Combina criterios de exclusión y de inclusión, atención al mejor de cada clase y conocimiento de las actividades corporativas.
La experiencia de Erste Asset Management gestionando carteras de acuerdo con criterios socialmente responsables se remonta a 2001, aunque su know how sobre aspectos medioambientales, sociales y de gobierno corporativo (ESG) solo lo apliquen de forma completa a los fondos específicamente dedicados. Ahora bien, desde ERSTE AM señalan que “hay ciertos criterios que son vinculantes para todos los fondos, en 2011, EAM suscribió un acuerdo para excluir a cualquier compañía que invirtieran en armamentos prohibidos y además decidió no realizar trading sobre materias primas relacionadas con la agricultura”.
El proceso de inversión integra diversos criterios, algunos de exclusión, otros positivos así como la atención al mejor de cada categoría. Además EAM ha aumentado considerablemente sus esfuerzos para involucrarse y participar en las actividades corporativas de las compañías en las que invierte. El equipo de ISR se compone de seis personas capitaneadas por el CIO de EAM, Gerald Permoser.
Los criterios de exclusión se dividen en dos clases. Por una parte eliminan las compañías con intereses militares, las tabaqueras, la pornografía, la energía nuclear y la ingeniería genética. Por otra, quedan fuera las compañías cuyas prácticas violen los protocolos de la OIT, atenten contra los derechos humanos, permitan el trabajo infantil y las pruebas con animales o tengan otras malas prácticas.
El equipo de ISR recibe análisis basado en criterios ESG de cuatro proveedores externos distintos, que componen un universo de unas 3.000 compañías aproximadamente. El análisis se implementa de acuerdo con el enfoque de EAM, basado en criterios propios. Además las compañías se revisan de acuerdo a los criterios de exclusión. Desde EAM señalan que “tras el proceso de screening interno quedan unas 700 compañías, que luego son clasificadas con un rating de sostenibilidad para que los gestores se centren en las mejores de cada clase. Los gestores luego realizan screenings basados en criterios financieros, tanto cualitativos como cuantitativos para seleccionar los componentes de las carteras. A lo largo de todo el proceso el equipo de ISR intenta mantener un contacto activo con las compañías”.
Sobre la dificultad de realizar una gestión socialmente responsable desde una gestora que es experta en mercados emergentes, sobre todo en el Este de Europa, desde EAM señalan que los criterios requeridos son los mismos. “Tanto muchas compañías como muchos países de Europa del Este están haciendo un esfuerzo por ponerse a la altura de Europa Occidental. Los límites para determinados ratings pueden rebajarse ligeramente, pero esperamos que ese diferencial desparezca pronto”.
En un entorno en que EAM ha tenido un crecimiento significativo del segmento de inversores institucionales, creen que cada vez habrá más interés por parte de estos en la inversión ISR, aparte de los fondos de pensiones o las instituciones eclesiásticas, debido a que se está demostrando que la inversión sostenible no implica retornos menores.