje que J.P. Morgan AM quiere lanzar al mercado es de tranquilidad. “Hoy no estamos ante un problema de falta de capital sino una crisis de confianza en actores particulares”, afirma Myles Bradshaw. El responsable de estrategias aggregate global de la gestora tiene la confianza de que no vamos a ver una repetición del colapso del sector financiero como ocurrió en 2008.

Un problema particular, no sistémico

Para Bradshaw, Silicon Valley Bank y Credit Suisse fueron problemas particulares, no alarmas sobre un riesgo sistémico. “En el caso de SVB, fue la consecuencia de una mala gestión del riesgo. Era un banco regional con el 90% de sus depósitos sin asegurar. En el de Credit Suisse, fue la concatenación de años de falta de beneficios, un duro proceso de reestructuración, etc.”, explica.

Si tuviera que citar alguna consecuencia para esta crisis bancaria, Bradshaw vaticina una banca comercial más cauta de ahora en adelante. Esto es, unas condiciones de financiación más restrictivas y, por primera vez en mucho tiempo, no vendrá de la mano de una decisión de política monetaria sino del sector financiero.

Y la postura de los gestores de J.P. Morgan AM es también optimista con el sector bancario. “Lo más probable es que lo peor ya haya pasado”, vaticina Fiona Harris, especialista de inversión en el equipo de renta variable estadounidense. De hecho, Harris cree que si alguien está buceando por oportunidades en las financieras estadounidenses los grandes bancos estadounidenses pueden ser una idea interesante. En su opinión, aún están baratos. Quizás donde estaría más cauta es en los jugadores más medianos y pequeños. “Porque ahora la conversación ha evolucionado hacia hablar de mayor regulación y estas entidades serán las más afectadas”, argumenta.

Previsión: mayor volatilidad

Es una opinión que comparte Karen Ward, estratega jefe de mercado para EMEA de J.P. Morgan AM: "La situación ha cambiado mucho en quince días y la atención de los inversores se centra ahora en la crisis bancaria. No estamos ante un nuevo 2008, pero sigue habiendo mucha incertidumbre". Según Ward, no hay riesgo de contagio porque los bancos están en mejor posición que durante la crisis de las subprime gracias a sus esfuerzos regulatorios, pero aún es pronto para rebajar el nivel de alerta. "Ahora mismo hay calma en este frente. Los bancos centrales se asegurarán de que los problemas de liquidez no se conviertan en problemas de insolvencia y todo el sector es más transparente que en el pasado, lo que nos tranquiliza", añade.

"Empezamos el año prediciendo la llegada de una recesión en EE.UU. y el Reino Unido por la subida de tipos y en Europa por la crisis energética; luego, en febrero, estos factores depresivos se normalizaron. Pero ahora las cosas son diferentes por la tensión que sufren los bancos. En la Eurozona y EE.UU. ya estamos viendo las primeras consecuencias con el endurecimiento de las condiciones de préstamo ofrecidas por los bancos, lo que a su vez tendrá implicaciones para los resultados económicos y la inflación", analizó.

¿Momento de la verdad para los CoCos?

Uno de los efectos secundarios de la venta de Credit Suisse se ha sentido en el mercado de renta fija. Concretamente, en la deuda subordinada financiera. La decisión del regulador suizo de valorar en cero las emisiones AT1 del banco mientras que los accionistas recibirán cierta compensación ha provocado malestar ya que supone no cumplir con la escala de la estructura de capital.

De nuevo, Bradshaw manda un mensaje de tranquilidad e invita a comprender la particularidad del caso. “No es que Credit Suisse acudiese al mercado para una restructuración de su deuda, fue el regulador el que tomó la decisión de venta. Además, aunque los accionistas hubieran recibido cero, los tenedores del papel AT1 tampoco hubieran recibido de vuelta toda su inversión”, apunta el experto. Como bien recuerda Bradshaw, no es la primera vez que los AT1 se van a cero en Europa. El pionero fue la deuda de Banco Popular, cuando se vendió al Banco Santander en 2017 por la simbólica cifra de 1 euro. Para el experto, es una nueva demostración de que, llegado el momento, los AT1 cumplen con su función.