La posibilidad de que el particular compre deuda pública directamente no perjudicará a los fondos

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Katrina.Tuliao, WikiMedia Commons

Desde el pasado 8 de abril, los ahorradores particulares y las empresas no financieras pueden comprar y vender letras, bonos y obligaciones del Estado a través de la plataforma SEND, lo que significa que, por primera vez, tienen acceso directo al mercado secundario de deuda pública. La pregunta es si esa nueva puerta abierta aumentará el volumen del activo en manos del inversor minorista (solo tenía el 0,86% a finales de febrero, equivalente a 5.459 millones de euros, según datos del Tesoro) y restará poderío al institucional –fondos, planes de pensiones o seguros– y a los bancos como principales compradores.

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