La Fed intenta enfriar las expectativas de bajadas de tipos: primeras reacciones de las gestoras internacionales

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La Reserva Federal busca reconducir la narrativa del mercado. Tras la cita de diciembre, en la que reconoció que veían al menos tres recortes de tipos este año, en enero en discurso de Jerome Powell ha intentado ser más cauto. Si bien eliminaron la referencia a una "política de endurecimiento adicional", con lo que simbolizan que no prevén más subidas de tipos, insistieron a su vez en que la inflación no está controlada del todo, por lo que un recorte de tipos en marzo no parece sobre la mesa.

Y esto es clave porque, como bien recuerda Mary-Therese Barton, directora de inversiones de renta fija en Pictet AM, a principios de año, el mercado descontaba 75% de probabilidades de la primera bajada en marzo. "El caso es que mercado ha estado esperando seis recortes de tipos hasta finales de 2024 en lugar de cuatro y comenzando más tarde. Se debe a una alta convicción de que la inflación cae hacia 2,4% a 2%. Pero los datos macro del cuarto trimestre han seguido siendo bastante buenos y hay que ver la presión salarial", plantea.

Según lo ve Jonathan Duensing, director de renta Fija de Amundi en EE. UU., la Fed no espera reducir el tipo de interés objetivo de los fondos hasta que haya adquirido una mayor confianza en que la inflación se está moviendo de forma sostenible hacia el 2%. "Para el FOMC, las lecturas anualizadas del IPC subyacente a 3M y 6M cercanas al 2% aún no son prueba suficiente de que la inflación esté volviendo de forma duradera al objetivo a largo plazo", explica.

Una delgada línea

“Powell caminó por una delgada línea entre adoptar una postura hawkish para controlar la inflación y enviar señales pesimistas sobre sus expectativas futuras, algo que fue un poco en la dirección contraria de la última reunión”, analiza Christian Scherrmann, economista de EEUU de DWS. En su opinión, la verdadera noticia es que la insinuación de que los recortes de tipos no son inminentes vino acompañada de su nueva valoración sobre unos riesgos más equilibrados y de la eliminación de un sesgo restrictivo para posibles ajustes de tipos en el futuro.

Otro punto importante que destaca Anna Stupnytska, economista macro global de Fidelity International, de la conferencia de prensa posterior, es el hecho de que Powell sugirió que, en lugar de centrarse en la moderación de todos los componentes de la inflación, lo más importante para la Fed ahora es la cifra agregada, algo muy diferente a lo que han priorizado antes.

Fe en el aterrizaje suave

“Por ahora, el aterrizaje suave de la economía estadounidense es una realidad que la mayoría había descartado”, afirma Kevin Thozet, miembro del comité de inversión de Carmignac. “La economía estadounidense funciona al 3% y la inmaculada narrativa de la desinflación parece validada”, defiende. El ritmo de la desinflación es más rápido de lo esperado: la combinación de los flujos migratorios y la relajación de los cuellos de botella han ayudado en el lado de la oferta de la ecuación y la deflación en China ha ayudado en el lado de la demanda.

Por eso expertos como James McCann, economista jefe adjunto de abrdn, defienden que la puerta no está cerrada del todo a un giro rápido de la política monetaria, ya que el comunicado señala que podría producirse un ajuste rápido en caso de que los datos de actividad empiecen a deteriorarse. Sin embargo, lo cierto es que el consenso de las gestoras internacionales fija en verano su quiniela para la primera bajada de tipos.

Mayo-Junio como el escenario del consenso

Salvo que se produzca un debilitamiento sustancial de la actividad económica, Tiffany Wilding y Allison Boxer, economistas de PIMCO, creen que la Fed esperará hasta mediados de año para iniciar su ciclo de relajación con un recorte de tipos de 25 puntos básicos. En cuanto a los recortes de tipos posteriores, las últimas proyecciones de la Fed (de diciembre) sugieren un recorte de 25 puntos básicos en cada dos reuniones, pero ese ritmo podría ajustarse en función de la evolución macroeconómica. Y es que para las dos expertas el riesgo de que la inflación se estanque por encima de los objetivos, o incluso se reacelere, sigue siendo crucial para la política de la Fed. “Aunque estamos de acuerdo con la valoración de la Fed de que los riesgos se han equilibrado mejor recientemente”, reconocen.

Otros expertos, en cambio, barajan mayo como mes más probable para la primera bajada de tipos. Es el caso de Paolo Zanghieri, economista senior de Generali Asset Management, quien sigue pensando que, para la reunión de mayo, la Fed tendrá pruebas suficientes para empezar a recortar los tipos, y esperamos una relajación total de 100 puntos básicos este año. La evolución del endurecimiento cuantitativo se debatirá en la próxima reunión. Vemos que la reducción del balance finalizará hacia finales de año.

Mes a mes

Sin embargo, el mensaje clave al que Eric Winograd, economista jefe de AllianceBernstein, se aferraría es la filosofía de la datodependencia. Y eso significa que intentar predecir el mes exacto de la bajada de tipos aún se antoja complicado. “Aunque los mercados y los medios de comunicación se pasarán las próximas semanas y posiblemente meses tratando de adivinar cuándo se producirá el primer recorte de tipos, creo que es una propuesta con un porcentaje de acierto muy bajo. Nadie, ni siquiera la Reserva Federal, conoce la respuesta, incluso si asumimos que los datos son coherentes, una suposición que ya ha sido errónea varias veces en este ciclo”, sentencia.

En opinión de Lewis Grant, gestor de Federated Hermes, la temporada de resultados y los posibles estímulos en China marcarán el rumbo de los mercados mundiales. "Aunque siendo realistas las declaraciones reflejan una divergencia de opiniones dentro del seno del FOMC y hay algo en las perspectivas tanto para los pesimistas (bears) como para los alcistas (Bulls)", añade.